Bloomberg — Los precios al productor de EE.UU. registraron en diciembre su mayor caída desde el principio de la pandemia, extendiendo la desaceleración de la inflación en el país y dando más espacio a la Fed para ralentizar su endurecimiento monetario.
El índice de precios al productor para demanda final cayó 0,5% el mes pasado, la mayor cifra desde abril de 2020. La cifra interanual es una subida de 6,2%, según datos del departamento de Trabajo.
La mediana de estimaciones de economistas encuestados por Bloomberg preveía una caída de 0,1% y un alza interanual de 6,8%.
El descenso mensual se debió a la caída de los precios de los bienes, en particular la energía y los alimentos. Excluyendo estos componentes, el llamado IPP subyacente aumentó un 0,1% en diciembre y un 5,5% respecto al año anterior.
Los datos llegan tras los datos de precios al consumo de la semana pasada, que también mostraron que las presiones sobre los precios están disminuyendo. La oferta y la demanda se están equilibrando a medida que las cadenas de suministro se normalizan y la demanda de bienes se enfría en todo el mundo.
Dicho esto, la lucha de la Reserva Federal contra la inflación dista mucho de haber terminado. La reapertura de China de los estrictos protocolos Covid-19 amenaza con apuntalar los precios de las materias primas. El dólar se ha debilitado recientemente, haciendo más competitivos los productos estadounidenses. Y la rigidez del mercado laboral, unida a la resistencia de la demanda de servicios por parte de los consumidores, podría mantener la inflación por encima del objetivo del banco central.
Otros datos publicados el miércoles mostraron que las ventas minoristas cayeron en diciembre más de lo previsto, en un descenso generalizado.
Los precios de producción, excluidos los alimentos, la energía y los servicios comerciales -que eliminan los componentes más volátiles del índice- aumentaron un 0,1% menos de lo previsto respecto al mes anterior y un 4,6% respecto al año anterior.
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