Bahamas se lame las heridas por FTX y apuesta por Fiat digital

En 2020, lanzó la primera moneda digital llamada Sand Dollar pero su adopción aún es muy lenta

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Antes de que el cofundador de FTX, Sam Bankman-Fried, convirtiera a las Bahamas en sinónimo del crash de las criptomonedas, el país era conocido como pionero del fiat digital.

En 2020, la nación insular lanzó la primera moneda digital del banco central, o CBDC, llamada Sand Dollar. Pero dos años después del debut del Sand Dollar, la adopción ha sido lenta. Y la debacle del FTX no ayuda.

Kimwood Mott, jefe de proyecto para la implantación de la moneda digital en el Banco Central de Bahamas, achaca el lento comienzo a la pandemia. Covid-19 cerró el país durante meses, limitando la capacidad del gobierno para enseñar a la gente qué es y qué no es el Sand Dollar.

“Siempre le digo a la gente que esto no es una criptomoneda”, afirma Mott. “Pero si la gente no sabe lo que es una criptodivisa o una CBDC, entonces sólo estoy haciendo una declaración”.

El Sand Dollar es una versión digital del dólar bahameño - totalmente respaldada por el gobierno y vinculada al billete estadounidense - que puede enviarse y recibirse a través de un teléfono móvil de forma gratuita.

Sus defensores creen que el Sand Dollar podría resolver una serie de problemas: atraer a los no bancarizados al sistema financiero, hacer que las plataformas de pago digitales rivales sean interoperables dándoles una unidad de cambio común, y tal vez incluso salvar vidas, permitiendo al gobierno enviar fondos de emergencia a personas aisladas tras un huracán.

Pero primero tiene que usarlo la gente.

Kendric Dames, peluquero de 44 años en Nassau, es un evangelista del Sand Dollar. Le gusta porque, a diferencia de las transacciones con tarjeta de crédito, no hay comisiones, y cuanto menos dinero físico tiene, más seguro se siente. Pero a pesar de ofrecer un curso intensivo de dinero electrónico a cualquiera que se siente a cortarse el pelo o afeitarse, sólo un 1% de sus clientes utiliza el dinero digital.

“Mucha gente sigue pensando que es una criptomoneda y eso los frena”, explica. “A todos los que se suben a esta silla intento educarlos”

El barbero Kendrick Dames le corta el pelo a Nigel Hepburn en su barbería que acepta Sand Dollar en Nassau.

Los bancos centrales de todo el mundo han estado estudiando los CBDC como una forma de acelerar las transacciones mundiales y frustrar el auge de las criptomonedas, que tienen el potencial de desbancar a las monedas fiduciarias. Aunque, según el Atlantic Council, más de 20 países están probando su propia moneda fiduciaria digital, muchos otros se mantienen al margen, a la espera de ver si experimentos como el de Bahamas tienen éxito.

Por ello, el Banco Central de Bahamas está intensificando sus esfuerzos educativos. En octubre, promovió un festival de vino y comida en el que el Sand Dollar era la única forma de pago, lo que produjo un notable repunte en el uso nacional, dijo Mott. También está trabajando con proveedores privados de monederos digitales para llegar a segmentos específicos de la población.

Island Pay, por ejemplo, está poniendo en marcha un monedero digital Sand Dollar dirigido a los 6 millones de turistas que visitan el país cada año, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de salir a las calles de Nassau con nada más que sus teléfonos móviles. Richard Douglas, Consejero Delegado de Island Pay, afirma que la empresa espera incorporar a 1.000 comerciantes y 100.000 turistas en 2023.

Aunque estas iniciativas están funcionando, no se puede negar “el efecto FTX”, afirma Mott. Aunque la mayoría de los bahameños no tenían dinero en la bolsa, que se trasladó a Bahamas en 2022 entre gran fanfarria, la publicidad negativa en torno a su desaparición no ha hecho sino alimentar el escepticismo sobre el dinero electrónico.

El problema no es exclusivo de Bahamas. El Banco Central del Caribe Oriental -que lanzó el primer CBDC del mundo dentro de una unión monetaria sólo unos meses después que Bahamas- y Nigeria, la mayor economía de África, también están luchando para conseguir que la gente utilice el dinero electrónico.

Hace unos días, Dames mostraba a un cliente de su barbería lo fácil que es transferir dólares de arena desde su teléfono a su cuenta bancaria con unos pocos clics.

El cliente, Nigel Hepburn, no se dejó impresionar. “Intento mantenerme alejado del teléfono, limita la interacción personal”, dice Hepburn. “Todo es mucho más fácil con dinero en efectivo”.