Lima — La compañia minera Antapaccay, operada por Glencore en la provincia de Espinar (región de Cusco) fue atacada este jueves 12 de enero durante protestas y manifestaciones que se extienen a nivel nacional; en medio de una de las crisis más extensas que se viven en Perú en los últimos 20 años.
De acuerdo a Defensoría del Pueblo, existen 80 puntos de bloqueo a raíz de la crisis política y la protesta social a lo largo del territorio peruano. Además, desde que empezaron las manifestaciones en diciembre hasta este 12 de enero se contabiliza casi medio centenar de muertos. La Fiscalía de la Nación ya investiga a miembros del Poder Ejecutivo por la responsabilidad detrás de estos eventos.
En un comunicado de prensa, Antapaccay informó que al mediodía ingresó “un grupo de vándalos” por la fuerza a las instalaciones de la minera dejando a su paso dos unidades vehiculares quemadas y atacando la zona del campamento donde los trabajadores de la compañia residen.
“La empresa inmediatamente puso en marcha las medidas de seguridad necesarias para garantizar la seguridad de los trabajadores quienes han sido puestos a buen recaudo”, aclaró Antapaccay. Mientras tanto, un reporte preliminar del Ministerio de Energía y Minas de Perú detalló que la intención de quienes invadieron el campamento minero era quemar la garita de ingreso al complejo minero.
Bloomberg Línea consultó a la empresa de Glencore si el ataque a sus instalalaciones ha tenido impacto alguno en la producción de cobre de la unidad minera. Antapaccay es parte de la división de operaciones de cobre de Glencore en Perú, junto con Antamina.
“Nuestra empresa es respetuosa del derecho a la protesta, sin embargo, de ninguna manera comparte estos actos repudiables y delincuenciales que ponen en riesgo la integridad de nuestros trabajadores y de la población civil en general”, remarcó la compañia en su comunicado.
Al igual que Antapaccay, diversas personas trataron de ingresar -sin éxito- al complejo minero de Las Bambas, operado por la compañía MMG. Las Bambas ha sido una de las minas más interrumpidas por protestas desde que inició operaciones en el 2017.
Mientras ejecuta acciones de prevención, Antapaccay demandó públicamente “respeto a la integridad de sus trabajadores e invoca al Poder Ejecutivo, a las autoridades de Espinar y a la población de la provincia a privilegiar el diálogo para encontrar soluciones viables a la situación que está atravesando el país”.
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