Caracas — Aunque la meta de los 2.000.000 de barriles diarios se sigue alejando para 2023, la Cámara Petrolera de Venezuela (CPV) estima una estabilidad cerca del millón de bpd —tras un año con un promedio de 700.000 barriles—, que está sujeta a una nueva ronda de flexibilización de sanciones.
Las iniciativas de acuerdos estratégicos y alianzas, además de otras licencias que pueda autorizar la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés), formarán una mayor contribución para el aumento de la producción de crudo venezolano, de acuerdo a Enrique Novoa, presidente de la CPV.
“Estimamos que se producirá un incremento de producción en condiciones de estabilidad, que puede servir de base para impulsar el crecimiento de la actividad, aprovechando las ingentes y competitivas reservas en petróleo y gas con las que cuenta el país. Esto podrá traducirse en un aporte positivo al PIB del país para el 2023″, dijo en contacto con Bloomberg Línea.
En el caso de Chevron Corp. y la ampliación de su licencia para operar en el país, si bien ha sido cautelosa y no se traduce actualmente en beneficios significativos para la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), desde la CPV se considera parte de una suma de medidas similares para impulsar la producción, con la generación de actividad y empleo en las plantas asignadas.
“La flexibilización de las sanciones, la profundización y efectividad del nuevo esquema de negocios y alianzas promovido por Pdvsa y el fortalecimiento del marco legal, también pueden aportar mejoras en las condiciones para la inversión”, agregó Novoa.
La apuesta porque se mantenga los niveles actuales en el precio del crudo durante todo el año también ha sido valorada por la CPV, como un estímulo al crecimiento de la industria, que a principios de 2022 registró 37,69% y marcó una recuperación del sector, certificado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), aunque las cifras hayan retrocedido a finales del año.