Bloomberg — Japón exigirá resultados negativos en la prueba de Covid-19 a los viajeros procedentes de China, ya que el país de los 1.400 millones de habitantes abre sus fronteras a partir del 8 de enero y abandona a marchas forzadas su política de Covid Cero.
La política entrará en vigor el 30 de diciembre, según declaró el Primer Ministro Fumio Kishida a la prensa en Tokio el martes. Las personas que hayan estado en China continental en un periodo de siete días tendrán que someterse a las pruebas a su llegada, dijo, y añadió que quienes den positivo tendrán que permanecer en cuarentena durante una semana.
China está saliendo de tres años de aislamiento mundial autoimpuesto bajo una política de restricciones que maltrató la economía y avivó el descontento público. Los viajeros que entren en la segunda mayor economía del mundo ya no tendrán que pasar la cuarentena y podrán entrar con un resultado negativo en la prueba de Covid, una medida que se considera una reapertura efectiva de las fronteras que también podría impulsar los viajes al extranjero.
”Hay grandes discrepancias entre la información sobre infecciones recopilada a nivel central y local, así como entre el gobierno y el sector privado, por lo que es difícil comprender los detalles de la situación”, dijo Kishida refiriéndose a China. “También hay una preocupación creciente dentro de Japón”.
El Primer Ministro añadió que el propósito de las restricciones era evitar una oleada de infecciones que entraran en el país, y que se harían esfuerzos para garantizar que las normas no detuvieran el flujo de personas entre los países. Los vuelos directos desde China, Hong Kong y Macao sólo se aceptarán en los aeropuertos de Narita, Haneda, Kansai International y Chubu, según un comunicado enviado por correo electrónico por el Ministerio de Asuntos Exteriores. Se pedirá a las aerolíneas que no aumenten el número actual de vuelos.
Los viajeros de Hong Kong y Macao no estarán sujetos a los requisitos de las pruebas, según el comunicado. Aunque los visitantes han empezado a regresar a Japón en los últimos meses, las llegadas procedentes de China han seguido siendo muy limitadas en comparación con los niveles anteriores a la pandemia, cuando constituían el grupo más numeroso. Unos 21.000 chinos continentales llegaron a Japón en noviembre, una fracción de los 750.000 visitantes de noviembre de 2019. Japón reabrió sus fronteras en octubre.
China y Japón habían iniciado esfuerzos para mejorar su relación, a menudo difícil, y Kishida se reunió con el presidente chino Xi Jinping en Tailandia en noviembre. Pekín se opuso entonces cuando Japón desveló una nueva estrategia de seguridad nacional que describía a China como un desafío “sin precedentes”. La visita a China del ministro de Asuntos Exteriores, Yoshimasa Hayashi, prevista para finales de año, se aplazó hasta después de Año Nuevo, según informó Jiji Press.
