Banco Mundial es más pesimista frente al desempeño económico de Colombia en 2023

Aunque espera que el año pasado el PIB se haya expandido en un 8%, para este el aumento sería escasamente del 1,3% mientras que para 2024 sería de 2,8%

Por

Bogotá — Las proyecciones de la economía colombiana siguen desmejorando. Ya el Banco de la República había recortado su pronóstico para 2023 y ahora el Banco Mundial revisó a la baja su estimación para este año.

“Se prevé que el crecimiento en Colombia se debilite notablemente hasta el 1,3% en 2023, desde el 8% de 2022, antes de recuperarse ligeramente hasta el 2,8% en 2024″, dijo el Banco Mundial en un informe publicado este martes.

Síguenos en las redes sociales de Bloomberg Línea Colombia: Twitter, Facebook e Instagram

La proyección del Banco Mundial en junio del 2022 apuntaba a que la economía de Colombia creciera 5,4% el año pasado, es decir, mejoró su estimación. Sin embargo, en esa misma fecha esperaba que la economía en 2023 creciera 3,7%, mientras que para 2024 preveía 3,3%.

Dice el Banco Mundial que se espera que la economía se ralentice a medida que disminuya el aumento de la actividad que acompañó a la reapertura tras las restricciones impuestas por la pandemia, y que la política monetaria siga siendo restrictiva en medio de una elevada inflación.

También prevé una desaceleración del crecimiento de la inversión. Unas condiciones monetarias y fiscales más restrictivas deberían contribuir a moderar el crecimiento de las importaciones y a reducir el déficit por cuenta corriente, que se estima se habrá mantenido por encima del 5% del PIB en 2022, a pesar de la favorable relación de intercambio.

Además, advirtió la entidad multilateral que algunas grandes economías regionales (Chile, Colombia) tienen actualmente déficits por cuenta corriente desmesurados, y podrían volverse vulnerables a los cambios en la confianza del mercado.

También remarcó que Colombia fue la única gran economía de América Latina y el Caribe con objetivos de inflación que experimentó una fuerte depreciación de su moneda.

En el segundo semestre de 2022, las monedas de la región resistieron en general a la fortaleza del dólar estadounidense y se apreciaron en términos ponderados por el comercio en varios países.