¿Quiere Musk seguir siendo el CEO de Tesla?

El valor de mercado de la compañía se ha desplomado este año, y hay inversores que creen que han tenido suficiente

Elon Musk
Por Craig Trudell
21 de diciembre, 2022 | 11:33 AM

Bloomberg — Últimamente, Elon Musk dijo en distintas ocasiones que no quiere ser CEO. Lo dijo antes y después de ocupar esta posición en una quinta compañía, que parece haber sido la gota que rebalsó el vaso, al menos para el estómago de los accionistas de Tesla (TSLA).

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Desde el 4 de abril, fecha en la que reveló que había adquirido una posición en Twitter, Tesla, que representa un tercio de su patrimonio neto, ha perdido unos US$749.000 millones de valor de mercado.

La encuesta sobre si debería dejar de ser el CEO de Twitter (cuyo resultado fue afirmativo) no ha detenido la caída de Tesla. Pagar demás por la red social usando decenas de millones en acciones de Tesla ha probado ser desastroso.

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Tampoco ha ayudado que Musk ha oscilado entre argumentar que Twitter va mejor bajo su liderazgo y describirla como en el carril rápido hacia la quiebra. O asegurar repetidamente a sus seguidores que había terminado de vender acciones de Tesla, sólo para luego deshacerse de ellas una y otra vez.

¿Cuándo llegarán los accionistas o el consejo de administración de Tesla a la conclusión de que ya es suficiente? Algunos ya lo han hecho.

“Como su fanboy, invertí [por] Elon”, tuiteó la semana pasada Leo KoGuan, uno de los mayores accionistas individuales de Tesla. “Por supuesto, prefiero que Elon sea CEO, pero abandonó Tesla”.

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No ha habido indicios de que los directivos de Tesla piensen lo mismo. Varios miembros del consejo, incluido su hermano Kimbal, han estado al lado de Musk en todo: la lamentable adquisición de SolarCity, el tuit del Día de los Inocentes sobre la quiebra de Tesla, el llamar pedófilo a un crítico.

Después de que Musk afirmara de forma falsa y temeraria que disponía de fondos para privatizar Tesla, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) intentó reforzar el gobierno corporativo de Tesla destituyéndole como presidente y obligando al consejo a añadir dos consejeros independientes. El intento estaba condenado al fracaso desde el principio: uno de los nuevos consejeros era el multimillonario Larry Ellison, amigo y confidente de Musk, que abandonó el consejo menos de cuatro años después. Él y otros directores no dijeron nada públicamente acerca de que Musk dijera a 60 Minutes que no respetaba a la SEC, o que utilizara las iniciales de la agencia para referirse a sí mismo recibiendo sexo oral.

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En privado, Ellison y otros admiradores de Musk han explicado el comportamiento de Musk a Jeffrey Sonnenfeld, decano asociado senior de programas de liderazgo en la Escuela de Administración de Yale. Después de todo, ¿alguna vez había conseguido el profesor hacer volar cohetes al espacio y aterrizarlos erguidos de vuelta en la Tierra?

“Es cierto, no he sido capaz de hacerlo, y hay que reconocer que el genio de la ingeniería y la voluntad empresarial que tiene son excepcionales”, dijo Sonnenfeld sobre Musk en una entrevista telefónica. “Es histórico, y el mundo está, en conjunto, algo mejor de que él esté en el planeta”.

Un Tesla Roadster en el espacio

Dicho esto, la encuesta de Twitter que Musk ha prometido acatar fue sólo uno de los recientes votos en su contra. La semana pasada, Sonnenfeld fue el anfitrión de la cumbre anual de CEOs del Yale Chief Executive Leadership Institute, en la que presidentes y CEOs respondieron confidencialmente a preguntas sobre una serie de temas que dominan los titulares de las noticias empresariales.

Musk no salió bien parado entre 100 de sus homólogos: El 98% dijo que pagó demasiado por Twitter; el 79% dijo que se había convertido en un detrimento del valor de las empresas que dirige; el 56% cree que las empresas deberían dejar de anunciarse en Twitter.

“Ha habido algunos triunfos tecnológicos destacados”, dijo Sonnenfeld sobre la trayectoria de Musk. “Pero podríamos emparejar todos y cada uno de ellos con 10 fracasos que los medios de comunicación pasan por alto porque Musk muestra el nuevo objeto brillante y te distrae”.

¿Dónde están, por ejemplo, el millón de robotaxis que Musk dijo hace casi cuatro años que estarían en la carretera hace tres? ¿Dónde está el Roadster (Sonnenfeld lo llama “el coche de Chitty Chitty Bang Bang”) que Musk afirmó que sería capaz de volar, incorporando propulsores de SpaceX en lugar de los asientos traseros? El CEO mostró un prototipo hace cinco años y prometió su lanzamiento hace dos. Aún no ha salido al mercado.

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“¡Tesla está ejecutando mejor que nunca!”. tuiteó Musk la semana pasada en respuesta a un accionista que discutió con él el martes. “No controlamos la Reserva Federal. Ese es el verdadero problema aquí”.

Los inversores no se han tragado ese argumento, quizá porque Musk ha dado sobradas muestras de que está preocupado por Twitter. El día que cayó del primer puesto en el Índice de Multimillonarios de Bloomberg, Musk se dejó caer en un Twitter Spaces con Marc Andreessen y otros admiradores, pasando unos 25 minutos hablando de inteligencia artificial, su enfoque sobre el uso y la gestión del servicio de redes sociales, los abucheos que recibió en el escenario en el espectáculo de monólogos de Dave Chappelle en San Francisco, y cuánto castigo merece Sam Bankman-Fried.

Tesla no salió a relucir hasta el final.

“Hablando de Tesla”, dijo Musk. “Tengo una reunión con Tesla a la que llego tarde. Tengo que salir”.

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