Inflación en Chile: estas son las proyecciones para 2023

Tanto los analistas privados como el Banco Central esperan un retroceso del IPC para el año que viene, aunque la contrapartida será una caída en la actividad

Fotógrafo: Andrey Rudakov/Bloomberg
09 de diciembre, 2022 | 04:00 AM

Santiago — Tanto el Banco Central de Chile (BCCh) como el Gobierno parecen realmente decididos a bajar drásticamente la inflación en 2023 y los analistas del mercado creen que finalmente el Índice de Precios al Consumidor (IPC) cederá, aunque dudan que en 2023 se logre alcanzar la meta fijada por la autoridad monetaria (3% anual). Con datos a noviembre de 2022, el IPC de Chile se ubica actualmente en 13,3% interanual, tras haber alcanzado un máximo de 30 años en agosto (14,1%).

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La parte negativa es que los esfuerzos que se están llevando a cabo para desacelerar los precios es que seguramente tendrán un impacto negativo en la actividad económica. Las proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), junto a otros organismos, apunta a que Chile será el único país de toda la región que muestre un crecimiento negativo en 2023.

El propio BCCh reconoce en su último Informe de Política Monetaria: “La convergencia inflacionaria sigue descansando en que la economía continuará ajustándose. En el escenario central, se sigue proyectando que la actividad tendrá varios trimestres de contracción”. La entidad espera que el Producto Interno Bruto (PIB) chileno caiga entre 0,75% y 1,75% en 2023.

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Qué puede pasar con la inflación en 2023

Creo que la inflación caerá significativamente en 2023, terminando el año en torno a 5%”, proyectó Joseph Ramos, académico la Facultad de Economía y Negocios Universidad de Chile.

Ramos justificó esta estimación en que, por una parte, Ucrania no seguirá elevando aún más los precios de energía y de alimentos y, por otra, en que el gasto doméstico irá desacelerando y presionando los precios por lo elevado de la tasa de interés.

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Respecto de esto último, el Banco Central de Chile destaca en el Informe de Política Monetaria que mantendrá la tasa en 11,25% “hasta que el estado de la macroeconomía indique que dicho proceso se ha consolidado”, en relación a la convergencia de la inflación a los límites deseados.

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Por su parte, Javier Mella, académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de los Andes, consignó: “Se espera que la inflación anual a fines de 2023 esté por sobre el rango meta del Banco Central. En particular, hoy en día, esperaría 4,5%-6%, pero con mucha incertidumbre”.

Mella añadió: “Con todo, hay que recordar algunos cambios en los agentes económicos, como la proliferación de arriendos en UF, lo cual complica converger rápidamente al rango meta”.

Quien tampoco consideró del todo probable que el BCCh consiga su meta fue Ricardo Bustamante, jefe de estudios trading de Capitaria. “Es muy probable que mantengamos una inflación elevada durante el 2023, ya que, si bien las expectativas es que baje en comparación al año actual, seguiría estando elevada en comparación a la meta del Banco Central”, sostuvo.

En línea con estas miradas aportadas por expertos, el propio BCCh admitió en un comunicado reciente que “la inflación sigue siendo muy elevada y la convergencia a la meta de 3% aún está sujeta a riesgos”.

Riesgos para la actividad económica

Bustamante subrayó que las expectativas de actividad económica son “cada vez más débiles”, con proyecciones que continuamente se han actualizado a la baja. Y explicó: “A medida que se mantengan tasas altas, existe mayor incentivo al ahorro y desincentivo al consumo e inversión, golpeando de mayor manera en el comercio”.

Mella resaltó que el hecho de tener una tasa de política monetaria restrictiva, con gasto público expandiéndose en forma moderada, “los efectos se están viendo en la actividad”. Pero aclaró: “Es una píldora de mal sabor, pero necesaria para sanar los desequilibrios de la economía. Yo esperaría que no fuese necesario aumentar las tasas en el corto plazo, pero igualmente, hoy es menos probable que veamos una disminución rápida en la tasa de política monetaria a inicios del 2023″.

Por último, Joseph Ramos sentenció: “Es probable que la reducción de gasto no solo repercuta en menor inflación, sino también en algo en menor producción, del orden de 1%”.