Bloomberg — El petróleo registró la mayor pérdida semanal desde abril, debido a que la escasa liquidez provocó grandes oscilaciones de precios y a que la reanudación de los principales oleoductos alivió la preocupación por la oferta.
El West Texas Intermediate cayó brevemente por debajo de los US$71 el barril y alcanzó su precio más bajo en un año. La referencia estadounidense, junto con el crudo Brent, ha cedido todas sus ganancias del año y se ha desplomado un 11% esta semana. La escasez de operaciones ha exacerbado las fluctuaciones de precios, y la volatilidad volvió a aumentar el viernes tras conocerse datos de inflación en EE.UU. más fuertes de lo esperado.
TC Energy Corp. planea reiniciar un tramo del oleoducto Keystone a partir del sábado, tras un derrame de 14.000 barriles de crudo, según personas familiarizadas con el asunto. Shell Plc ha restablecido el funcionamiento normal de un segmento de 20 pulgadas del sistema de crudo Zydeco, tras haberlo explotado a un ritmo reducido desde noviembre. A principios de semana, se temía que las interrupciones de Keystone hicieran mella en las reservas de crudo de Cushing (Oklahoma), el mayor centro de almacenamiento del país.
“El crudo no puede encontrar una oferta, ya que Keystone parece que volverá a funcionar en poco tiempo”, dijo Rebecca Babin, trader senior de energía en CIBC Private Wealth Management. “Por ahora, todos los titulares se están viendo a través de una lente bajista y los compradores no están motivados a involucrarse hasta que vean que las señales de la demanda mejoran”.
La caída del WTI del viernes se produce tras un pequeño repunte a primera hora del día, provocado por las declaraciones del presidente ruso, Vladimir Putin, de que el país podría recortar la producción en respuesta al límite del G-7 sobre el precio de su crudo.
“Los comentarios de Rusia sobre el recorte de la producción se perciben como una táctica para hacer subir los precios, en lugar de tener un impacto significativo en la oferta”, dijo Babin.
El crudo se encamina ahora a su primera caída trimestral consecutiva desde mediados de 2019 por unas perspectivas económicas que se deterioran a medida que los bancos centrales endurecen la política monetaria, aunque la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, sigue considerando que EE.UU. evitará una recesión. Los operadores también están evaluando las consecuencias de un tope de precios sobre el petróleo ruso, que ha provocado un atasco de petroleros en aguas turcas debido a un enfrentamiento sobre los seguros.
Los precios:
El WTI para entrega en enero cayó un 0,6% y cerró a 71,02 $ el barril en Nueva York.
El Brent para febrero cedió 5 céntimos, hasta 76,10 dólares el barril, tras caer hasta un 1,4%.
El mercado sigue dando señales de una amplia oferta a corto plazo, con el diferencial inmediato -la diferencia entre los dos contratos más próximos- tanto para el WTI como para el Brent manteniéndose en contango. El barril de referencia mundial estaba en contango a unos 47 céntimos, frente a los 1,44 dólares en backwardation del mes anterior.
--Con la ayuda de Alex Longley y Yongchang Chin.
