Bogotá — Luego de que se conociera el dato preliminar de productividad de 2022, la mesa de concertación del salario mínimo de 2023 tiene una línea de partida que, junto a nuevos datos de inflación, permitirán avanzar en la negociación. Ya varios han mostrado sus cartas y Bloomberg Línea presenta las de algunos académicos.
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Estas son las apuestas
Aunque Manuel Fernández, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, no se comprometió con una cifra puntual, enfatizó en que “el incremento del salario mínimo debería seguir la fórmula de inflación más productividad. Ante la perspectiva de una desaceleración de la economía en 2023, y una tasa de inflación que va a superar los dos dígitos, el espacio para incrementos superiores es muy limitado”.
Por su parte, César Tamayo, decano de economía de la Universidad Eafit considera que este “debería subir entre 12,5% y 13% porque esperamos que la inflación termine en 11,5%-12%, más un punto porcentual correspondiente al incremento esperado de la productividad”.
Desde la visión de Carlos Sepúlveda, decano de economía de la Universidad del Rosario, el salario mínimo de 2023 debería ser del orden de 13,5%. “Creo que tenemos que seguir la ruta técnica de tener en cuenta por un lado la inflación y por otro lado la productividad”.
Cabe recordar que el salario mínimo de Colombia durante 2022 es de $1 millón, sin subsidio de transporte o de $1′117.172. Con esto en mente, si se sube el mínimo entre el 12,5% y 13,5% como exponen los académicos consultados, eso representaría una subida del sueldo básico en un rango de entre $125.000 y $135.000.
Sin embargo, no hay que olvidar que la discusión apenas arrancó y que hasta el 15 de diciembre vence el primer plazo para que la mesa de concertación, en la que participan sindicatos, gremios y el Gobierno, llegue a un acuerdo. Si no se llega a ninguno, el Ejecutivo tiene hasta el 30 de diciembre para subir el mínimo vía decreto.
Las alertas están prendidas
Con una inflación que supera el 12% anual en el país y que podría cerrar el año en esos niveles, más una productividad de 1,24%, los expertos reiteran que hay que tener cuidado con la magnitud en la que se hace el aumento del salario mínimo del próximo año, teniendo en cuenta que además, en 2023 la inflación se reduciría en un entorno económico más complejo.
Tamayo, de Eafit, comentó que “como lo ha señalado un estudio reciente en el que colaboramos (EAFIT) con el Banco de la República, la evidencia muestra que, dado el nivel actual del salario mínimo en Colombia, incrementos sustanciales en éste traen: más desempleo, especialmente afectando el empleo de las Pymes; más desigualdad, pues reduce los ingresos de los más pobres, más inflación, y no impulsa la dinámica económica”.
Por su parte, el profesor Fernández, de los Andes, expuso que “si hay un incremento muy alto del salario mínimo, las empresas pueden transmitir parte del incremento en sus costos de nómina a los precios de venta. Esto dificultaría la labor del Banco de la República para controlar la inflación, sin que los trabajadores perciban ganancias reales. Otra preocupación es que aumente la informalidad laboral, que ya es cercana al 60%, y que está estrechamente relacionada con los costos de contratar formalmente”.
Para Sepúlveda, del Rosario, un aumento mayor al 13,5% podría generar una “subida adicional en la inflación, aumentar los costos laborales, lo cual afecta la creación de empleo formal y de calidad, traería riesgos de estabilidad fiscal por presión de aumento en gastos de personal y volvería delicado el sector productivo en un contexto de crecimiento desacelerado”.
De hecho, recientemente, el gerente del Banco de la República, Leonardo Villar también lanzó algunas alertas sobre la magnitud en la que se aumente el mínimo. “Hay que tener mucho cuidado con la forma en la que se aumente el salario mínimo porque su aumento nominal, no siempre conduce a un incremento de la capacidad de compra de los trabajadores”, alertó Villar durante su intervención en un debate de control político en el Congreso.