Bogotá — El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ya sancionó como ley de la República la reforma tributaria y a pesar de los debates internos que desató su aprobación dejó buenas sensaciones en las entidades internacionales.
Y es que a pesar de que algunos sectores de la industria nacional se mostraron preocupados por su contenido, en el exterior se aplaude que se haya tramitado y que venga en línea con las peticiones que se le hacían al país.
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Álvaro Santos Pereira, economista jefe y director de Estudios de Países de la OCDE dijo a Bloomberg Línea que “desde hace tiempo dijimos que Colombia necesitaba una reforma tributaria y pensional. La reforma tributaria va en la dirección que es necesaria para aumentar la recaudación, pero también para tornar el país un poco menos desigual y por eso yo pienso que es una reforma que va en el sentido correcto”.
A pesar de ello, la economía colombiana tiene proyecciones negativas para el próximo año. Si bien en 2021 creció por encima del 10% y se espera que el 2022 arroje un crecimiento cercano al 8%, no obstante, para el 2023 las proyecciones no son muy favorables.
El equipo técnico del Banco de la República revisó a la baja las proyecciones de crecimiento para el próximo año. En su más reciente informe de política monetaria destacó que si bien la expectativa para este año viene en aumento, para el próximo pasa lo contrario.
“La actividad económica sigue sorprendiendo al alza y la proyección de crecimiento para 2022 aumentó del 6,9% al 7,9%, pero se redujo para 2023 del 1,1% al 0,5%. Con esto, los excesos de demanda se estiman mayores que en el Informe anterior y se diluirían en 2023″, dijo el staff del Emisor.
Las agencias calificadoras también coinciden en que el próximo año se verá una desaceleración de la economía, pero no solamente en Colombia, sino en general en la región.
Fitch espera que el crecimiento medio del PIB de América Latina se desacelere hasta el 2,4% en 2023, tras descender hasta el 3,7% en 2022 desde un repunte del 9,2% en 2021.
Además, la agencia anticipa una disminución de la tasa media de inflación de la región a mediados de un dígito en 2023, desde los altos dígitos de este año. No obstante, los riesgos de crecimiento están sesgados a la baja, dada la recesión prevista en Estados Unidos en 2023.
Ha asegurado que las perspectivas sectoriales de Argentina, Colombia, Ecuador y Perú se han deteriorado, lo que refleja unas perspectivas económicas más débiles en un entorno de incertidumbre política, que podría presionar cada vez más el rendimiento de los bancos en estos mercados.
Incluso, la agencia ha manifestado que los problemas de gobernabilidad, la parálisis y la inestabilidad políticas y las movilizaciones sociales siguen siendo riesgos. El ascenso de gobiernos de izquierdas aumenta el margen para el intervencionismo microeconómico, como se ha visto en México, y en Chile y Colombia persiste la incertidumbre política. También agregó que la capacidad de Argentina para realizar ajustes políticos significativos seguirá siendo incierta tras las elecciones de 2023.