Bloomberg — He aquí un enigma. Argentina, que parece estar a punto de incumplir el pago de su deuda en moneda local, planea al mismo tiempo recomprar US$1.000 millones en deuda en moneda extranjera que recién vence en 2029 y 2030.
El ministro de Economía, Sergio Massa, explicó que la reciente caída del riesgo país abrió una “ventana de oportunidad”. En octubre, los bonos argentinos a 2030 cotizaban por debajo de los 20 centavos por dólar. El martes habían subido a 32,6 centavos, pero hoy se dispararon un 11% hasta los 36,3 centavos. Generalmente se piensa que es mejor recomprar los bonos cuando están baratos que cuando acaban de registrar una fuerte suba, pero quizás Massa sepa algo que nosotros no sabemos.
S&P Global Ratings rebajó el 6 de enero la deuda local del país a default selectivo, tras un canje de deuda para retrasar los pagos que vencían en el primer trimestre. Argentina canjeó la deuda con vencimiento este trimestre a nuevos títulos con vencimiento en abril, mayo y junio, bonos con vencimiento en julio, septiembre y febrero de 2024 y notas ligadas a la inflación con vencimiento en junio. El país ha tenido dificultades para conseguir compradores interesados en sus ventas de deuda local con una inflación que se acerca al 100%.
Me cuesta entenderlo. La recompra de deuda internacional probablemente provendrá de las reservas de divisas. Pero si Argentina tiene un exceso de dólares con los que no sabe qué hacer, podría vender algunos para apuntalar su moneda, o tal vez devolver al FMI parte del dinero que le debe. El mes pasado, el país negoció un acuerdo con el personal técnico del FMI que le dará acceso a unos US$6.000 millones, que se supone utilizará para reforzar sus reservas y hacer frente a antiguas deudas con el Fondo.
¿Por qué Argentina recompra bonos que acaban de subir de precio cuando aparentemente tiene cosas mucho mejores que hacer con ese dinero?