¿Moneda única del Mercosur? ¿Moneda única de Sudamérica? ¿Moneda única de América Latina? ¿Moneda única entre Argentina y Brasil? Estas y otras ideas han circulado en los últimos años una y otra vez, y el rumor recobró fuerza con la vuelta de Luiz Inácio Lula da Silva a la Presidencia de Brasil.
Cabe señalar que alguna vez fue el propio mandatario de la principal potencia de la región el que habló, en el marco de una reunión partidaria, de crear una unidad monetaria para toda la región.
Sin embargo, el propio ministro de Economía de Brasil, Fernando Haddad, aclaró en la última semana que no hay nada en estudio sobre la mesa. Por el momento, todo pareciera indicar que la posibilidad de esta gesta monetaria no es más que una expresión de deseo del Gobierno argentino, y no una intención real y acabada de Brasil, que en el fondo es el país que tiene la potencia suficiente para liderar un proceso de esta índole.
Haciendo un repaso de los últimos sucesos, el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, había asegurado el martes 3 de enero: “Si bien a largo plazo el objetivo es apuntar hacia una moneda única, en lo inmediato se buscará potenciar el sistema de pagos en monedas locales con Brasil”.
Sin embargo, Haddad afirmó horas más tarde: “No existe una moneda única, no existe tal propuesta, ustedes lo sabrán primero (en referencia a los periodistas)”.
Una de las señales que había entusiasmado al Gobierno argentino es el nombramiento como viceministro de Economía de Brasil del exbanquero Gabriel Galípolo, un impulsor de la moneda única.
¿Cómo sería una moneda única?
En mayo del año pasado, Lula habló de la posibilidad de crear una moneda regional para “no depender más del dólar” y surgieron versiones de un proyecto de crear una unidad monetaria denominada SUR, incluyendo a países de Sudamérica.
Actualmente, el país más inquieto con la posibilidad de una unificación cambiaria es Argentina, que se conformaría con un sistema de pagos bilaterales que dinamice el comercio bilateral.
“El tema moneda única es más un planteo de Argentina que de Brasil. Son los argentinos quienes impulsan este tema”, señaló a Bloomberg Línea Marcelo Elizondo, director de la consultora DNI y experto en comercio internacional.
Y apuntó que, si bien no está claro el alcance de la moneda única, “lo que se está pretendiendo en lo inmediato es algo así como un instrumento de pago para las operaciones bilaterales entre Argentina y Brasil”.
Al respecto, Elizondo explayó: “La idea pareciera ser que el comercio entre Argentina y Brasil no dependa del dólar, sino que pueda pagarse con monedas locales y que esas monedas locales se cambien en frontera por una especie de moneda binacional que tenga un nomenclador y después los bancos centrales hagan el clearing. Y que eso facilite el comercio bilateral”.
Por otro lado, Elizondo consideró que sería casi imposible pensar en una moneda que sustituya a las ya existentes, al estilo euro en la Unión Europea. “Eso requeriría tener un banco central único, que los países renuncien a sus política monetarias, que los países se comprometan a políticas pre-monetarias. Todo eso requiere unos tecnicismos muy complejos”.
Dudas sobre la posibilidad de una moneda única
En noviembre pasado, Benjamin Ramsey, líder del equipo de investigación económica de América Latina de JPMorgan, le dijo a Bloomberg Línea: “A algunos mandatarios de América Latina les suena tener una única moneda en la región, pero eso no sería tan viable”.
Ramsey había justificado su visión a partir de las siguientes afirmaciones:
- “En nuestra opinión, la coordinación necesaria en medio de las grandes diferencias institucionales entre los países y las delicadas consideraciones en torno a la soberanía, socava en gran medida cualquier perspectiva de una moneda regional”.
- “Nos sorprendería que esta idea llegara a ser una propuesta formal, incluso fuera de la fase de diseño”.
Por su parte, Roy Barreras, presidente del Senado de la República de Colombia a finales de octubre, había señalado: “América Latina, para lograr una moneda única, primero tiene que hacer un tratado de integración y crear un parlamento latinoamericano vinculante como el Parlamento Europeo”.