Ciudad de México — La inversión en deuda de riesgo alcanzó un máximo histórico en América Latina, al acumularse US$1.300 millones en deuda de riesgo en 2022. Esto ya supera el récord anual de US$823 millones en 2021, destaca un análisis de la Asociación para la Inversión de Capital Privado en América Latina (LAVCA).
Las startups en etapa tardía optaron más por líneas de crédito de bancos de inversión tradicionales como fuente alternativa de financiamiento.
En medio de un año turbulento para el sector tecnológico, las rondas de inversión de riesgo en startups en etapas avanzadas están siendo más cautelosas. Esto ha influido a que los unicornios, valuados en más de US$1.000 millones, recurran a endeudarse con bancos internacionales para seguir creciendo.
Startups mexicanas con estatus de unicornio como Clara, Clip, Kavak y Konfio han optado en los últimos meses por la deuda. De los ocho unicornios netamente mexicanos, la mitad ha recurrido a esta opción, principalmente con Goldman Sachs y HSBC.
El fenómeno no ocurre sólo en México. En Latinoamérica, la colombiana Rappi, Mercado Libre en Argentina y la brasileña Nubank han recurrido a este recurso incluso después de que las últimas dos empresas ya cotizan en bolsa.
Kavak, valuado en US$8.700 millones, captó más deuda (US$810 millones) que los US$700 millones que levantó en su última ronda de venture capital con fondos como General Catalyst, SoftBank, Tiger Global y Founders Fund.
La línea de crédito de Kavak no sólo es la mayor otorgada a una startup en la región, también es más que la suma total de la deuda que han adquirido las startups latinas -exceptuando a las públicas Nubank y Mercado Libre- en el último año (US$622 millones).
¿Por qué 2022 fue el año de la deuda para las startups?
La deuda suele utilizarse entre las startups de mercados más avanzados, como Estados Unidos, dijo Denis Yris, director general de Wortev Capital, a Bloomberg Línea. “Grandes empresas que antes fueron startups iban levantando entre venture capital y deuda”.
En etapas avanzadas, para los bancos es una garantía que otros fondos de riesgo ya hayan invertido en estas startups, afirma Yris.
Aunque suena a algo muy común, es algo nuevo para el mercado en México y en Latinoamérica, añade Luis Felipe Treviño, managing director de la firma de inversión privada Beamonte Investments.
Treviño afirma que “una de las razones por las que están buscando deuda, más que capital, es porque actualmente es muy difícil ponerle el precio a una operación”.
Las valuaciones de las empresas unicornio y la manera de analizarlas cambió en 2022. Antes, los fondos se enfocaban en métricas en función del usuario; en el crecimiento y en la adquisición, recalca Treviño.
Yris, de Wortev Capital, agrega que con la deuda se trata de evitar un down round (una baja en las valuaciones) porque también perjudica a los inversionistas de riesgo y no sólo a la empresa.
“En esos casos, es posible que las startups esperen a que llegue un siguiente inversionista y compre esa deuda”, dice Yris.
La deuda como instrumento de inversión no se dio solamente en la etapa de unicornio, sino también alcanzó a startups como la chilena Xepelin, que actualmente se encuentra en una Serie B y que ha captado deuda en dos ocasiones. También las startups mexicanas Nelo y Baubap, que adquirieron deuda por US$100 y US$20 millones respectivamente en los últimos meses.