Buenos Aires — De a poco las dudas sobre el involucramiento de Argentina en la FATCA (Ley de Cumplimiento Fiscal de cuentas en el extranjero) empiezan a despejarse. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos publicó esta semana el Modelo del Acuerdo de Intercambio Automático de Información Financiera que alcanzó con la Argentina, lo que permitió conocer algunos de los pormenores y el alcance real que tendrá una vez que entre en vigencia.
El intercambio solo alcanzará a personas físicas, no será retroactivo y entrará en vigencia el 1° de enero posterior al momento en el que la Argentina le envíe una notificación escrita a los Estados Unidos en la que le confirme la finalización de los procesos internos requeridos por el país del Norte. El intercambio se realizará, además, en caso de que las cuentas de los argentinos en instituciones financieras estadounidenses registren intereses o se acrediten dividendos u otras rentas de fuente estadounidense.
Pero más allá de algunas de las cuestiones que se han ido develando, quedan también importantes puntos por esclarecerse. A todo esto se refirió el abogado y magister en finanzas Martín Litwak, en una entrevista con Bloomberg Línea, en la que alertó: “Estados Unidos sabe que el Gobierno va a usar la información que reciba de manera política”.
¿Cuáles crees que son los principales puntos que clarifica la publicación del acuerdo por parte de Estados Unidos?
Los principales puntos son que no es un tratado retroactivo, que refiere a cuentas de personas humanas argentinas y que no abarcará a todas, sino solo a aquellas que generen interés, que generan dividendos.
¿No puede ir entonces para atrás?
Es que no hay ninguna cláusula, ningún elemento que permita ir para atrás. Pese a que fuentes del Gobierno o de la AFIP podían decir que iba a haber tales cláusulas que permitirían incluso ir para atrás hasta septiembre de 2021, la realidad es que nunca vimos las bases jurídicas para eso. Con lo cual ya eso sabemos que no va a pasar. Tampoco va a entrar 2022, no existe ningún tipo de posibilidad de que esa información se intercambie.
¿Desde qué período puede llegar a darse ese intercambio?
El mejor escenario para el Gobierno, que tampoco es seguro, sería que se intercambie información del año fiscal o año calendario de 2023 y la reciba en septiembre de 2024. Eso es lo más pronto que el Gobierno podría recibir algo y eso depende de una confirmación por parte de Estados Unidos.
También quedó demostrado que afectará a cuentas de personas físicas y no de sociedades, algo sobre lo que venís alertando.
Eso es clarísimo, no hay ninguna duda al respecto. Creo que era una exageración qué tipo de cuentas entraban. Como cualquier otro tratado firmado para implementar FATCA, refiere a cuentas de personas humanas argentinas y tampoco a todas, sino aquellas que generen interés, que generan dividendos. Es decir, que generan retenciones en Estados Unidos. Es lógico que eso ocurra.
¿Por qué?
Por la simple razón de que en Estados Unidos rige un secreto bancario muy fuerte. La IRS no tiene información de cuentas bancarias, entonces lo único que puede informar son las retenciones que ellos hagan. Con lo cual, una cuenta, aunque sea de una persona humana argentina, si no genera un ingreso no genera una retención en Estados Unidos. Y tampoco se va a reportar.
¿Y qué pasaría si fuera una cuenta que generara un ingreso por una renta de un departamento en Miami, por ejemplo?
Ahí sí podría llegar esa información porque hay retenciones en los alquileres de extranjeros. Pero lo que ocurre, honestamente, es que es muy raro que en Florida alguien tenga propiedades a título personal, por un montón de razones. Una de ellas es la industria del juicio que hay en Estados Unidos. Florida es el estado récord en materia de juicios vinculados a inmuebles, tanto en la construcción como accidentes. Y la gente tiene los inmuebles, por lo general, con una LLC. Es muy raro, muy pocas veces me he cruzado con gente que tiene inmuebles a nombre propio.
¿Cuáles son las dudas que quedan todavía por despejarse?
La gran duda tiene que ver con cuándo entra en vigencia, con el período de intercambio. ¿Será en septiembre 2024? ¿En septiembre de 2025? La sensación que siempre hay con este tipo de tratados es que hay detrás un condimento político importante. Pasó en 2016 con el acuerdo que firmó Alfonso Prat-Gay. Tanto en ese momento como en este, la sensación es que el Gobierno argentino le pide a Estados Unidos lo máximo que pueda darle para asustar al contribuyente en vistas a un blanqueo, y Estados Unidos le da algo sin comprometerse demasiado.
Sergio Massa fue muy crítico de ese acuerdo de 2016.
Una de las pocas cosas ciertas que dijo Massa cuando presentó el tratado fue que con el acuerdo de Prat-Gay llegó información de 68 personas, lo cual era lógico porque era un acuerdo que no servía para nada. Y creo que ahora estamos igual, estamos ante un tratado que está firmado, que va a entrar en vigencia, pero que el primer intercambio depende de que Estados Unidos le diga a la Argentina “ya confiamos en ustedes para darle esta información” y eso yo todavía no veo que vaya a pasar.
¿Por qué?
Porque hay cosas que hace Argentina que en otros lugares son llamativas. Asustar a la gente para que entre a un blanqueo no es algo en lo que Estados Unidos no se vaya a fijar. A veces los argentinos creemos que no pasa nada, pero este tipo de cosas dejan marca. Entonces, no estoy tan seguro que Estados Unidos alegremente empiece a dar información.
Del último blanqueo se terminó filtrando mucha información.
Exacto. El tema de no poder manejar información confidencial es algo que queda, que la gente del Tesoro ya sabe y son cosas que no gustan. Ojo, no es la única vez que pasó. Cuando llegó la lista de Falciani del HSBC y Etchegaray la mostró a la prensa, o cuando se estaba investigando el fallecimiento del fiscal Nisman, que la Fincen, que es como la UIF de Estados Unidos, suspendió un tratado de colaboración con Argentina porque no confiaba en cómo manejaba la información.
Son muchos casos que generaron desconfianza.
El manejo de la información en la Argentina siempre fue dudoso. Por eso creo que hay un largo camino todavía para que Argentina pueda recibir información de forma automática bajo este tratado. Aun así, el acuerdo está firmado, no hay que desconocerlo. Ahora depende simplemente de una carta, que se puede estar enviando ahora mientras hablamos, o mañana. De cualquier manera, lo veo todavía un poco lejano, aunque el mundo está yendo hacia una transparencia orwelliana y uno tiene que planificar como si la información ya fuera a intercambiarse, más allá de que después pase uno o dos años más tarde.
¿Qué pasa si el Gobierno no logra impulsar una ley de blanqueo? Se ha dicho que Estados Unidos está detrás impulsándola.
No. Estados Unidos no pide el blanqueo, el que pidió el blanqueo durante el Gobierno de Macri era Suiza. Estados Unidos nunca pidió un blanqueo, y este acuerdo es independiente de que salga o no. En el texto no hay vinculación entre una cosa y la otra y no hay ningún otro país que haya sido obligado a un blanqueo. Creo que la situación pasa más por la poca credibilidad de Argentina en el manejo de información confidencial. Estados Unidos sabe perfectamente que el Gobierno puede, y va a usar, la información que reciba de manera política. Esto ya pasó en el pasado y seguramente va a volver a ocurrir ahora también.