Exclusiva: La estrategia del jefe de asesores de Alberto Fernández para las elecciones 2023

En una entrevista con Bloomberg Línea, Antonio Aracre, que comenzará en febrero su nuevo rol, apuntó a una variable económica clave para llegar de manera competitiva a los comicios presidenciales

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Buenos Aires — El 12 de octubre del 2022 Antonio Aracre anunciaba que dejaría de ser el CEO de Syngenta, una de los principales productores de agroquímicos y exportadores de semillas de la Argentina, tras 12 años en esa función y 36 en la empresa. En su despedida daba indicios de que su futuro estaría vinculado a la política, con un perfil que había elevado en los últimos meses gracias a intervenciones públicas cada vez más frecuentes.

Tras varias reuniones con el presidente Alberto Fernández, el viernes 30 de diciembre se confirmó que asumiría como jefe de asesores de Presidencia, cargo que dejó vacante Julián Leunda, tras el escándalo de Lago Escondido.

Aracre asumirá funciones en los primeros días de febrero con el objetivo de conformar una mesa que reúna al Gobierno, la oposición, empresas y sindicatos, para avanzar en “dos o tres puntos esenciales para que la agenda de transformación de recursos pueda avanzar”.

Y en su nuevo rol, tiene en claro que hay una variable económica clave a la hora de mejorar las perspectivas del Frente de Todos de cara a las elecciones presidenciales de este año: que baje la inflación. Será un camino cuesta arriba, teniendo en cuenta que implicaría cortar con una inercia que ubicó a la suba de precios por encima del 90% en 2022.

La siguiente conversación fue editada por motivos de extensión y claridad

¿Cuál es el aporte que le puede dar a la función pública alguien que viene del sector privado?

Una perspectiva distinta de lo que normalmente uno suele encontrar en el sector público. Ni mejor, ni peor, distinto. Y eso ya es bueno porque en general todo lo que implica una diversidad de pensamiento nutre a ideas más innovadoras, agrega un aire fresco, una mirada distinta, una apertura al mercado un poco más explícita que la que teníamos ahora.

¿Cuál será su función?

El jefe de asesores tiene una mirada transversal sobre todos los temas sin profundizar en la gestión pero asegurándose que el presidente tenga toda la información que necesita a la hora de tomar una decisión, sobretodo una decisión que no tiene que ver con el día a día sino que aparece como algo nuevo, una iniciativa distinta y una voluntad de transformar algo sobre lo que haya que investigar y formar una opinión antes de tomar una decisión.

¿Y cuáles serán los principales objetivos de tu gestión?

Acordamos una primera etapa de acercar el mundo de lo privado, las inversiones y del capital al mundo de lo público, la política. Tener una plataforma de acercamiento más amigable, más ágil, que permita que todos los recursos naturales que van a explotar en los próximos dos o tres años en el norte y en el sur de Argentina encuentren un espacio de transformación y de generación de riquezas para que sean nuevas fuentes de trabajo que le cambien la vida a la gente. Para aprovechar este potencial hay que destrabar la política, por eso hay que avanzar en una mesa de consenso en la que se puedan sentar el gobierno, la oposición, los sindicatos y los empresarios, con los dos o tres puntos esenciales para que esa agenda de transformación de recursos pueda avanzar.

¿El proceso electoral puede dificultar el armado de esa mesa?

Si no creyera que fuera posible no hubiese aceptado el desafío. Es posible y es necesario. Va a depender de quienes hacemos política pública que la gente vuelva a creer en la política como una herramienta de transformación. En caso contrario esa gente se volcará en la anti política.

Entonces no ve a las elecciones como una dificultad.

No digo que vaya a ser fácil. Digo que el que no quiera trabajar en pos de un acuerdo que le cambie la vida a la gente va a quedar muy expuesto incluso en un año electoral.

Y en la búsqueda de estos acuerdos, ¿cómo impacta el pedido de juicio político a todos los miembros de la Corte Suprema por parte de Alberto Fernández?. ¿Puede trabar el diálogo para otro tipo de proyectos?

Definitivamente no lo simplifica (al diálogo). Pero pasar por alto situaciones en la que aparecen conversaciones cuanto menos dedicadas y sospechosas entre algunos funcionarios, miembros o asistentes de miembros de la Corte Suprema y empresas vinculadas a la actividad pública, más allá de que el origen de esas conversaciones pueda ser bastante ilegal y condenable y que la justicia deberá investigar, el contenido dista mucho de ser algo ético, es sumamente preocupante y los argentinos nos merecemos que se investigue esta situación. El juicio político es una herramienta prevista en la Constitución, que requiere una mayoría tan ácida que es imposible que se apruebe sin un acuerdo absoluto de todas las fuerzas políticas. Si esto sirve para al menos impulsar una investigación que nos brinde transparencia de lo que realmente pasó, me parece que vale la pena aún generando una situación de fricción y tensión a la cual a la larga nos vamos a tener que acostumbrar también porque es parte del juego democrático.

Has dicho que la seguridad jurídica no es lo más importante a la hora de atraer inversión. ¿Qué es lo que hay que observar?

La inversión mira la problemática de la seguridad jurídica, el mundo está convulsionado, en Brasil, en Estados Unidos, en el Reino Unido. Ya no tenemos ese orden prístino y prolijo en la mayoría de las democracias modernas del mundo y el capital opera en ese entorno de dificultad y mira cuáles son las oportunidades para hacer negocios y ganar dinero. Entonces en Argentina, donde los valores en dólares de nuestras empresas y recursos están muy por debajo de lo que vale cualquier cosa en el mundo, y las oportunidades a futuro son enormes, confluye un mecanismo óptimo para que venga el capital, seguramente relativizando un poco las cuestiones de la seguridad jurídica.

¿Cuáles son las perspectivas económicas para este 2023?

El desafío más importante que tiene Argentina vinculado a la gente es la inflación. Si Massa logra acercar la inflación a un 3% mensual, como él mismo se lo propuso, hacia el final del primer trimestre, va a significar que la gente va a empezar a notar una mejora en el poder adquisitivo del salario. Con paritarias ya negociadas a valores altos con una inflación hacia la baja lo que vamos a ver es lo que ya se está viendo, una reversión en la tendencia respecto a cómo evoluciona el salario y la inflación. Ese es el desafío de la economía en 2023 con por supuesto un impacto en las elecciones de este año.

De cumplirse estos objetivos, las perspectivas para las elecciones serían positivas.

Cambian completamente.