Bloomberg — En el período de calma de la Reserva Federal antes de que sus funcionarios se reúnan para decidir sus acciones finales este año, los observadores de Wall Street están llenando el vacío, advirtiendo en voz alta que las perspectivas del próximo año para la economía y las acciones de EE.UU. son sombrías.
Desde la advertencia de David Solomon, de Goldman Sachs Group Inc. (GS), de que la economía se enfrenta a “tiempos agitados por delante”, hasta la opinión más sombría de Jamie Dimon, de JPMorgan Chase & Co. (JPM), de que se trataría de una “recesión de leve a dura”, pasando por Lisa Shalett, de Morgan Stanley Wealth Management (MS), que declaró a Bloomberg Television que las empresas se enfrentan a un “duro despertar” en materia de beneficios, los mensajes son cada vez más funestos.
“No creemos que se den todavía las condiciones económicas para un repunte sostenido”, escribió en una nota Mark Haefele, director de inversiones de UBS Global Wealth Management. “El crecimiento se está ralentizando y los bancos centrales siguen subiendo los tipos”.
Los inversores parecen estar haciendo caso de las advertencias. Tras un repunte de dos meses, el índice S&P 500 ha caído en todas menos una de las últimas ocho sesiones. Los estrategas de renta variable, históricamente los mayores animadores del mercado, predicen ahora un año bajista en 2023. Y las banderas rojas se agitan tras los datos de salarios y servicios que sugieren que las fuerzas inflacionistas siguen atenazando la economía.
Los gráficos tampoco ayudan. Siempre que el índice de referencia S&P 500 baja un 15% o más hasta noviembre, diciembre suele ser mucho más débil, según Jonathan Krinsky, de BTIG. De enero a noviembre, el índice de referencia había registrado una caída del 19%, y el lunes cedió terreno para cerrar por debajo de su media móvil de 200 días.
Uno de los mayores bajistas de Wall Street, el estratega de Morgan Stanley Michael Wilson, se retractó de su reciente afirmación de que la recuperación de los mercados podría durar hasta diciembre, para decir que “ahora somos vendedores de nuevo”, ya que él y sus colegas esperan que el S&P 500 reanude las caídas.
Los despidos también contribuyen al pesimismo. El martes, Morgan Stanley anunció que reducirá su plantilla mundial en unas 2.000 personas en previsión de una posible recesión en EE.UU., mientras que Bank of America Corp. (BAC) dijo que estaba ralentizando la contratación.
Las empresas tecnológicas ya han recortado sus plantillas por millares. Desde Twitter Inc. (TWTR) a Meta Platforms Inc. (META) pasando por Amazon.com Inc., las empresas están recortando personal y ralentizando las contrataciones mientras se enfrentan a unos tipos de interés más altos y a un retroceso del gasto de los consumidores.
Sin embargo, hay quienes, como Liz Ann Sonders, de Charles Schwab & Co., creen que la economía mejorará en la segunda mitad del próximo año. Al fin y al cabo, cada vez hay más indicios de que la inflación está remitiendo y el mercado laboral se está enfriando, lo que alimenta el optimismo del mercado.
“Tenemos que seguir tomando nuestra medicina, es decir, una economía y un mercado laboral más débiles. La pregunta es: ¿es mejor tomar nuestra medicina antes o después? Y yo creo que antes”, dijo por teléfono el estratega jefe de inversiones de la firma. “Las perspectivas son mejores para finales de 2023. El riesgo para esa visión sería si, por la razón que sea, la economía sigue funcionando realmente bien y la Fed tiene que pisar el freno de verdad”.
--Con la ayuda de Vildana Hajric.