Índice de riesgo monetario: qué es y por qué anticipa un shock para la economía argentina

Busca anticipar eventos monetarios. La última actualización, a la que accedió Bloomberg Línea en exclusiva, deja al indicador en zona de máximos históricos

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Buenos Aires — La fuerte expansión monetaria que realizó el Gobierno argentino en los últimos tres años no solo aceleró la inflación. También espiralizó los niveles de deuda del Banco Central (BCRA), que debió multiplicar sus pasivos remunerados para absorber el excedente de pesos y evitar que presionen aún más a los precios. Así, el stock de Leliq y pases trepó de $4,7 billones a más de $10 billones en 2022, un incremento del 112%.

Pero en un país con una inflación que se ubicó apenas por debajo del 95% en 2022, la nominalidad puede marear a la hora de dimensionar el crecimiento de la llamada “bola de Leliq”. En ese contexto, coinciden los economistas, más preciso es comprar su evolución en relación al PBI o a la base monetaria.

Otra novedosa fórmula para qué tan riesgosa es esta expansión es a través del flamante índice de riesgo monetario que crearon la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral y la consultora Romano Group en octubre del año pasado. Este indicador, que se actualiza mes a mes, busca anticipar posibles escenarios de inestabilidad monetaria.

¿Qué es el índice de riesgo monetario?

El índice de riesgo monetario se confecciona a partir de distintas variables clave de la economía. Entre ellos, el nivel de pasivos remunerados, la base monetaria, el riesgo país, las reservas internacionales brutas del BCRA, el saldo de la balanza comercial, el tipo de cambio oficial, las tasas de interés, la inflación interanual y el PBI del país.

Este índice busca anticipar posibles escenarios de inestabilidad monetaria. Una vez que el indicador supera el 60%, marcan sus creadores, es predecible anticipar un shock en la economía doméstica. Para su elaboración se tomó como base las variables de octubre de 2010, mes en el cual los creadores del índice marcan como un período de cierto equilibrio macroeconómico.

Pese a ello, aclaran que el índice es solo una referencia, que intenta explicar el contexto monetario. Aun así, confían en que frente a determinados valores, el índice podría predecir eventos extraordinarios, como una devaluación de la moneda.

En máximos

El último informe de la Universidad Austral y Romano Group, al que accedió Bloomberg Línea en exclusiva, revela que el índice alcanzó en diciembre pasado niveles de 68,5%, apenas por debajo del máximo histórico de 70,4% alcanzado en octubre de 2022.

Este índice se ubica un 40,4% por encima de los niveles que tenía al cierre de 2021, y 12,4 puntos porcentuales por encima del promedio para el año (56,1%).

De acuerdo a los creadores de este indicador, cuando el índice se ubica por debajo del 30% implica que se está atravesando un período de estabilidad monetaria. A pesar de ello, cuando se analiza el índice extendido en el tiempo, existen muy pocos momentos donde la economía se encuentra con ese nivel de estabilidad. Cuando el índice supera al 60%, en cambio, es que se evidencia un escenario de altísima fragilidad monetaria.

Por lo tanto, para Alfredo Romano y Gastón Banchero, que elaboraron el mencionado informe, la primera conclusión que puede sacarse de estas variables es que la economía argentina sufre de un alto grado de inestabilidad monetaria.

En este estado, por lo tanto, creen que se puede predecir en un futuro decisiones de política económica de shock y/o correcciones del mercado que culminan en una mejora del indicador.

Para los autores del informe, tras el dólar soja I y II, el Gobierno sufrirá el efecto del adelantamiento de liquidaciones en la primera parte del año. A ello agregan que la sequía hará caer el ingreso de divisas del sector agreoexportador por montos superiores a US$12.000 millones. Por ello es que creen que es esperable que haya mayores controles cambiarios, que repercutirán en la actividad económica, y más presiones en los dólares financieros y el tipo de cambio oficial.

Además, anticipan que durante el segundo trimestre del año volverá la incertidumbre de la deuda en pesos por los abultados vencimientos que enfrenta el Tesoro, y dan por sentado que el déficit del gobierno de este año será financiado en gran parte por el BCRA, que también deberá asistir con compras de títulos en el mercado secundario.

Por todo ello es que anticipan que en los próximos meses habrá un mayor deterioro del índice, generando mayores presiones a una gran devaluación del tipo de cambio durante 2023 o al inicio de 2024.