Moody’s: “Precipitarnos con las elecciones generales en Perú generaría más desorden”

Jaime Reusche, vicepresidente y Senior Credit Officer de Moody’s, dijo a Bloomberg Línea que si el adelanto de elecciones se da “de manera muy repentina” ello podría generar resultados que pesarían sobre la calificación peruana

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Lima — Este miércoles se cumple una semana desde que Pedro Castillo, expresidente de Perú, dio un autogolpe de Estado que no fue acatado por las demás entidades del sector público peruano y que culminó en su destitución presidencial, y posterior detención preliminar por parte de la justicia peruana. Pero desde entonces en el país andino se vive un constante estado de convulsión social que predomina al sur del país; en donde se encuentran regiones que apoyan de forma mayoritaria al expresidente y que buscan su libertad.

Estas protestas se han sumado a otros reclamos como el cierre del Congreso y el adelanto de elecciones para el 2023, dejando de lado el planteamiento de la presidenta Dina Boluarte -ex vicepresidenta de Castillo- para que el período de elecciones generales se adelante hasta abril del 2024. Jaime Reusche, vicepresidente y Senior Credit Officer de Moody’s, explica a Bloomberg Línea las posibles consecuencias que tendría acogerse a una medida más rápida para adelantar el período electoral, así como la visión de la agencia sobre el país, en recurrente estado de crisis política, y las expectativas en materia económica.

Este lunes la presidenta Dina Boluarte dio un mensaje mencionando que se mandaría un proyecto de ley para adelantar las elecciones a abril del 2024 y priorizar reformas políticas. ¿Cómo reciben esta reacción y el caos social que se suma en varias regiones a nivel nacional?

Bastante menos tranquila de lo que estábamos viendo la semana pasada, donde todo se dio bajo el marco constitucional. Creo que esto no ha sido lo suficiente como para asustar a los inversionistas extranjeros, pero sí están algo nerviosos por el hecho de que hay algo de caos en cuanto a los disturbios sociales, y parece prudente esta moción de enviar un proyecto de ley para adelantar las elecciones, convirtiendo a este gobierno prácticamente en uno de transición. A nosotros nos parece que tal vez es lo más sensato dado cómo ha evolucionado el aspecto social y político. Es un gobierno que no tiene partido, no tiene representación en el Congreso; que si hubiera la oportunidad de generar consensos, iba a ser bastante difícil.

Es muy débil su posición.

Si, es una posición débil pero tal vez ese no era el rol que estaba buscando cumplir este gobierno: más bien, el de tratar de dar algo más de calma a la situación política y de restarle un poco a la polarización del país, que creo que con el nombramiento del gabinete se dieron muchas señales en este sentido. No hubo tantos nombramientos políticos, es un gabinete bastante más moderado, más competente que lo que habíamos visto durante el gobierno de Castillo. En ese contexto seguimos observando muy de cerca los desarrollos, todavía no vemos que afecte la perspectiva estable de la calificación de AA1, pero sí seguimos observando.

¿Todavía hay un escenario en el que la perspectiva se mantiene estable, pero muy sujeta a la coyuntura?

Sí, tal cual. El gobierno tiene que manejar la situación de una forma muy prudente, cualquier error con el tumulto social que estamos viendo podría pagarse caro y podría desatar mucha más inestabilidad. Pero nuestro escenario base es que eventualmente se va a retomar el control. Se nota que hay ciertos intereses muy particulares que están generando algo de inestabilidad, sobre todo en el sur (del Perú).

¿No ven protestas espontáneas? Muchos manifestantes piden el cierre del Congreso, que desde zonas del sur y norte ha sido un pedido popular, pero también se pide un adelanto de elecciones. ¿No ven un escenario de espontaneidad en la reacción, o de hartazgo?

En parte, pero también se está viendo algo del tema de los prefectos que están vinculados a fondos del Estado, según informes preliminares de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), entonces puede que haya una confluencia de muchos elementos en donde sí hay protestas legítimas y espontáneas, pero también hay protestas coordinadas y con intereses detrás.

Respecto al adelanto de elecciones, la propuesta inicial del gobierno apunta hacia abril del 2024. El proyecto que tenía el Congreso habla del 2023 y eso piden muchos manifestantes. ¿Sería muy apresurado o desordenado que se acelere el período de elecciones hacia el próximo año?

Eso es exactamente lo que estamos tratando de ver internamente y estamos debatiendo. Por un lado, el 2024 nos dice que este sería un gobierno de transición de un año y cuatro meses, un tiempo prudente para hacer una campaña electoral normal. Precipitarnos a una elección muy probablemente con todos los ánimos tan caldeados que estamos viendo, podría generar más desorden y resultados subóptimos, donde la gente posiblemente se arrepienta de los resultados. No se tiene el tiempo para poder escrutar bien a los candidatos, para ver si tienen un proyecto que no sea improvisado para el gobierno; y en efecto esa es una de las preocupaciones. Si el adelanto de las elecciones se da de manera muy repentina y con tan poco tiempo, puede generar resultados subóptimos que podrían incluso pesar sobre la calificación.

Un seguimiento de Bloomberg muestra que la operatividad de las empresas mineras no se ha visto afectada de forma severa aún. ¿Cómo están siguiendo el movimiento de las industrias en lo que queda del año, así como las operaciones económicas en general?

Es demasiado temprano para decir si es que efectivamente se van a afectar las operaciones, pero uno tendría que pensar que sin duda se va a afectar un poco la actividad este mes, posiblemente el próximo mes, y todo esto puede que afecte también la campaña de fiestas, que es más campaña de comercio al por menor. Sí puede restar ‘alguito’ al crecimiento, por lo menos para este año, (pero) la pregunta es qué tanto duran estas protestas, este desorden, (porque) si es que pasamos de Navidad y esto sigue así sí podría verse afectada de manera importante la actividad el próximo año.

Sobre todo porque diciembre es un mes muy activo en comercio minorista.

Por supuesto. La actividad típicamente está tirada más hacia esta parte del año.

Pedro Castillo no quiere aceptar la situación en la que se encuentra, ya fuera del poder, y puede generar ánimos de mayor protesta en algunas zonas donde el ex mandatario tiene apoyo. ¿Lo que pueda o no decir el expresidente también pesa sobre la perspectiva que tienen del país, o ya no tiene tanta influencia?

Es difícil saber qué tanta influencia tiene él. Por un lado sus índices de aprobación eran bastante bajos a nivel nacional, pero sí tenía bastante apoyo en el sur. Puede que haya habido cierto nivel de coordinación con algunos de los sindicatos que apoyaban para tratar de darle peso a lo que dice. (...) Desde el punto de vista constitucional creo que la comunidad reconoce que ya fue restituido de manera legítima. La pregunta es cómo lo toman los votantes, los ciudadanos en el país.

Nos comentaba sobre el nerviosismo que se percibe a diferencia de las reacciones positivas que se dieron al principio por la rápida reacción de las instituciones. Ahora, más bien, vemos una fragilidad muy fuerte a nivel social que genera dudas. ¿Cómo ve la posición de los activos financieros peruanos que se suelen contagiar por esta situación, como el sol peruano, los bonos, entre otros?

Van a seguir un poco volátiles justamente por la incertidumbre. hacia finales del año típicamente el sol tiende a apreciarse porque se utiliza más la moneda local para el gasto, justamente el consumo minorista, pago de sueldos y aguinaldos, pero en este contexto está todo atado a qué tanta convulsión social se está dando y qué tanto se mantiene la ola de protestas. Si el gobierno puede restaurar algo de estabilidad y orden al sur del país, creo que ahí tendríamos bastante más estables los precios de los activos peruanos.

¿Le parece positiva la respuesta de la Presidencia del Consejo de Ministros? Si bien hay un gabinete más técnico, ¿tiene posibilidades de promover el diálogo?

Por el momento no tenemos señales claras de cuál es la estrategia de la presidencia del Consejo de Ministros y del gabinete en sí. Ha tomado una actitud bastante prudente, está evaluando y en cierta forma eso tiene mucho sentido. Cualquier error que cometa este gobierno se podría pagar muy caro cuando los ánimos están tan calientes en el sur. Creo que más que nada están estudiando y usando todos los medios legales para planear, coordinar y armar una estrategia dentro del margen constitucional para tratar de instaurar el orden. Todo depende de eso y de lo que pase en los próximos días.

¿Cómo ven el nombramiento de Alex Contreras como titular del Ministerio de Economía? Se trata de un funcionario de larga trayectoria en el sector, que ha sido destacado por su perfil técnico, pero ¿perciben que pueda tener también el manejo político necesario?

En general los mercados internacionales lo vieron con muy buenos ojos, pero importantemente también en el mercado doméstico se vio con muy buenos ojos el hecho de que no hubiera un nombramiento político, y fue una buena señal de que el gobierno está tratando de buscar consensos amplios para tener gente capacitada en los cargos clave. Es un magnífico nombramiento en cuanto a darle tranquilidad a los mercados, y en ese sentido cumple un rol determinante.

¿A pesar de no tener tanto manejo por el lado político?

Es difícil saberlo, porque quién sabe si no puede ejercer algún nivel de muñeca política con ayuda de la PCM y de un Congreso que pueda estar más dispuesto a dialogar. Eso fuera del tumulto social que estamos viendo. En este momento lo prioritario es ver cómo evoluciona la parte social para luego entrar en lo que es el funcionamiento del Estado, que requiere de técnicos.

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