Costa Rica — Con la disrupción de las cadenas de abastecimiento de Asia, el concepto de nearshoring ha cobrado fuerza debido a los cierres y restricciones que se vivieron durante los años más críticos de la pandemia del Covid-19.
Este concepto se refiere a la decisión de una compañía o conglomerado empresarial de ubicar o reubicar parte de la cadena de suministro de un producto (sea un bien o servicio) a un país cercano al mercado meta de consumo.
Por lo anterior, esto se convierte en una oportunidad para que países de la región, y en este caso Costa Rica, continúe potenciándose como destino ideal para la atracción de Inversión Extranjera Directa (IED) y logre captar US$ 1.500 millones en inversiones en el corto y mediano plazo, afirmó Martín Ibarra, presidente Honorario de la Asociación de Zonas Francas de las Américas
“Estas inversiones permitirán a su vez generar más empleos de calidad, encadenamientos productivos, exportaciones. Así como transferencia de tecnología y dinamizar la economía”, resaltó el empresario.
Según las proyecciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), solo Costa Rica tiene potencial para atraer US$ 1.544,8 millones, y en total para Latinoamérica podría representar un aumento de hasta US$ 78.000 millones en nuevas exportaciones de bienes y servicios, con importantes oportunidades para la región en la industria automotriz, textil, farmacéutica y energías renovables, entre otras.
Carlos Wong, director general de Coyol Free Zone, explicó que el país ofrece el ambiente propicio como alternativa para empresas que están buscando relocalizar sus operaciones.
Dijo que una de las características de Costa Rica que más atraen a la inversión extranjera es el talento humano. El cual permite destacar en un sector de alto valor agregado como Ciencias de la Vida.
Anualmente, desde Coyol Free Zone se exporta el 52% de los Dispositivos Médicos y Equipo de Precisión de Costa Rica, y solo durante el 2021, Costa Rica logró captar 103 proyectos de inversión atraídas por esta tendencia.
Wong explicó que, a través de los múltiples tratados comerciales, especialmente el que sostiene con Estados Unidos, Costa Rica también puede aprovechar la tendencia del friendshoring, que se refiere al traslado de operaciones a países cercanos con los cuales se comparten valores y visiones.
“Estas inversiones permitirán a su vez generar más empleos de calidad, encadenamientos productivos, exportaciones, transferencia de tecnología y dinamizar la economía”. Ibarra basó sus comentarios de acuerdo con proyecciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Ibarra enfatizó que actualmente el 70% de los países son democráticos y existe una tendencia a comerciar con países que comparten mismos principios y regímenes políticos.
Además, Costa Rica, como muchos otros países de Latinoamérica, tiene una ventaja competitiva: la energía limpia. “El mejor argumento es energías limpias. En América Latina el 60% de la energía es limpia, mientras que en Asia es 8.5% y en Europa es un 10%. Esto es un argumento irrefutable, una nueva manera de ver los negocios en el futuro”.
Una serie de compañías que quisieron reinstalar sus inversiones para estar más cerca de su casa matriz o “nearshoring”, vieron a Costa Rica como el lugar ideal durante la pandemia.
El país atrajo a más empresas norteamericanas que tienen un huso horario similar, lo cual, permite tener cerca su cadena de suplidores y de esta forma, mejorar los procesos de exportación e importación.
Sin embargo, Ibarra advirtió que, pese a los logros alcanzados, la región requiere mejorar su infraestructura para el comercio, especialmente la que se usa para la conectividad digital, transporte y logística.