Bloomberg Línea — Conforme pasa el tiempo, cinco economías de Centroamérica dependen cada vez más de las remesas familiares. Estas transferencias enviadas por los migrantes a sus países de origen son el flujo internacional más importante hacia la región, con alrededor de 9% del Producto Interno Bruto (PIB) en promedio en los últimos veinte años.
En un reporte, el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) señala que las remesas superan a la inversión extranjera directa (IED) en 2,6 veces y a la cooperación para el desarrollo en 15,2 veces.
Honduras, El Salvador, Nicaragua, Guatemala y la República Dominicana son los países con la mayor proporción de remesas a PIB en la región y en conjunto reciben el 96% de estos recursos.
Mientras que, en promedio, las remesas hacia América Latina y el Caribe equivalieron al 2,6% del PIB en 2021, en los cinco países de Centroamérica y el Caribe los promedios son de dos dígitos, señala el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En el caso en Honduras, las remesas familiares contribuyeron al 24,1% de la economía nacional en 2021, pero en 2022 esa relación creció al 27%, al sumar US$ 8.700 millones, informó el Banco Central (BCH).
En El Salvador, estas divisas pasaron del 17% en 2011 a casi una cuarta parte de la economía en 2021. Para noviembre de 2022, estos flujos totalizaban US$ 6.981,7 millones, informó el Banco Central de Reserva (BCR).
“La dependencia de las remesas incluso ha provocado que la situación no sea peor, y ojo, cuando se destaca como un factor que ha permitido el crecimiento económico, básicamente hay un reconocimiento de parte del gobierno de su fracaso de política económica”, dijo Ricardo Castaneda, economista sénior del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi).
En entrevista a medios salvadoreños, el experto dijo que el aumento de las remesas se le puede colocar como un logro al gobierno de los Estados Unidos, desde donde principalmente son enviadas las transferencias.
Nicaragua y Guatemala también crecen
A octubre, el Banco Central de Nicaragua (BCN) registró US$ 2.578,3 millones en concepto de remesas familiares, un 47,6 % más que en el mismo periodo de 2021. La cifra representa un 18,4 % del PIB de ese país, que refleja un crecimiento considerable al 14,7% registrado al cierre de 2020.
El principal país de origen de las remesas sigue siendo Estados Unidos con el 79,5%, mercado que ha impuesto sanciones comerciales y diplomáticas en contra del gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, en reacción a las denuncias de represión y violación de derechos humanos que se han agravado desde 2018.
El resto de países que aportan al 96,8% de las remesas familiares son Costa Rica (7,6%), España (7,2%), Panamá (1,7%) y Canadá (0,8%), de acuerdo con el BCN.
“Las familias entre sí se ayudan –sin mediación gubernamental– para suplir sus necesidades de consumo, resolver ante la escasez de empleos de calidad, salvar las rigideces de los salarios y seguir adelante, a pesar de la carestía de la vida”, dijo el economista Marco Aurelio Peña, autor del estudio el estudio El incierto bienestar: Ciclo económico y calidad de vida en Nicaragua, que publicó el Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (Cetcam).
Asimismo, el envío de remesas desde el extranjero a Guatemala llegó a los US$ 16.398 millones en noviembre de 2022, es decir, un crecimiento de un 7,2 % en comparación al año anterior, informó el Banco de Guatemala (Banguat).
Esta cifra es la más alta en la historia del país, al superar los US$ 15.295 millones enviados durante todo 2021, cuando las remesas familiares representaron 14,6% del PIB. La dependencia de la economía del país a las transferencias hechas por migrantes ha crecido, puesto que en 2005 era del 9,4% del PIB.
En República Dominicana bajan
En República Dominicana, el Banco Central informó esta semana que al finalizar 2022 las remesas familiares llegaron a los US$ 10.000 millones, un resultado inferior al de 2021 (US$ 10.402,5 millones).
Antes, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) había previsto en su Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe 2022 que el país registraría una variación negativa de casi 7% en el ingreso de remesas.
Aún así, la dependencia a estas divisas ha ido en crecimiento, al pasar de 8,1% en 2018 al 10,4% en 2021.