Bogotá — Cada que hay discusión sobre cuánto debe aumentar el salario mínimo de un año a otro los economistas advierten que un alza desproporcionada puede terminar teniendo efectos negativos sobre el comportamiento de la inflación y del desempleo.
Este año en Colombia se llegó a un acuerdo entre Gobierno, empresarios y centrales obreras para que el salario mínimo crezca un 16%, aunque la inflación ronda el 12.5% y la productividad fue del 1,24%.
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El equipo de Investigaciones Económicas del Grupo Bancolombia se dio a la tarea de revisar en qué sectores de la economía se podrían sentir efectos negativos de dicho incremento.
Llegó a la conclusión de que los macrosectores más afectados serían la administración pública, salud y educación, y las actividades profesionales y administrativas, mientras la presión sobre la inflación implica un ligero sesgo al alza sobre nuestro escenario vigente para el cierre de 2023.
Explica la entidad que “si en lugar de descontar la inflación total se descuenta la inflación que perciben los hogares de ingresos bajos, entre los que se encuentran la mayoría de los trabajadores que reciben el SMMLV, el incremento real definido en esta ocasión es muy cercano al promedio que ha predominado en la última década y se reduce sustancialmente el excedente que supera a los criterios técnicos desde el punto de vista económico”.
Habiendo dicho esto, Bancolombia cree que esta decisión tendrá implicaciones en el desempeño de la inflación y el mercado laboral en 2023. En relación con los precios, la presión adicional en los costos de las empresas, en particular en aquellas con mayor proporción de contratación formal, las podría llevar a ajustar sus precios de venta para amortiguar el impacto financiero.
Pero no solo eso, dice la entidad financiera que, dado que el incremento estaría ocurriendo en un contexto de marcada desaceleración económica, es previsible que otras firmas deban reaccionar reduciendo su nómina actual o esperada. Por su parte, el nuevo valor del salario mínimo también incentivaría las contrataciones con esquemas informales, lo que puede dificultar combatir uno de los talones de Aquiles que históricamente ha adolecido el mercado laboral de Colombia.
Efecto inflacionario
En su análisis Bancolombia considera que, el incremento del 16% del salario impulsará los precios al consumidor en 2023 a través de 3 vías: i) incrementaría los costos laborales de las empresas; ii) haría que algunos hogares mantengan un alto nivel de consumo; y iii) acentuaría el efecto indexación.
Un estudio publicado por el Banco de la República encontró que un incremento de 100 puntos base del salario mínimo nominal puede generar un alza la inflación total entre 9,5 puntos básicos y 14,4 puntos básicos. Si se aplica esta estimación, el incremento de 16% que se adoptó la semana anterior implicaría por sí solo un avance del IPC anual entre 1,52 puntos porcentuales y 2,3 puntos porcentuales el próximo año.
Efecto sobre el empleo
En su análisis Bancolombia cita el estudio del Emisor en el que se revela que los incrementos reales del salario mínimo conllevan a una reducción en la creación de empleos formales.
El análisis apunta a que cada punto porcentual de ajuste en el SMMLV reduce en una magnitud similar las contrataciones formales.
Además, el mayor costo de mano de obra afecta la capacidad de generación de oportunidades para aprendices (aquellos destinados a las prácticas profesionales de los estudiantes universitarios en los últimos semestres de pregrado). Esto complica el enganche de los más jóvenes al mercado laboral.
Como es de esperar, una menor demanda por puestos de trabajo es un obstáculo para la reducción de la informalidad. El mercado laboral del país tradicionalmente se ha caracterizado por tener niveles de informalidad elevados.
Incluso, luego del choque de la pandemia se ha incrementado la proporción en lo corrido del 2022 hasta octubre a un promedio superior al 58%.
La alta informalidad implica una baja calidad del empleo, además de un menor aporte a los sistemas de salud y pensiones -lo que afecta su sostenibilidad y costo fiscal-, y un mayor riesgo de evasión del impuesto de renta.
Para Bancolombia, la síntesis de estos elementos de corte inflacionario y laboral se traducirán a la actividad productiva sectorial según el nivel de contratación formal y la proporción de los costos impactados.
Según las cifras más recientes disponibles del Dane, en el trimestre móvil entre agosto y octubre de 2022, los sectores que ocuparon la mayor cantidad de trabajadores formales fueron: la administración pública, la educación y salud, el comercio mayorista y minorista, y el sector manufacturero.
Sin embargo, si se mira desde la óptica de la proporcionalidad, las actividades de información y comunicaciones (86,5%), las financieras (86,3%) y el sector público, educación y salud (82,6%) son las más intensivas, dentro de su total de ocupación, en la de tipo formal. Así, en estos sectores se evidenciaría un mayor impacto por el aumento de los costos laborales.
Además, la otra cara de la moneda entre los sectores menos intensivos en mano de obra formal es que el incremento en los costos de la contratación formal sería un factor que mantendría bajos los incentivos a reducir la informalidad.
Esto afectará, entonces, a sectores como el agropecuario (11,4% de formalidad), el alojamiento y servicios de comida (22,9%), y el entretenimiento y servicio doméstico (24,5%)