Bloomberg Línea — El mercado laboral de América Latina aún sufre las consecuencias de la crisis desatada por la pandemia del Covid-19. Si bien los niveles de ocupación mejoraron y llegaron, en algunos casos, a los registrados antes de la pandemia, las presiones inflacionarias y la desaceleración económica harán retroceder los indicadores.
Así lo reflejó el nuevo informe presentado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), sobre el Balance Preliminar de las Economías de la región, en el que precisó que algunas variables como la tasa de participación y la brecha laboral entre hombres y mujeres, siguen sin tener los niveles vistos antes de 2020.
Además, para el cierre de 2022 y todo el 2023, el organismo de la ONU dice que la evolución del empleo en la región va a estar muy condicionada por el desempeño de la actividad económica y por la evolución de la inflación.
“Las repercusiones de una coyuntura muy difícil, caracterizada por una desaceleración de la actividad económica mundial, crecientes presiones inflacionarias, mayor volatilidad cambiaria y menos espacio para impulsar políticas expansivas, hacen prever una nueva desaceleración del PIB”, la misma que siembra dudas sobre la posibilidad de seguir observando mejoras en los indicadores laborales, según el informe.
La participación en el mercado laboral: un reto
Para el segundo trimestre de 2022, la tasa de participación en el mercado laboral fue de 62,9%, estando aún por debajo del 63,4% observado en el cuarto trimestre de 2019.
Sin embargo, aunque la tasa de participación no llega a los niveles previos a la pandemia, el número de ocupados sí lo hizo, por lo menos hasta el cierre del primer semestre de 2022. En el cuarto trimestre de 2021, y tras seis trimestres de crecimiento, el número de ocupados en la región alcanzó los niveles que registraba antes de la crisis.
Junto a esto, dice la Cepal, el número de ocupados siguió creciendo en el primer semestre de 2022, aunque el ritmo de crecimiento se redujo significativamente en el primer trimestre del año (un 0,3% respecto del nivel del cuarto trimestre de 2021), para después acelerarse en el segundo trimestre (2,3%).
Además, el comportamiento de la tasa de desocupación muestra que la región sí avanzó al integrar personas a la fuerza de trabajo. A finales de 2020, esta tasa llegó a un máximo de 11,5% y descendió hasta un 7,0% entre abril y junio de 2022, aliviando la presión en los mercados laborales de la región.
Las actividades en las que repunta el empleo en LatAm
En medio de la recuperación del empleo y del lapso analizado por la Cepal durante 2022, hay sectores que se destacan por su alta generación de empleo, entre los que están el comercio, restaurantes y hoteles (11,7%), y la industria manufacturera (11,2%), aunque el proceso de recuperación de la última ha sido más lento tras dos años de iniciada la pandemia.
“La mitad de los puestos de trabajo que se crearon en el segundo trimestre de 2022 lo fueron en los sectores de comercio, restaurantes y hoteles, y servicios comunales, sociales y personales, mientras que la industria manufacturera contribuyó con un 17,4%”, precisó la Cepal.
Junto a estos resultados, la Cepal llamó la atención sobre la categoría de servicio doméstico, pues durante el segundo trimestre de 2022 fue la que tuvo el mayor crecimiento, un 16,7% respecto de igual trimestre del año anterior.
Pese a la recuperación, se trata de una de las categorías que más ha demorado en iniciar su recuperación, pues solo comenzó a registrar tasas de crecimiento interanual a partir del segundo trimestre de 2021, y, tras dos años, “aún no logra alcanzar los niveles de ocupación previos a la crisis”.
Por sectores y actividades económicas, es en la construcción y en la industria manufacturera donde el organismo ve mayores complicaciones para el mercado laboral de cara a la desaceleración económica en 2023, pues el incremento en las tasas de interés de los bancos centrales, creará presiones adicionales en este tipo de empresas.
El informe añade que en un escenario como este, “pueden producirse aumentos de las tasas de desempleo, incrementos de los niveles de informalidad y, con ello, una disminución aún mayor de los salarios promedio”.
¿Qué ha pasado con la informalidad laboral en LatAm este año?
La llegada de la pandemia en 2020 hizo caer los niveles de informalidad en América Latina a una tasa del 46,7%, sin que esto signifique que estas personas hayan pasado a participar del mercado laboral formal.
Sin embargo, la apertura económica desde 2021 hizo que este indicador aumentara de nuevo, llegando en ese año a 48,5% y alcanzando un 48,8% al cierre del primer semestre de 2022.
Los salarios reales promedio cayeron en segundo trimestre de 2022
El rápido avance de la inflación también ha tenido repercusiones en los salarios reales de los trabajadores, pues aunque se habían registrado seis trimestres de avances, estos experimentaron una caída en el segundo trimestre de 2022 del 0,6%, en promedio. Este comportamiento es similar al que sucedió en el segundo y tercer trimestre de 2020, cuando las variaciones también fueron negativas (-1,7% y -0,2%, respectivamente).
“La dinámica del segundo trimestre de 2022 dista de la observada en 2021, cuando, en promedio, este indicador creció un 1,7%, y del 2,1% informado en el primer trimestre de 2022″, añadieron.
La brecha entre hombres y mujeres en el mercado laboral
Aunque algunos indicadores de empleo han mejorado en la región en los últimos meses, la diferencia en la recuperación entre hombres y mujeres aún es amplia, dijo la Cepal.
“Al medir la evolución de la brecha respecto del nivel registrado en el cuarto trimestre de 2019, momento en que la tasa de desocupación femenina era del 9,2% (2,5 puntos porcentuales mayor que la de los hombres, que era del 6,7%), se constata que la pandemia provocó un alza muy importante en las tasas de desocupación”, dice el informe.
Para el segundo trimestre de 2020, la tasa de desocupación femenina alcanzó un 12,1%, mientras que la de los hombres fue del 10,4%, y en 2021 las mujeres tenían una tasa de desocupación del 9,7% mientras que la de los hombres era de 6,7%.
Entre tanto, para el segundo trimestre de 2022, la brecha se reduce y se ubica en 2,6 puntos porcentuales, dado que la tasa de desocupación de las mujeres es del 8,5%, mientras que la de los hombres es del 5,9%, sin marcarse una tendencia de caída significativa, tras dos años de iniciada la pandemia.
“Factores como el alza de la inflación, y el consecuente deterioro de los salarios, la disminución de los programas de apoyo a los hogares dado el menor espacio fiscal y los elevados niveles de endeudamiento de los hogares en un contexto de crecientes tasas de interés podrían haber motivado un aumento de la disposición y la necesidad de las personas en edad de trabajar a integrarse al mercado laboral”, dijo la Cepal.