El reinado de la moneda más fuerte de Latinoamérica en 2022 estaría llegando a su fin

La economía uruguaya es una de las tantas que se alejaría de las fuertes subas de tasas en 2023, a medida que la inflación vaya disminuyendo, en una medida que los operadores dicen llevaría a un peso más débil

El Banco de la República Oriental del Uruguay permitiría la depreciación del peso uruguayo, al alejarse de las subas de tasas
Por Ken Parks
27 de diciembre, 2022 | 07:47 AM

Bloomberg — La impresionante apreciación del peso uruguayo a lo largo del 2022, que lo posicionó entre las monedas más fuertes del mundo, podría estar llegando a su fin.

La economía uruguaya es una de las tantas que se alejaría de las fuertes subas de tasas en 2023, a medida que la inflación vaya disminuyendo, en una medida que los operadores dicen llevaría a un peso más débil. Incluso el jefe del banco central prevé el final de un repunte.

El presidente del Banco Central del Uruguay, Diego Labat, dijo este mes en una entrevista de radio que los modelos y la lectura del mercado indican que se esperaría un cambio de rumbo relativamente pronto.

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Tal cambio de postura marcaría el fin del épico repunte del peso, que lo convirtió en una de las pocas monedas mundiales en avanzar frente al dólar en 2022.

Una serie de alzas de tasa de interés, el auge de las exportaciones y la inversión extranjera ayudaron a que la moneda se disparara más del 14% en lo que va del año, convirtiéndola en la divisa con el mejor desempeño de América Latina. Sus ganancias superaron incluso las del real, que se benefició de la temprana lucha del banco central brasileño contra la inflación.

La moneda de Uruguay también fue la cuarta mejor del mundo después del dram armenio, el afgani afgano y el lari georgiano, según datos compilados por Bloomberg.

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Disminuye la presión

A medida que se aproxima el fin del año, aumentan las expectativas de que el banco central uruguayo adopte una postura menos restrictiva en 2023 después de un incremento esperado de medio punto la próxima semana a al 11,75%. La inflación se ha desacelerado durante dos meses consecutivos, descendiendo al 8,5% en noviembre, justo por debajo de su promedio de 20 años.

Si el banco central comienza a bajar su tasa de política monetaria, “los flujos financieros que respaldan al peso uruguayo probablemente se debilitarán durante 2023”, escribieron en una nota el economista jefe de TPCG Valores, Juan Manuel Pazos, y el estratega Santiago Resico.

Es probable que el peso se debilite, pero menos de lo que sugeriría cualquier posible alivio de la inflación el próximo año, y que la economía funcione relativamente bien a un tipo de cambio entre 40 y 42 por dólar, dijo Jerónimo Nin, que administra cerca de US$1.200 millones en la corredora local Nobilis.

Walter Stoeppelwerth, estratega sénior de la corredora de valores Gletir, con sede en Montevideo, dijo que el peso podría llegar a entre 41 y 42 por dólar en el primer trimestre a medida que se desvanecen las entradas de dólares por el turismo estival. El aumento de las importaciones y la reducción de las exportaciones sugieren que la moneda está sobrevaluada, dijo.

“El tipo de cambio efectivo real altísimo implica que podría haber una corrección después de la temporada turística de verano”, aseveró Stoeppelwerth.

Presión sobre las exportaciones

Los exportadores se han vuelto cada vez más críticos del tipo de cambio ya que un peso sobrevaluado les está costando negocios. Los datos del Gobierno muestran caídas significativas en el valor de las exportaciones en cada uno de los últimos dos meses.

Un tipo de cambio de libre mercado es bueno, pero a veces hay que intervenir para mejorar el desempeño de los exportadores”, dijo a periodistas en Montevideo el presidente de la Confederación de Cámaras Empresariales del Uruguay (CCE), Juan Martínez Escrich.

Labat reconoció a principios de diciembre que el tipo de cambio es una “preocupación” para el banco central e indicó que la intervención es algo que siempre está sobre la mesa, pero que hay que usarla con mucha cautela.