Las familias latinoamericanas se suelen chocar con decenas de problemas para lograr que sus salarios les alcancen hasta el final de mes, pero las deudas hipotecarias no parecen estar incluidos en estos inconvenientes. Al menos así lo muestra un informe de Mastercard en el cual se hace referencia a la carga hipotecaria de los hogares de varias de las principales economías de la región.
- En Brasil, principal economía de América Latina, la carga hipotecaria es del 12,7% de los ingresos disponibles. El documento añade que la proporción del gasto relacionada con la vivienda disminuyó en 1,1 puntos porcentuales de 2019 a 2022.
- En tanto, en México, segunda economía regional, la carga hipotecaria es del 13,9% de los ingresos disponibles.
- En el caso de la tercera economía de América Latina, es decir, Argentina, la carga hipotecaria es del 0,6% de los ingresos disponibles. En este caso el dato no parece positivo, ya que el ratio es tan bajo que muestra que en el país sudamericano el crédito para acceder a la vivienda es prácticamente inexistente.
- Por último, el informe destaca que en Chile la carga hipotecaria es del 33,3% de los ingresos disponibles.
En todos los casos, el informe resalta que los hogares no afrontan un riesgo significativo en sus obligaciones hipotecarias.
Gasto discrecional
El documento elaborado por la compañía no solo se refiere a los créditos hipotecarios: se trata de una proyección de perspectivas hacia 2023 (realizada a fines de 2022) que incluye algunos datos consolidados.
En uno de los apartados, el informe compara cómo se movió el consumo discrecional entre los tarjetahabientes afluentes (los de alto poder adquisitivo) y los no afluentes en diferentes países de la región entre 2019 y 2022.
- En Brasil, de 2019 a 2022, el gasto discrecional de los tarjetahabientes afluentes creció 78%, mientras que el gasto discrecional de los tarjetahabientes no afluentes creció 66,3%, una diferencia de 12 puntos porcentuales.
- En Panamá, de 2019 a 2022, el gasto discrecional de los tarjetahabientes afluentes creció 29,7% mientras que el gasto discrecional de los tarjetahabientes no afluentes creció 42%, una diferencia de 12 puntos porcentuales.
- En Honduras, de 2019 a 2022, el gasto discrecional de los tarjetahabientes afluentes creció 227,6% mientras que el gasto discrecional de los tarjetahabientes no afluentes creció 88,8%, una diferencia de 139 puntos porcentuales.
- En El Salvador, de 2019 a 2022, el gasto discrecional de los tarjetahabientes afluentes creció 143,6% mientras que el gasto discrecional de los tarjetahabientes no afluentes creció 77,2%, una diferencia de 66 puntos porcentuales.
- En Bolivia, de 2019 a 2022, el gasto discrecional de los tarjetahabientes afluentes creció 26,3% mientras que el gasto discrecional de los tarjetahabientes no afluentes creció 4,3%, una diferencia de 22 puntos porcentuales.
- En Ecuador, de 2019 a 2022, el gasto discrecional de los tarjetahabientes afluentes creció 80% mientras que el gasto discrecional de los tarjetahabientes no afluentes creció 50,6%, una diferencia de 29 puntos porcentuales.
- En República Dominicana, de 2019 a 2022, el gasto discrecional de los tarjetahabientes afluentes creció 138,9% mientras que el gasto discrecional de los tarjetahabientes no afluentes creció 93,6%, una diferencia de 45 puntos porcentuales.
- En Jamaica, de 2019 a 2022, el gasto discrecional para los tarjetahabientes afluentes creció 161,7% mientras que el gasto discrecional para los tarjetahabientes no afluentes creció 64,4%, una diferencia de 97 puntos porcentuales.
- En Trinidad y Tobago, de 2019 a 2022, el gasto discrecional para los tarjetahabientes afluentes creció 137,5% mientras que el gasto discrecional para los tarjetahabientes no afluentes creció 16,3%, una diferencia de 121 puntos porcentuales.
Al respecto, Mastercard señala que, a nivel global, en estos tres años el gasto discrecional de los hogares de altos ingresos creció casi dos veces más rápido que el de los hogares de bajos ingresos. Sin embargo, aclara, gran parte de esta brecha disminuirá con la normalización de la inflación.