Bogotá — Se estima que Colombia perdió un total de 86.985 hectáreas de bosque y que el país concentraba por lo menos once focos de deforestación entre enero y septiembre pasado, de acuerdo al informe de Monitoreo de Pérdida de Cobertura Vegetal, de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS), que cuenta con el apoyo de diferentes Gobiernos como Noruega y Reino Unido.
El informe expone que “el principal motor de pérdida de bosque en el país durante 2022 sigue siendo el acaparamiento de tierras, lo que ha promovido actividades como la ganadería extensiva, la agroindustria, la siembra de cultivos de uso ilícito y la construcción de una malla vial irregular, en especial en la Amazonía”.
Los principales focos de la deforestación en el país están en la actualidad concentrados en los departamentos de Caquetá, Meta, Guaviare, Putumayo y Antioquia, en donde fueron deforestadas 73.670 hectáreas de bosque.
El paso de la motosierra afectó principalmente a San José del Guaviare (Guaviare) y Cartagena del Chairá (Caquetá), puesto que la FCDS estima que en esos territorios desaparecieron 14.749 hectáreas de bosque.
Cartagena del Chairá fue un foco constante entre enero y septiembre de este año tanto de deforestación como de incendios en zonas protegidas, impactando al Parque Nacional Natural Sierra de Chiribiquete, situado en la región amazónica colombiana.
Preocupa especialmente el Parque Nacional Natural Tinigua, que está entre la serranía de la Macarena y estribaciones de la cordillera Oriental, en donde fueron arrasadas 6.614 hectáreas de zona boscosa como resultado de la ganadería extensiva.
Otros focos dramáticos de la deforestación son los municipios de El Retorno (Guaviare), Timbiquí (Cauca) y Puerto Colombia (Guainía).
Además, FCDS advierte que “a pesar de una época del año con mayor intensidad de lluvias, la deforestación no frenó”.
Y es que pesar de ser un año que estuvo marcado por los efectos del fenómeno de La Niña, Colombia registró 107.823 alertas de incendios en los bosques entre el 1 de enero y el 30 de septiembre.
Desde FCDS advierten que muchas de estas actividades se realizan para preparar el suelo bien sea para adelantar actividades agropecuarias o para realizar apropiaciones ilegales de tierra.
FCDS indica que durante los meses de monitoreo se presentaron 359 incendios diarios, afectando principalmente los bosques del Meta, Vichada, Bolívar, Caquetá, Casanare y Guaviare.
En estos territorios se presentaron 68.109 alertas, un 52% del total nacional.
Del total de las alertas en el país, más de 30% se concentraron en ocho poblaciones: Cumaribo (8.838), San Vicente del Caguán (4.966), La Macarena (5.416), Puerto Gaitán (3.164), Cartagena del Chairá (2.839), San José del Guaviare (4.048), Mapiripán (3.655) y la Primavera (2.890), en la Amazonía.
En agosto pasado, el presidente colombiano, Gustavo Petro, propuso “constituir la primera flota de aviones o helicópteros capaces de apagar incendios en la selva amazónica”.
“Eso vale un dinero, y bastante, así que aquí la colaboración internacional se vuelve fundamental”, dijo el mandatario colombiano.
Ya en octubre, la ministra de Ambiente del país, Susana Muhamad, manifestó desde San José del Guaviare que para enfrentar el flagelo de la deforestación se busca la participación de diversos actores y que la estrategia no consista solo en la contención por parte de la fuerza pública.
El Gobierno quiere que se “incluya un acuerdo social con los campesinos, que sea desarrollar una economía de la biodiversidad y de la restauración ecológica, que no solo involucre a la base social que está en estas regiones, sino que la beneficie y la incluya en el Estado social de derecho”.
En esa misma visita, Petro dijo que el Gobierno impulsará el próximo año la adopción de un documento Conpes mediante el cual se implementará el fondo para salvaguardar la biodiversidad e impulsar la revitalización de la selva amazónica, un mecanismo que tendrá en 2023 una partida inicial de $600.000 millones del presupuesto nacional.
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