Buenos Aires — Fabián Kon rehúye de los pronósticos apocalípticos. Plantea un escenario económico exigente, desafiante, pero no apela a frases estridentes para marcarlo. Aun así, el gerente general del Grupo Financiero Galicia (GGAL) deja definiciones importantes que, si bien parecen descartar la proximidad de una crisis, reflejan el nivel de complejidad que atravesará la Argentina hasta las elecciones de 2023.
En una entrevista con Bloomberg Línea, Kon explica por qué desde el banco no prevén un salto devaluatorio durante los próximos 12 meses. El gerente general del grupo financiero más grande del sector privado por activos totales analizó la dinámica de la inflación (el Galicia proyecta entre 70 y 85% para el 2023), de la emisión, de la demanda de pesos, y, pese a las dificultades que mostró el Tesoro para renovar su deuda en las últimas licitaciones, se mostró optimista de cara a esa dinámica para los próximos meses.
No vemos un escenario de maxi devaluación. Eso lo podés hacer cuando tenés un nuevo programa económico. Es lo que hace un nuevo gobierno, no un gobierno en el último año.
Fabián Kon, CEO del Grupo Financiero Galicia
“Si hay responsabilidad fiscal, el Tesoro tiene capacidad para llegar a las elecciones renovando sus vencimientos”, consideró.
El Tesoro está mostrando dificultades para renovar sus vencimientos de deuda. ¿Preocupa este escenario de cara a los meses que vienen?
Hay muchas necesidades financieras, el Tesoro tiene un déficit que financiar. Pero también creo que hay cosas positivas: la conducta fiscal del Gobierno está mejorando, se están cumpliendo las metas de déficit con el FMI, los gastos en términos reales no están subiendo. Con lo cual, no digo que el problema esté resuelto, pero por lo menos desde el Estado se ve una responsabilidad fiscal.
¿Qué pasaría si el Gobierno se desviara?
Si el año próximo implicara un desborde fiscal muy grande por las elecciones, ahí sí podría haber un problema. Pero hasta ahora se viene renovando, los depósitos están estables en términos reales y, salvo en la última licitación, la Tesorería viene superando el 100% de sus necesidades. Si hay responsabilidad fiscal, creo que el Tesoro tiene capacidad para renovar la deuda mes a mes y llegar a las elecciones renovando sus vencimientos. Con lo cual, diría que estamos ante un escenario exigente y desafiante, pero no estamos viendo un problema a corto plazo. Sí es muy importante la conducta fiscal.
No crees que la Secretaría de Finanzas deba cambiar la estrategia para mejorar los ratios de rollover.
Para hacer un paralelismo, esto sería como si estuviéramos frente a un estanque y hay que desagotar el agua. Lo importante es que no tiren más agua. Recordemos que la inflación también juega su papel: hace que esos montos sean 6% más chicos mes a mes solo por el efecto de la inflación. Eso no es bueno, obviamente. Tiene un montón de impactos negativos. Pero en términos reales la inflación juega su rol. Con lo cual, si hay conducta fiscal se debería poder navegar este año que queda para ir renovando los vencimientos de la deuda. Recordemos que este año hubo una baja del déficit. Por el acuerdo con el FMI, el año que viene tiene que ir a un déficit del 1,9% del PBI y este año está cerrando en 2,5%. Y hasta ahora el Gobierno manifiesta estar muy comprometido con esos objetivos.
El Gobierno lanzó un nuevo dólar soja en diciembre, mes en el que hay un repunte de la demanda de dinero por cuestiones estacionales. ¿Puede recalentarse la emisión este mes?
No, no estamos viendo para fin de año una creación masiva de dinero. Obviamente el dólar soja implica emisión, pero recordemos que el Banco Central absorbe. Mientras funcione el mecanismo de absorción y la cantidad de dinero en circulación no aumente de manera masiva, el dólar soja no te cambia la película. Tenés que mantener la cantidad de dinero en circulación creciendo con la inflación o por debajo, y eso lo logras con los mecanismos de absorción que tiene el BCRA.
¿Y no preocupa el impacto de eso en el déficit cuasifiscal?
El déficit por sí solo no es preocupante, en la medida que no lo conviertas en dinero circulante. Lo que genera inflación es el circulante excesivo. Lo ideal sería tener déficit cero. Siempre digo que Argentina necesita 10 años de equilibrio fiscal, es como el alcohólico que tiene que dejar de tomar. Argentina necesita ese equilibrio por muchos años para realmente sanear la economía. Es decir, claramente no estoy a favor del déficit cuasifiscal, pero tenés que usar los mecanismos que hoy se están usando para la cantidad de dinero no crezca en la economía y que no motorice la inflación.
¿Los bancos están a tope de riesgo soberano?
Primero hay que definir qué es riesgo soberano. Hay muchos tipos de deuda: está la deuda externa, la deuda de la Tesorería y la deuda del BCRA. De la primera, que es la deuda en dólares, emitida en mercados internacionales, los bancos prácticamente tienen poco y nada. Después, los bancos tienen mucho en Leliq y algo en Tesorería. En lo que respecta a la deuda del BCRA, no hay antecedentes de que alguna vez haya sido defaulteada, si eso ocurriera los bancos no podrían devolver depósitos y en Argentina cuando se tocaron los depósitos todos nos acordamos lo que pasó, cayó un Gobierno. No vemos ese escenario, además de ser un suicidio electoral.
¿Y en lo que respecta a la deuda del Tesoro? Suele decirse que la diferencia entre el riesgo Tesoro y el riesgo BCRA es que el Central nunca defaulteó su deuda y el Tesoro lo hizo casi siempre.
En general los bancos somos muy conservadores. Los depósitos están mayormente en letras del BCRA. En lo que respecta a la deuda de corto del Tesoro hay un antecedente cercano, del gobierno anterior: el reperfilamiento. No fue una buena experiencia, no fue una solución. Cuando reperfilas generas una desconfianza tan grande que puede generar un problema mayor al que están intentando solucionar. Es decir, reestructuración de deuda de largo plazo hubo miles, la deuda de corto del Tesoro, el antecedente fue este del gobierno de Macri y tampoco lo vemos como un escenario posible. El escenario que sí vemos es de tensión, desafiante, pero que en la medida en que los agregados monetarios se manejen con mucha seriedad deberíamos poder navegar este 2023.
¿Qué análisis hacés de lo que fue la corrida contra la deuda CER? ¿Volvió a recrudecerse la desconfianza hacia los bonos del Tesoro?
Puede haber situaciones de mercado que hacen que el BCRA deba salir a defender el valor de los bonos. Se hace en todos los países del mundo. Acá no pasó eso, hubo una descoordinación. El error fue dejar caer el valor de los títulos, y eso generó el pánico en el mercado. Hoy ya no está pasando eso, el BCRA sostiene el valor de los activos y es lo que tiene que pasar. Estados Unidos, con la pandemia, lo hizo. Es lo que allí llaman Quantitative Easing, que es defender el valor de los activos, porque si no lo hacés generas pánico recesivo. Entonces, fue un error que costó carísimo.
¿Qué perspectivas macroeconómicas tienen dentro del Banco Galicia respecto del 2023 en Argentina?
Estamos trabajando con una inflación proyectada entre 70% y 85%, tenemos un presupuesto flexible que varía en relación a esos números. Estimamos, además, una devaluación similar al ritmo de la inflación, y tasas de referencia del BCRA ligeramente positivas. Es decir, si la inflación es del 70%, la Leliq debería estar un par de puntos arriba. También vemos un crecimiento bajo de la economía, entre 1% y 2%, y a los depósitos creciendo en esa línea.
¿No ven un salto abrupto del tipo de cambio?
Creemos que el Gobierno va a mantener el crawling peg con la inflación. No vemos ese salto discreto porque cuando devaluás lo tenés que hacer con un programa económico, de lo contrario la inflación se puede disparar a más de 20% el mes siguiente. Entonces, en general no vemos un escenario de maxi devaluación. Eso lo podés hacer cuando tenés un nuevo programa económico. Es lo que hace un nuevo gobierno, no un gobierno en el último año.
El rendimiento de la Leliq y el de los plazos fijos minoristas quedó empatado con una TNA de 75%. ¿Qué incentivos tienen hoy los bancos por captar depósitos?
El incentivo no es muy grande, hay una pequeña diferencia. Pero al menos ya no es una pérdida. En un momento este año el plazo fijo generaba pérdida para los bancos, porque le pagabas más al cliente que lo que colocabas en el BCRA. Hoy ese producto puede ser que no te dé rentabilidad, pero integralmente para nosotros es importante que ese cliente opere con Galicia, que profundice su relación con el banco. Hay mucho para ganar en términos de productos y soluciones que podemos darles a los clientes.
¿En qué situación está hoy la demanda de pesos del sector privado? La mayoría de los depósitos terminan en instrumentos soberanos.
Los créditos al sector privado cayeron en términos reales. La demanda cayó, creo, por dos motivos: la alta inflación y la incertidumbre política. Entonces, si tenés que hacer una inversión y endeudarte a una tasa alta -por más que sea negativa en términos reales- el escenario hoy es de incertidumbre. Y no prevemos que se recupere el año que viene. Tampoco que siga cayendo, sino que se mantendrá estable. Vemos un escenario donde seguirá habiendo baja demanda de crédito especialmente en empresas. Los individuos siguen tomando crédito con las cuotas, préstamos personales. Pero el crédito grande para empresas es el que estuvo más resentido y no vemos un escenario de recupero para el año que viene.
El billete de $1.000 acaba de cumplir 5 años y ya perdió más del 90% de su valor. El Gobierno no parece dispuesto a emitir billetes de mayor denominación. ¿Cuánto los afecta esa negativa?
Es una complicación grande. Argentina necesita billetes de más nominalidad, es una necesidad del mercado. Si sos una PyME y tenés que sacar $3 millones te tenes que llevar 3.000 billetes de un banco en un bolso. La nominalidad es un problema, hace más difícil la vida de la gente, aumenta los costos de transporte de caudales, aumenta el espacio de almacenamiento. Es un problema que debe ser corregido: la Argentina necesita billetes de más nominalidad de forma urgente.