Ciudad de México — La economía de México tomará el timón en 2023 para navegar entre diferentes fuerzas que determinarán el crecimiento: las optimistas que apuntan al nearshoring como imán de inversiones globales y las pesimistas que ponen al país a la deriva ante la posible recesión en EE.UU. y la inflación que persistirá como una migraña.
El crecimiento de la economía mexicana sorprendió en el tercer trimestre de 2022 con un aumento de 4,3% anual ante el dinamismo de las exportaciones y el consumo interno, por lo que los pronósticos de cierre de año comenzaron a ajustarse al alza y a converger con el estimado de crecimiento del Gobierno en un rango de 1,9% y 2,9%.
Banco de México (Banxico) y el consenso del mercado prevén que el Producto Interno Bruto (PIB) crezca 3% en 2022, muy similar al techo del rango previsto por las autoridades hacendarias del Gobierno.
El propio presidente Andrés Manuel López Obrador ha hecho suyo este pronóstico para 2022 y asegura que en 2023 y 2024 se replicará el crecimiento anual de 3%. AMLO, como se le conoce al presidente, prometió en campaña, sin visos de una pandemia, que México crecería al 6% al final de su administración.
No vamos a traer cero crecimiento en el sexenio, vamos a tener crecimiento, aunque sea de un poco más del 1% anual durante nuestro Gobierno
AMLO durante la conferencia mañanera del viernes 30 de diciembre de 2022, la última del año.
Pero los vientos para 2023 dirigen a México a un menor crecimiento a pesar de los indicios de la relocalización de empresas o nearshoring que ha comenzado a darse desde el año pasado, de acuerdo con datos de Inversión Extranjera Directa del Gobierno y algunos analistas.
El Gobierno de México estima que para 2023 la economía tendrá un crecimiento puntual de 3% anual y que el país podría consolidarse como un líder exportador ante la coyuntura “sin precedentes” en materia comercial debido al nearshoring enfocado en regiones cercanas a Estados Unidos, el mercado objetivo.
Sin embargo, Banxico, el mercado y organismos internacionales distan mucho del pronóstico de crecimiento del Gobierno de AMLO para este año.
Banxico estima un crecimiento de la economía de 1,8%, un estimado que lo coloca entre los pronósticos más optimistas. La OCDE ve un crecimiento de 1,6%, el FMI prevé una expansión de 1,2% y los analistas de la Encuesta Citibanamex de Expectativas proyectan un crecimiento de 0,95%.
Bank of America destaca entre los pesimistas porque pasó de pronosticar nulo crecimiento para México a una contracción de -0,50% para 2023.
El impulso de la recuperación no se repetirá en 2023
Pamela Díaz Loubet, economista jefe en México de BNP Paribas, dijo a Bloomberg Línea que el crecimiento ha estado contaminado porque después de la pandemia vino un rebote económico en 2021 y 2022 relacionado con una recuperación desigual entre los sectores y regiones, y en medio de varios choques.
El PIB retomó en el tercer trimestre de 2022 a su nivel previo a la pandemia y registró un crecimiento anual de 4,3%, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), aunque aún no regresa al tamaño que tenía al inicio de la administración de AMLO.
Díaz Loubet dijo que al inicio de la recuperación económica hubo una aceleración en los componentes de la demanda externa, sobre en sectores relacionados con la industria, mientras que los sectores de servicios se rezagaron.
Cuando la actividad económica de 2022 comenzó a repuntar -señaló- esta se explicó por sectores que siguieron recuperándose y que probablemente ya no presenten en 2023 ese dinamismo o si se presenta sería en menor magnitud.
El Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) muestra que, al mes de octubre de 2022, las manufacturas, el comercio y los servicios de esparcimiento cultural y deportivo ya retomaron su nivel pre pandemia. En contraste, la construcción y los servicios de alojamiento temporal y preparación alimentos y bebidas todavía no retoman sus niveles de actividad antes del Covid-19.
La economista en México de BNP Paribas añade que otro factor que explica el crecimiento de 2022 es el efecto de base de comparación por la reforma de subcontratación que ya no se va a repetir el 2023.
Para 2023 el nearshoring es otro factor a observar para el crecimiento, aunque dijo que es difícil de medir su impacto.
“México estará navegando el 2023 entre el nearshoring y la recesión económica de EE.UU. Este esfuerzo de relocalización de cadenas productivas puede favorecer al país y puede ser el factor que explique un cambio estructural en el crecimiento y dejar atrás los factores relacionados con el rebote de la pandemia”
Pamela Díaz Loubet, economista jefe en México de BNP Paribas
Crecimiento a la baja en 2023 y la inflación se mantendrá alta
Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’s Analytics, dijo a Bloomberg Línea que en 2023 el crecimiento económico estará a la baja, aún con la relocalización de inversiones, ya que el país depende mucho del mercado estadounidense, el cual se espera que se desacelere significativamente en el 2023.
Señaló que el nearshoring es favorable para fortalecer la capacidad productiva del país y es una realidad, pero su efecto se dará mayormente en el mediano plazo y su potencial dependerá en gran medida del ambiente de negocios que ofrezca y promueva el Gobierno.
“Si este proceso de inversiones se fortalece y dado el tradicional efecto del ciclo político-electoral, el crecimiento en el 2024 podría repuntar hacia un 3%, aunque la economía estará sujeta a la fase de desaceleración hacia el final del año y durante la primera mitad del 2025″
Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’s Analytics
Coutiño dijo que Moody’s Analytics estima que México registre un crecimiento de alrededor de 1% en el 2023 ante un avance de la economía estadounidense de 0,8%, asimismo, prevé que la inflación se mantenga probablemente muy por encima de 4% a lo largo de este año, que es el límite superior del rango objetivo de Banxico.
Banxico estima que la inflación se situará en 7,5% promedio en el primer trimestre de 2023 hasta descender a 4,2% promedio en el cuarto trimestre, en contraste, el mercado espera hacia final del año una inflación del orden de 5,18%.
Recesión en EE.UU. y política monetaria opacarían nearshoring
Rodolfo Navarrete, economista en jefe de Vector Empresas, dijo en un seminario de perspectivas que en el corto plazo la economía mexicana se ha beneficiado de la demanda externa, pero en 2023 y 2024 enfrentará los efectos de fuerzas que actúan en sentido contrario, por un lado, la contracción económica de EE.UU. y la política monetaria restrictiva para bajar la inflación, y por el otro el nearshoring.
Indicó que el nearshoring traería efectos positivos como una mayor inversión asociada a la relocalización de empresas, a la reconversión de la industria automotriz y a la inversión en semiconductores, lo que podría contrarrestar el efecto negativo de la desaceleración en EE.UU, sin embargo, no se sabe la magnitud del impacto de la relocalización.
“La inflación en México sigue generando dolores de cabeza y va a seguir alta en 2023, además, el efecto negativo de la desaceleración de Estados Unidos y la política monetaria mexicana van a primar sobre los efectos positivos de nearshoring”
Rodolfo Navarrete, economista en jefe de Vector Empresa
Banxico anticipa que México enfrentará en 2023 una menor demanda externa, lo que contrarresta parcialmente el efecto aritmético al alza derivado de la mayor base de crecimiento.
Asimismo, el “complejo” panorama externo ha continuado deteriorando las previsiones de crecimiento global, entre ellas las de EE.UU. y de su actividad industrial, por lo que se espera que ello repercuta en un menor dinamismo del crecimiento económico en México durante 2023.
La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) prevé que el consumo se verá respaldado por la mejora gradual del mercado laboral, si bien la elevada inflación le restará fuerza, en tanto, las exportaciones seguirán beneficiándose de una alta integración en las cadenas de valor, pero su dinamismo se verá atenuado por la desaceleración de EE.UU.