Bogotá — Luego de un año marcado por la volatilidad y la fortaleza global del dólar, las monedas de las mayores economías de Latinoamérica, con marcadas excepciones como Argentina y Venezuela, han experimentado subidas en este 2023 y con ello han dado un respiro en medio de las presiones externas que aún persisten.
Esta semana estuvo marcada por los pronósticos más pesimistas frente al desempeño de la economía latinoamericana, puesto que el Banco Mundial (BM) recortó su previsión de crecimiento para la región del 1,6% al 1,3% para 2023.
Según el Banco Mundial, “esta desaceleración refleja tanto los esfuerzos de las autoridades monetarias por controlar la inflación como los efectos secundarios de un panorama mundial poco auspicioso”, según su informe de Perspectivas económicas mundiales.
En medio de las presiones externas por cuenta de las persistentes disrupciones en la cadena de suministro por la guerra en Ucrania y la inflación, los bancos centrales aún no han declarado victoria y la receta de mayores tasas de interés seguiría siendo su respuesta.
No obstante, este jueves se conoció que la tasa interanual de inflación se situó en el 6,5% en diciembre en EE.UU., enfriándose por sexto mes consecutivo, dando espacio a la Fed para desacelerar en la subida de tasas de interés.
Frente a la apreciación de varias de las monedas latinoamericanas, la economista jefa de IN ON Capital, Ana Vera, explica que desde su despacho han “visto apetito para todo tipo de activos en este comienzo de año”.
“En el caso de Latinoamérica, algunos productos ofrecen unas rentabilidades muy altas como en el caso de algunos bonos soberanos. Asimismo, en el caso de México vemos cómo empieza a tomar relevancia el fenómeno conocido como nearshoring, por medio del cual algunas empresas están poniendo sus plantas de producción cerca y sustituyendo parte de lo que compraban de China ante la distancia y la situación que vive el país asiático con el Covid-19″.
En lo que va corrido del año, y antes de la primera quincena del año, las monedas latinoamericanas que más se apreciaban eran el real brasileño (5,07%), el peso chileno (3,99%), el peso colombiano (3,57%), el peso mexicano (3,32%) y el sol peruano (0,53%).
En la otra cara, a otras monedas como el peso argentino no les ha sentado bien el inicio del nuevo año y este profundiza sus caídas al restarse en ese mismo período un 1,56%.
El economista jefe de Corficolombiana, Julio Romero, explica a Bloomberg Línea que a las monedas de Latinoamérica les está favoreciendo una debilidad global del dólar ante las expectativas que tienen los inversionistas sobre el futuro de la política monetaria por las decisiones de la Reserva Federal.
Romero señala que el mercado está previendo que la Fed va a subir a un menor ritmo las tasas de interés en EE.UU. a pesar de lo que ha dicho el mismo banco central de ese país.
“Hay una divergencia que el mercado está reflejando en un mayor optimismo, en un mayor apetito por riesgo, ante esa expectativa”, anotó.
Asimismo, se refirió a las materias primas y dijo que en el precio del petróleo -uno de los principales commodities de Latinoamérica y fuente de divisas extranjeras- podría influir favorablemente la reapertura de China luego de que pusiera fin a su estricta política de Covid cero.
Esto implica “que un motor importante para la economía global se está reactivando y eso es favorable para la demanda de commodities y por lo tanto aquí hay un factor positivo para las divisas de Latinoamérica”.
Aun así, los analistas visualizan riesgos “idiosincráticos” en cada uno de estos países.
Julio Romero manifiesta que si se revisa solamente la dinámica de 2023 se verá un fortalecimiento de las monedas, pero un período más amplio (como desde mediados de 2022) refleja todavía que la brecha de la tasa de cambio en países como Colombia frente a otros mercados regionales aún es amplia.
Por lo anterior, considera que aún se está incorporando en los niveles actuales del dólar en Colombia una prima de riesgo por esos factores internos, tanto por temas económicos como los déficits de cuenta corriente y fiscal, así como la incertidumbre asociada a la agenda de reformas de este Gobierno.
Consultado por Bloomberg Línea, el economista principal Scotiabank Colpatria, Sergio Olarte, manifestó que las señales recientes “que muestran la consolidación de la desaceleración de la inflación en Estados Unidos, en Europa e inclusive en China, han hecho que los inversionistas internacionales recuperen el apetito por el riesgo en economías emergentes”.
“Con una expectativa de desaceleración fuerte de la economía mundial se espera que los bancos centrales próximamente dejen de subir sus tasas de interés e inclusive empiecen a pensar en bajarlas después de mitad de año, en un entorno de una actividad económica no tan positiva”, dijo Sergio Olarte.
Analiza además que en un momento en el que las tasas de interés están cercanas a su pico se espera que este apetito por el riesgo se fortalezca “y eso hace que las tasas de cambio de los países de la región, y en general de los mercados emergentes, se fortalezcan frente al dólar de Estados Unidos”.
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