Cientos de manifestantes rompieron el vallado de seguridad alrededor del Congreso Nacional brasileño este domingo, en Brasilia, para subir la rampa y ubicarse en el área exterior del edificio parlamentario. El operativo de seguridad había sido ordenado el sábado por el ministro de Justicia, Flávio Dino, a raíz de “manifestaciones políticas en el centro de la capital federal”.
El presidente Luiz Inacio Lula da Silva no estaba en el palacio. La policía usó gas pimienta en un intento fallido de controlar a los manifestantes el domingo temprano. Las fuerzas de seguridad pudieron limpiar la corte suprema de alborotadores que habían irrumpido en el edificio.
Los manifestantes aún estaban dentro del edificio del Congreso hasta el domingo por la tarde.
Las imágenes de televisión mostraron a miles de manifestantes, envueltos en banderas brasileñas y vistiendo la camiseta nacional amarilla, inundando el Congreso y otras ramas del gobierno en un evento similar a la invasión del Capitolio de EE.UU. el 6 de enero de 2021.
Las fuerzas de seguridad parecían haber perdido el control de la plaza principal de Brasilia, que es el centro del gobierno. Algunos alborotadores rompieron ventanas y llevaron a cabo otros actos de vandalismo, mientras que otros tomaron videos y selfies.
“Repudio con vehemencia estos actos antidemocráticos, que deben someterse urgentemente al rigor de la ley”, dijo en Twitter el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco.
Los disturbios del domingo siguen a meses de protestas frente a instalaciones militares por parte de partidarios de Bolsonaro que exigían una intervención para evitar que Lula volviera al poder. A finales de diciembre hubo una amenaza de bomba cerca del aeropuerto de Brasilia. Más de cien autobuses de simpatizantes de Bolsonaro llegaron a Brasilia antes de las protestas del domingo.
El ministro de Justicia, Flavio Dino, dijo que las fuerzas de seguridad están trabajando para controlar la situación y que el distrito federal enviará refuerzos. Gleisi Hoffmann, presidenta del gobernante Partido de los Trabajadores, criticó a las autoridades de la capital por no haber evitado los disturbios civiles.
El propio Bolsonaro nunca aceptó del todo su derrota en las elecciones de octubre y se fue de vacaciones a Orlando, Florida, en lugar de asistir a la investidura de Lula.
Movimiento de Bolsonaro
Christian Lynch, politólogo de la Universidad Estatal de Río de Janeiro, dijo que los eventos del domingo causarán un daño irreversible al movimiento de Bolsonaro y que la respuesta de todas las ramas del gobierno será rápida e implacable.
“Aplastará la legitimidad de la extrema derecha”, dijo. “El sistema pondrá fin a cualquier tolerancia hacia estas personas”.
Actualizaciones para incluir la respuesta policial a partir del segundo párrafo
