Bogotá — Aunque durante la pandemia y luego de la reactivación económica el modelo del trabajo remoto cobró fuerza en las empresas del país, en noviembre pasado un 94,9% de los ciudadanos consultados por el Dane en Colombia manifestó que no había trabajado remotamente desde su casa durante la última semana, marcando una caída continua desde principios del 2022.
A pesar de que en un principio las empresas destacaron las ventajas del modelo, contribuyendo al mismo tiempo con su adopción a mejorar la movilidad en las grandes ciudades y por consiguiente los niveles de polución, el remate del año pasado muestra una cara distinta frente a los planes de las organizaciones en el país.
Con base a la encuesta Pulso Social del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), la proporción de personas que trabaja remotamente (teletrabajo, trabajo en casa, modalidad virtual de trabajo) ha caído de manera sostenida desde mayo del año pasado, a medida que indicadores como los niveles de ocupación de los sistemas de transporte también van camino a nivelarse.
En el caso del sistema de transporte público de Bogotá, se tiene que antes de la pandemia este movía más de 4 millones de validaciones diarias en los tres componentes (troncal, zonal y cable) y actualmente está sobre los 3,2 millones. Estas cifras podrían moverse nuevamente en 2023 teniendo en cuenta la estacionalidad (vacaciones, entrada de colegios y universidades), según fuentes consultadas por Bloomberg Línea.
Una cultura organizacional enfocada en el control excesivo de las personas, un recelo ante posibles riesgos o implicaciones legales, la carencia de recursos idóneos (como tecnológicos, por ejemplo) y una visión de bajo compromiso de los empleados por parte de las directivas estarían nublando el sueño del trabajo remoto, explicó en entrevista con Bloomberg Línea el jefe de Desarrollo y Comunicación Interna de la compañía de recursos humanos Adecco Colombia, Noel González.
Por su parte, la gerente de Recursos Humanos en PageGroup Colombia y Centroamérica, Laura Franco, dijo en conversación con este medio que el retorno a las oficinas puede responder a que las organizaciones están encontrando grandes desafíos en cuanto a cultura se refiere.
“Es importante brindarles a los colaboradores la opción de poder tener un modelo de trabajo híbrido, pero abolir 100% la presencialidad tiene grandes consecuencias en la rotación y el ambiente laboral”, consideró.
En respuesta a esto, dice, lo que muchas compañías están haciendo de cara a 2023 es crear espacios de colaboración y encuentro para fomentar la creatividad, innovación y el trabajo en equipo a través de sesiones especiales.
En su opinión, la promesa del trabajo remoto “no se está desinflando”, pero considera que lo que sí está ocurriendo es que las empresas son más conscientes de que son importantes las relaciones presenciales, “incluso para la salud mental de los colaboradores”.
“Por eso no es una práctica que se va a dejar de tener, pero sí se va a balancear con espacios físicos que permitan a las personas tener relaciones cara a cara y tener otro tipo de espacios de trabajo más allá de su computador”, apuntó.
De acuerdo a cifras compartidas por la empresa de capital humano ManpowerGroup, un 90% de los colombianos consultados para una encuesta sobre el tema manifestó que el principal reto que tienen para volver a la oficina es la pérdida de tiempo en los desplazamientos, a lo que se suma el hecho de que estos se sienten más cómodos ejerciendo sus labores desde el hogar y ahorrando costos en aspecto como el transporte, pero también las comidas por fuera y los llamados gastos hormiga.
La directora de la división de Talent Solutions de ManpowerGroup, Lina Correa, indica a Bloomberg Línea que ante este panorama las empresas deben generar espacios en la oficina con un real propósito para que los colaboradores se sientan motivados de querer ir, ver a sus colegas, desarrollar proyectos en equipo, entre otros.
“Creo que el reto para las compañías va a ser este porque sí, definitivamente, desde el colaborador existe una tendencia de querer seguir trabajando directamente desde las casas”, apuntó.
Correa manifiesta que a pesar de estos retos el modelo de trabajo remoto “llegó para quedarse” al haberse derribado estereotipos frente a la productividad de los empleados desde casa.
“Para estar más seguras y tranquilas, las empresas sí tendrían que seguir implementando metodologías de control (al desempeño) y seguimiento para mantener la eficiencia de las actividades que puedan estar realizando los colaboradores”, señaló.
El desafío de retener el talento
En medio de la carrera por atraer al mejor talento, el trabajo remoto e híbrido se ha convertido en un factor diferencial para las empresas en un momento en el que la flexibilidad está entre las principales prioridades del personal, siendo especialmente decisivo entre los más jóvenes.
De acuerdo a una reciente encuesta de la consultora estadounidense McKinsey, casi un 40% de los trabajadores colombianos consultados por esa firma estarían dispuestos a renunciar a su trabajo, con lo que puede concluirse que el fenómeno de la gran renuncia ya se está produciendo y puede acelerarse más.
No estar abiertos a las diferentes modalidades de trabajo figura como una de las principales causas a la hora de abandonar los trabajos, según lo manifestaron los mismos empleados consultados por McKinsey.
Las principales causas para dejar el puesto en Colombia son la falta de desarrollo y progresión profesional (53,4%), seguido por una compensación inadecuada (44,56%), líderes indiferentes y poco inspiradores (33,33%), falta de flexibilidad en el lugar de trabajo (30,61%) y expectativas de rendimiento laboral insostenibles (26,36%).
En la otra cara, se analizaron las principales razones de los empleados para quedarse en su actual posición, siendo las más relavantes el desarrollo de la carrera y potencial de progresión (37,35%), una remuneración adecuada (36,61%), flexibilidad en el lugar de trabajo (31,8%), entre otras.
¿Qué lecciones deja el trabajo remoto hasta ahora?
Consultado sobre los principales cambios que deja hasta ahora la adopción de estos nuevos modelos de trabajo, Noel González, de Adecco, afirmó que “la mayor lección está enfocada en la necesidad de establecer objetivos claros para los trabajadores”.
“Cuando las personas saben a cabalidad cuál es el resultado que se espera de ellos, no importa el lugar en el que se encuentren para conseguirlo. Esto implica, contar con las herramientas y los medios adecuados para el cumplimiento de esos objetivos trazados”, dijo.
Para Noel González otra gran enseñanza es la comunicación y frecuencia de las reuniones con los equipos, que no debe ser ni excesiva ni nula, y la necesidad de adoptar métodos y herramientas tecnológicas que faciliten la interacción entre los equipos y que contribuyan al alcance de los objetivos.
“La lección más importante es que la productividad dejó de estar atada a horas en un puesto de trabajo y que el ser humano, a pesar de los avances de la tecnología, necesita la interacción presencial. (…) Esta es la clave, ser más humanos sin volver a un esquema de presencialidad 100%, pero no convertirse en agentes 100% virtuales sin relaciones interpersonales fuertes”, finalizó Laura Franco, de PageGroup.
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