Centroamérica — Un estudio reciente, elaborado por el Consejo de Protección al Consumidor de Centroamérica (Concadeco), en el que se comparan los precios de la canasta básica en los países de la región, reveló cuánto necesitan las familias centroamericanas para poder vivir.
La inflación, el conflicto entre Ucrania y Rusia, y el aumento global en el precio de los combustibles, serían algunos factores que impactaron en el precio de los alimentos este año que termina.
De acuerdo con la investigación, el costo de la canasta alimentaria decreció en su valor desde un 0,44% en El Salvador y un máximo de 1,25% en Honduras; excepto en los países de Guatemala y Costa Rica, donde se presentaron incrementos de 0,54% y 2,90%, respectivamente, debido a la fluctuación en el costo de los diferentes productos alimenticios.
En cada país centroamericano la canasta básica está conformada por distintos productos y la cantidad de productos varía, en algunos es sólo de 22, como es el caso de El Salvador, mientras que otros países tiene 30 o más productos. En Nicaragua, la conforman 53 productos, en Panamá 59 y en Guatemala 34.
Una observación que hacen los miembros de Concadeco es que el poder adquisitivo varía en cada uno de los países analizados.
Salarios mínimos
Costa Rica es uno de los países de la región en los que se puede comprar más canastas básicas con un salario mínimo, mientras que otros países como Guatemala y República Dominicana el sueldo base es insuficiente para adquirir sus respectivas canastas, que debe incluir los alimentos necesarios para una buena nutrición y cubrir los servicios básicos.
El presente artículo no pretende comparar las cifras de los distintos países, considerando también que sus canastas básicas tienen composiciones diferentes (habiendo en algunos casos una familiar y en otros una individual). Se trata de un ejercicio ilustrativo del poder adquisitivo a nivel doméstico, en base a los criterios de cada nación.
Crecimiento del costo de la CBA en región SICA
De acuerdo con las estadísticas del Índice de Precios al Consumidor (IPC), los países miembros del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) experimentaron en octubre de 2022 una inflación promedio de 8,3%, la cual supera la reportada en octubre de 2021, que fue de 4,7%.
El Boletín de Monitoreo de Precios de Alimentos, análisis a noviembre de 2022, elaborado por la Secretaría General del Sistema de la Integración Centroamericana (SG-SICA), destacó que la inflación de alimentos, 13,9%, y la de los bienes y servicios del transporte, 9,9%, registran valores superiores a la inflación general.
El valor promedio de la Canasta Básica de Alimentos (CBA) de los países del SICA creció en 17,0% en octubre de 2022, superando la tasa de inflación de los alimentos en el IPC (13,9 %).
El crecimiento de los precios de la CBA en los países del SICA repercutirá en el aumento de la desigualdad y la pobreza extrema y general en 2022 y, por tanto, en uno de los factores determinantes de la inseguridad alimentaria y nutricional.
Precios de los alimentos
Por su parte, el Índice de Precios de los Alimentos que publica la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en noviembre de 2022 experimentó una reducción marginal de 0,1%, que prácticamente mantiene constante el nivel de precios: los aumentos en los precios de los aceites vegetales y el azúcar fueron compensados por descensos en los precios de los cereales, productos lácteos y la carne.
Aunque los precios de los alimentos se están corrigiendo a la baja luego del incremento histórico experimentado en marzo de 2022, se consideran aún altos (15,9% entre enero y noviembre de 2022, respecto a igual período de 2021), y representan un factor de amenaza a la seguridad alimentaria y nutricional, particularmente de las poblaciones vulnerables de los países de bajos ingresos.
Para el 2023 se prevé que los precios de los alimentos disminuirán 6% y que tenderán a estabilizarse en 2024; no obstante, los mercados mundiales de alimentos se mantendrán expuestos a la incertidumbre de las exportaciones de Rusia y Ucrania y a la volatilidad de los precios de la energía, principalmente petróleo y gas natural.
Los aumentos de la inflación y de las tasas de interés añaden riesgos al alza de los precios de los alimentos y fertilizantes; así como también los fenómenos meteorológicos que pueden afectar reduciendo la producción agrícola, concluyó el reporte del SICA.