Barcelona, España — Metaverso, la palabra de moda del mundo digital. El tema está en el candelero, aunque parece que tardará un poco en despegar. Telefónica, una de las diez mayores telcos globales en facturación, prevé que el metaverso solo arrancará a partir de 2028, dijo a Bloomberg Línea José María Alonso Cebrián, más conocido como Chema Alonso, Chief Digital Officer y miembro del Comité Ejecutivo del grupo español.
Esta demora para que el metaverso deje de ser un concepto y se introduzca en la vida de las personas no se debe tanto a factores comportamentales sino las barreras tecnológicas. “Queda camino para desarrollarlo porque las redes no están preparadas y tampoco disponemos de una capacidad de cómputo suficiente para desarrollar ese metaverso tal y como lo presenta Meta/Facebook”, afirmó Alonso, que también es presidente de ElevenPaths, la empresa de ciberseguridad del grupo Telefónica que él mismo fundó.
El experto se refiere básicamente a dos infraestructuras claves: las redes que permitirán a uno conectarse a esta realidad digital en alta velocidad y sin “delays” (como el 5G, con un ancho de banda adecuado para permitir la conexión al metaverso) y el “edge computing”, tecnología que posibilitará crear y transmitir grandes contenidos digitales en tiempo real (la información viaja menos y, por lo tanto, se reduce la latencia de la red).
“Eso nos lleva a unas necesidades de cómputo infinito y de conectividad infinita. Entonces la barrera no son las gafas, no es la inteligencia artificial, es simplemente la necesidad de computación y de conectividad, unas capacidades de conexión que hoy en día no tenemos”, afirmó en entrevista exclusiva el exhacker y directivo de Telefónica desde hace 11 años.
“Follow the money, Follow the kids”
El lugar donde coexisten el mundo físico y el digital aún genera mucha “incertidumbre” y todavía “queda mucha cosa por construir”, en las palabras de Alonso. Sin embargo, aunque trabaje con la perspectiva de que esta realidad inmersiva sólo será palpable dentro de unos seis años, Telefónica lleva años invirtiendo en el sector. “Creamos una unidad para mirar la web 3.0 y el metaverso. Hicimos una convocatoria para startups en Wayra (aceleradora de Telefónica) y sorprendentemente nos llegaron dos mil empresas (de varias partes do mundo) con ideas de negocio relacionadas directa o indirectamente al tema.”
Y no es para menos. De acuerdo con un estudio de Onyx, la unidad tecnológica de JPMorgan, el metaverso ofrece una oportunidad de mercado estimada en más de US$ 1 billón de ingresos anuales. En un estudio sobre las oportunidades en el metaverso, la empresa calculó que se gastan anualmente US$ 54.000 millones en bienes virtuales, casi el doble de lo que se gasta en comprar música.
Cuando el tema es metaverso, Chema Alonso sigue dos premisas que considera reglas de oro: “follow the money” y “follow the kids”. Basado en la constatación de que el capital y los jóvenes están fluyendo hacia este espacio web tridimensional basado en AR (Realidad Aumentada) y VR (Realidad Virtual), el jefe de Datos de Telefónica está seguro de que el metaverso, tarde o temprano, despegará. “Es algo imparable, será como una evolución de las redes sociales.”
Cómo queda el modelo de negocio de Telefónica
El ejecutivo da algunas pistas sobre la estrategia del grupo Telefónica: ”Creemos que nuestra posición no va a ser construir el metaverso, sino de construir las redes del metaverso y utilizarlo como un canal o una forma de llegar a nuestros clientes, igual que con las redes sociales”, dijo.
En este sentido, Alonso afirmó que será necesario transformar toda la red de telecomunicaciones de la compañía. Además de desplegar el Edge Computing más las redes de baja latencia y alto ancho de banda (Wi-Fi 6 y Wi-Fi 7, 5G Standalone, fibra hasta la habitación), él defiende que las redes sean programables, es decir, que estén abiertas.
“No como las vendemos ahora mismo, como un especialista – nosotros vendemos los servicios, la red y los configuramos. Lo que tenemos que hacer es que todas estas redes sean programables para que un desarrollador, sea de cualquier lugar del mundo, pueda programarlas en tiempo real, bajo demanda y con una sola línea de código (’Single Line of Code’).”
Otras apuestas - América Latina incluida
A pesar de que, en los últimos años, se ha movido para deshacerse de algunos de sus activos en LatAm, Telefónica está atenta al sector de tecnología financiera en la región. En agosto, por ejemplo, anunció inversiones de US$ 3 millones en la fintech brasileña Klavi a través de su fondo de inversión en el país Vivo Ventures.
“La región ha hecho un acelerón enorme en adopción tecnológica se ha visto menos afectada por la situación que hemos tenido en Europa con la guerra de Ucrania. Chile, Colombia y Brasil, por ejemplo, son muy digitales.”
En las inversiones que ha estado haciendo en startups, además de proyectos relacionados con la Web 3.0 y el metaverso Telefónica también está apostando por tecnologías aplicables al hogar (como la internet de las cosas/IoT, la energía inteligente, seguridad del hogar).
Los retos
El optimismo del directivo de Telefónica con el futuro digital no lo exime de preocupaciones por el rumbo de la economía. Entre los “desafíos muy grandes”, Alonso menciona el impacto de la inflación, del encarecimiento de la energía y de la desaceleración económica sobre las empresas tecnológicas, muchas forzadas a “despedir o a congelar los salarios”.
Por todo ello, “2023 será un año desafiante el 2023″, cree. El directivo no reveló sI estos factores afectarán el presupuesto de Telefónica para inversiones en innovación tecnológica. “Nosotros estamos mirando la situación mercado por mercado, estamos analizando las tendencias. Esto es algo que hacemos mensualmente en Telefónica: evaluar en el mercado para tomar las decisiones adecuadas de inversión. Somos una empresa que, por nuestra naturaleza, tenemos que hacer grandes inversiones en infraestructura, y apalancarse financieramente siempre es un reto, ¿no?”
Los ingresos del grupo Telefónica subieron un 11,2% en el tercer trimestre, comparativamente a igual periodo de 2021, hasta los 10.343 millones de euros.