Bloomberg — La reunión anual del Foro Económico Mundial comenzó en Davos, Suiza, con advertencias de ejecutivos y economistas sobre las ciertas posibilidades de que tenga lugar una recesión global este año.
De los 4.410 líderes empresariales encuestados por PricewaterhouseCoopers LLP (mejor conocida como PwC) en octubre y noviembre de 2022, el 73% estimó que el crecimiento global caerá en los próximos 12 meses. Se trata de la peor cifra desde el comienzo de la encuesta en 2011.
Además, el 40% de los empresarios de Davos expresaron preocupación sobre la posibilidad de que sus compañías no sobrevivan en una década.
Otra encuesta entre economistas jefe, publicada por el Foro, reveló que dos tercios esperan una recesión mundial en 2023, a medida que las empresas recortan costos; el 18% ve “extremadamente probable” una recesión de este tipo.
Es probable que las preocupaciones se presenten de manera abundante esta semana, ya que más de 2.700 ejecutivos, banqueros y economistas se dirigen a la estación de esquí suiza de Davos por primera vez en enero desde 2020. Si bien los datos recientes han suscitado esperanzas de que las economías aún puedan lograr un aterrizaje suave, el repunte de la inflación del año pasado y la posterior subida de tasas de interés por parte de los bancos centrales han hecho que muchos se preparen para una contracción de las economías.
El presidente mundial de PWC, Bob Moritz, afirmó no obstante que el nivel de preocupación que reflejaba la encuesta de su empresa era probablemente exagerado.
Las expectativas de ralentización se incorporan a las predicciones porque la gente las ve venir desde hace mucho tiempo. En comparación con la crisis financiera de 2008, los jefes temen más por la economía ahora, pero confían más en que sus empresas “superarán esta desaceleración”.
Aun así, la confianza de los líderes empresariales en las perspectivas de crecimiento de su propia empresa registró el mayor descenso desde la crisis de 2008.
Adaptarse o morir
Los tres grandes riesgos de este año son la inflación, la volatilidad macroeconómica y los conflictos geopolíticos, según la encuesta.
Moritz, de PWC, afirmó que la principal sorpresa ha sido la perspectiva a largo plazo, ya que el 40% de los CEOs están convencidos de que “sus organizaciones no serán económicamente viables dentro de 10 años si no se transforman”.
Y añadió: “A corto plazo se trata de cómo gestionar las presiones de costos y a largo plazo de las cadenas de suministro, el clima y la disrupción tecnológica”. Los directivos deben actuar ahora para “sobrevivir dos años y prosperar en los próximos diez”, asegurándose de que disponen del capital necesario para el futuro.
El año pasado, los directivos estaban preocupados por las amenazas cibernéticas, sanitarias y climáticas. Moritz afirmó que la crisis climática sigue siendo un problema urgente. “No me preocupa que haya descendido en las listas. Las cosas son relativas: entre el 60% y el 70% de los CEOs ya están tomando medidas”, afirmó.
Las amenazas geopolíticas no se limitan a Rusia y China. “Si Rusia-Ucrania puede ocurrir, ¿qué más?”. preguntó Moritz. “¿Qué pasa con Oriente Medio y el papel de Irán? Incluso la Ley de Reducción de la Inflación en EE.UU. es un riesgo potencial”. Los cientos de miles de millones de dólares en subvenciones de la ley para proyectos de energías limpias está provocando tensiones geopolíticas en Europa.
El poder de los trabajadores
En cuanto a la dotación de personal, el 60% de los jefes no tiene previsto reducir la plantilla y el 80% no recortará la retribución, ya que se aferran a los empleados en lugar de recurrir a costosos procesos de contratación. Se espera que la rotación de personal vuelva a ser elevada este año.
“El poder lo siguen teniendo los trabajadores con las cualificaciones adecuadas”, afirmó Moritz.
Los empresarios de Francia, Alemania y el Reino Unido son aún menos optimistas sobre el crecimiento nacional que sobre la expansión mundial.
Sin embargo, el Reino Unido ha mejorado como lugar elegido para hacer negocios, ya que los directivos lo sitúan como el tercer país más importante para el crecimiento de los ingresos, por detrás de EE.UU. y China e igualado con Alemania. Nunca antes había ocupado un puesto superior al cuarto.
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