Bloomberg — Los 69 países más pobres del mundo necesitan US$436.000 millones adicionales en cinco años para hacer frente a las secuelas del Covid-19, reconstruir sus reservas exteriores y aumentar sus ingresos, según el Fondo Monetario Internacional.
De esa cantidad, 170.000 millones se destinarían a hacer frente a los efectos de la pandemia, como la pérdida de aprendizaje y el empeoramiento de la pobreza, y a reforzar las reservas. El resto es necesario para ayudar a los países de renta baja a alcanzar la proporción media de gasto en relación con el producto interior bruto de los mercados emergentes para 2026, según un informe publicado el jueves por la entidad crediticia con sede en Washington.
“Los choques compuestos por la pandemia y la guerra de Rusia en Ucrania han afectado de forma desproporcionada a los países de renta baja”, afirmó el Fondo. “Ahora se enfrentan al reto de reanudar la convergencia de ingresos con el telón de fondo de un entorno económico mundial débil e incierto”.
Las naciones pobres se tambalean por la inflación, los tipos de interés más altos y los elevados costes de los alimentos y la energía, al tiempo que afrontan niveles récord de deuda, el cambio climático y un crecimiento lento o una recesión. Los cálculos del FMI muestran que alrededor de un tercio de la economía mundial sufrirá al menos dos trimestres consecutivos de contracción este año y el próximo, y que la pérdida de producción hasta 2026 será de US$4 billones.
El aumento de los precios ha obligado a los bancos centrales de todo el mundo a endurecer su política monetaria, y la agresiva postura de la Reserva Federal ha disparado el dólar. Mientras tanto, los países en desarrollo han acumulado un cuarto de billón de dólares de deuda en dificultades que amenaza con crear una cascada histórica de impagos.
Los 69 países -que el FMI define como aquellos que pueden optar a fondos de su Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza- han perdido varios años de progreso hacia la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas en ámbitos como la pobreza y la educación. La mayoría de ellos se encuentran en África.
“Con mayores desafíos bajo una dotación de recursos más restringida, la eliminación de las barreras estructurales al crecimiento sostenido e inclusivo se ha vuelto cada vez más importante”, dijo el FMI en una declaración que acompaña al informe.
Los responsables políticos “deben utilizar todos los instrumentos disponibles” para luchar contra la inflación, proteger a los vulnerables, preservar el crecimiento, contener las vulnerabilidades de la deuda y gestionar los riesgos del sector financiero, dijo el Fondo.
Añadió que los países deben ser conscientes de mantener marcos de política fiscal y monetaria creíbles y no perder de vista las cuestiones a más largo plazo, como la pobreza, la desigualdad, el cambio climático y la digitalización.