Guatemala — Las celebraciones de Navidad y fin de año son aprovechadas para incrementar el contrabando de productos influenciado principalmente por el alto consumo de algunos alimentos y bebidas propias de la temporada.
Estos artículos, en su mayoría, no poseen los registros sanitarios correspondientes y atentan contra la salud de la población.
En ese sentido, el Observatorio Contra el Contrabando (OCC) de la Cámara Guatemalteca de Alimentos y Bebidas, detalló que entre los productos alimenticios que aumentan su ingreso por la vía contrabando, durante la temporada navideña se encuentran los siguientes:
- Galletas, dulces y confites, conservas y enlatados, snacks, aceite comestible, salsas y aderezos, pastas alimenticias, bebidas y jugos y, en otras categorías, cigarrillos y licores.
Por otro lado, la Comisión de Defensa del Comercio Formal (Codecof) adscrita a la Cámara de Industria de Guatemala (CIG), informó que también han observado productos “premium” de contrabando, como comestibles, licores, tabaco, juguetes y calzado.
Axel Romero, gerente gestión de Codecof, comentó que “nos encontramos en la época de mayor consumo en el año y esto hace que las actividades ilícitas relacionas con el contrabando tengan un repunte”.
El aumento del contrabando en los últimos meses del año se dispara entre el 10% y 30%, dependiendo del rubro del producto y la región por donde ingresan de manera ilegal, según datos de Codecof.
Además, la comisión estima que en esta Navidad se tendrá un impacto económico mayor debido a la inflación en el precio de diversos productos, como un daño colateral sobre la crisis en contenedores y las secuelas financieras post Covid-19.
Dulces disfrazados de pólvora
El OCC observó en el mercado productos pirotécnicos que simulan ser alimentos, pero que en realidad contienen pólvora y son explosivos.
Todo apunta a que su origen es de contrabando y la existencia de estos productos ha sido denunciada a las autoridades guatemaltecas porque puede provocarle serios daños a la salud e incluso ocasionar la muerte a las personas que los adquieren, advirtió la entidad.
Ante la alerta, la Dirección de Atención y Asistencia al Consumidor (Diaco) inspeccionó, recientemente, los puntos de venta de pirotecnia para verificar que estos cumplan con medidas de seguridad, como también en las instalaciones y el etiquetado esté en español.
Herberth Ordóñez, jefe del Departamento de Verificación de la Diaco, indicó que se ha reportado la venta de juegos pirotécnicos con forma de dulces y otros alimentos, por lo que están haciendo entrega de un oficio a los vendedores con el propósito de informar y prevenir con respecto a la venta de esos productos.
Ordóñez indicó que esos productos no están prohibidos, pero con la supervisión se quiere prevenir tragedias y saturación de casos relacionados con el uso de estos productos en los hospitales.
En Guatemala, también se acostumbra obsequiar la llamada “canasta navideña”, esta contiene productos de primera necesidad y se complementa con algunos dulces, chocolates, que son propios de la época.
Por lo anterior, se ha observado que algunas de ellas incluyen artículos de contrabando dado que el 30% de su contenido la componen alimentos y bebidas.
¿Cómo se identifican las mercancías de contrabando?
La Codecof explica que la principal manera para detectar productos de contrabando es la presunción por precio; dependiendo de quien esté vendiendo los productos a terceros se evalúa si cumplieron o no los procedimientos en aduanas.
Generalmente se promocionan artículos de menor valor al que se encuentra en el mercado y esto alerta a las autoridades, puesto que si se reduce el precio es porque costó menos y eso puede significar una evasión de impuestos o contrabando.
Esta dinámica afecta directamente a las economías formales, constituyendo un riesgo alto para el consumidor la adquisición de productos carentes de las garantías mínimas de manufactura, debido al rompimiento de las cadenas de valor de los productos.
Por último, la Codecof considera importante identificar el comercio ilícito como un componente transversal dentro de la carencia de seguridad, corrupción y falta de presencia de Estado, pues afecta la competitividad de la producción nacional, vulnera la salud de quienes consumen este tipo de productos y evita que ingresen al erario los recursos necesarios para invertir en otros rubros.
Contrabando se extiende a Centroamérica
Recientemente, la Agencia de Regulación Sanitaria (ARSA) a través de su instancia territorial en San Pedro Sula, Honduras, integró un operativo con el objetivo de verificar los productos de consumo que se comercializan en la ciudad, por lo que procedió a la revisión y posterior retención de una carga con más de 2.000 latas de leche de fórmula en polvo para bebés, productos enlatados, cervezas y cereales.
Estos productos ingresaron al territorio nacional de forma ilícita ya que no contaban con sus registros sanitarios o fiscales; encontrándose mal almacenados, representando así un alto riesgo para la salud de la población.
Existen también operaciones conjuntas; por ejemplo, las autoridades de Guatemala y El Salvador ejecutaron 18 operativos policiales en las fronteras de ambos países, y decomisaron diferentes productos en mercancías de contrabando con un valor estimado de US$ 35,4 millones, según informó a principios de diciembre la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) de Guatemala.
En el caso de Nicaragua, lo que más se observa en temas de contrabando es la ganadería ilegal que se expande por las reservas naturales de Honduras y Guatemala, dejando como resultado la deforestación de miles de hectáreas e incontables actos de violencia hacia pueblos indígenas, informó la organización internacional InSight Crime.
Esta producción pecuaria tiene principalmente dos propósitos: satisfacer la creciente demanda internacional de carne de res y a la vez facilitar una serie de intereses criminales (como el tráfico de cocaína y el lavado de dinero).
InSight Crime le sigue la pista a este ganado, el cual, en parte, es contrabandeado hacia México, generando un millonario mercado ilícito que las redes criminales de la región aprovechan como oportunidad de lucro.
Por último, en Costa Rica se habían encendido las alarmas sobre la existencia de redes criminales dedicadas al robo de cobre para exportarlo a Asia.
El país ha visto un repunte del robo de cable durante los últimos años. En 2020, las pérdidas sumaron casi US$ 2 millones por sustracción de este elemento y, en 2021, cientos de kilómetros de cable telefónico quedaron inutilizados, según el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).