Bogotá — El sector de los agronegocios colombiano afrontó un desafiante 2022 por cuenta de mayores precios de los fertilizantes e insumos agrícolas en general por la guerra en Ucrania, los problemas logísticos que acompañaron buena parte del año y la inflación.
El año que recién se inicia también plantea diferentes desafíos para el campo colombiano debido a las lluvias que están impactando duramente a varias regiones productoras de alimentos, lo que podría tener incidencia en la inflación, que el año pasado cerró en un 13,12 %.
En este mismo contexto, el dólar en Colombia alcanzó sus mayores niveles de la historia en el 2022 y superó los $5.000, con lo que los precios de los productos importados también se vieron presionados.
Por lo anterior, la ministra de Agricultura, Cecilia López Montaño, defendió en un debate de control político citado en noviembre sobre el Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE.UU. que “Colombia necesita aumentar su oferta exportable”.
“Con el dólar a estos niveles habría sido preciso poder responder rápidamente a la demanda internacional”, dijo la ministra en ese momento.
Entre enero y noviembre pasado, las exportaciones colombianas alcanzaron los US$52.578 millones, un 42% más.
Los agronegocios están llamados este año a impulsar las exportaciones del país, en el marco del plan gubernamental de aumentar la producción de alimentos y diversificar las fuentes de divisas más allá de las industrias extractivas.
¿Pero qué segmentos en específico podrían contribuir en las exportaciones este año desde el campo? Pues bien, consultado por este tema, el gerente de Investigaciones de Agroindustria en Bancolombia, Jhon Fredy Escobar, y su equipo, compartieron sus pronósticos sobre seis productos mayor con potencial.
Estos sectores, según indican, podrían tener un mayor crecimiento porcentual en exportaciones en volumen este 2023.
Aclaran que “son expectativas de crecimiento en volumen (toneladas), es decir, que no incluyen la expectativa de comportamiento del precio internacional del producto”.
1. Aguacate Hass. 2022 fue un año de desaceleración en exportaciones, pero las áreas de cultivo han seguido creciendo y, con eso, sería de esperarse que en 2023 entre en producción una cantidad de hectáreas importante; además, otras áreas llegarían al pico de productividad. Esto significa mayor oferta de fruta para llevar al mercado exterior.
2. Ganadería de carne. Es de esperarse que se mantenga una muy buena dinámica en exportación de ganado en pie y carne congelada, aunque a una tasa más moderada por la desaceleración global. El mundo está sufriendo la inflación y África y el Medio Oriente, hacia donde se dirigen nuestras exportaciones, no son la excepción. Por eso, los importadores van a seguir interesados en la carne colombiana, que tiene un precio competitivo.
3. Café. Este cultivo lleva tres años de decrecimiento en exportaciones, en buena medida por el exceso de lluvias. Dado que se espera que a mediados de este año finalice La Niña, una mejora en floración, sumado al efecto base, van a llevar a un aumento en exportaciones de café.
4. Azúcar. Al finalizar La Niña debería volver a tenerse una mayor cantidad de radiación solar, lo que mejoraría la formación de sacarosa en los cultivos de caña en el sur del país. Además, la TRM y los buenos precios internacionales van a llevar a que se destine una mayor parte de la azúcar producida para exportación.
5. Limón Tahití. Un quinto sector que podría destacarse en crecimiento en volumen en exportaciones podría ser el cultivo de limón Tahití. Este ha ido creciendo en el país, con una demanda global que repuntó al alza por la recuperación del sector hotelero en los países desarrollados. Aunque la desaceleración económica en 2023 seguramente va a golpear el mercado, especialmente en cuanto a precios, la oferta colombiana va a seguir creciendo con fines de exportación.
6. Tilapia. Colombia se ha ido ganando un lugar importante en el mercado de productos acuícolas en EE.UU. a partir de tilapia fresca (entera y en filetes). Para 2023, la demanda global posiblemente se impacte, pero, al tratarse de un mercado de nicho y dado que el país ha seguido invirtiendo en capacidad instalada, sería de esperarse que la tendencia se mantenga.
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