Bloomberg — La economía francesa se encamina hacia una fuerte desaceleración este invierno, de la que solo se recuperará gradualmente, según las previsiones del Banco de Francia, que arrojan más dudas sobre el optimismo económico del Gobierno del presidente Emmanuel Macron.
La menor demanda de exportaciones francesas, una inflación más fuerte y unos tipos de interés más altos de lo previsto anteriormente significan que el banco central predice que el crecimiento se ralentizará a sólo el 0,3% en 2023, muy por debajo del 1% que el Ministerio de Finanzas ha escrito en el presupuesto. No puede descartarse una recesión, aunque sería temporal y limitada.
“Tras mostrar una buena resistencia durante la mayor parte de 2022, la actividad atravesará dos fases distintas: una fuerte desaceleración a partir de este invierno, seguida de una relajación de las tensiones inflacionistas y una recuperación gradual del crecimiento económico en 2024 y 2025″, dijo el Banco de Francia.
Las perspectivas llegan después de que la agencia nacional de estadística Insee dijera que sería necesaria una fuerte aceleración en la segunda mitad de 2023 para alcanzar el crecimiento del 1% que el Gobierno necesita para cumplir su objetivo de déficit presupuestario.
Al comentar el informe del jueves, funcionarios del Ministerio de Finanzas francés dijeron que el gobierno mantiene su pronóstico del 1%, ya que la economía está resistiendo la presión de los precios de la energía y se recuperará el próximo año.
El Banco de Francia dijo que hay un alto grado de incertidumbre en torno a sus previsiones, sobre todo en lo que se refiere al suministro de gas natural en Europa. El resultado final para 2023 podría situarse entre una contracción del 0,3% y una expansión del 0,8%.
Según las previsiones, la inflación, que ha afectado al poder adquisitivo de los consumidores a pesar de la limitación de los precios de la energía financiada por el Gobierno, debería alcanzar un máximo del 7,3% a finales de 2022, antes de descender a alrededor del 4% en el cuarto trimestre de 2023. Aunque la presión de los costes energéticos disminuya en 2024, el Banco de Francia espera que la inflación en el sector servicios se mantenga, ya que los salarios y los alquileres tardan en ajustarse.
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