Bloomberg — Todos a hablar francés. Al menos esa es la intención del primer ministro de Quebec, François Legault, quien se ha mostrado preocupado por el declive de la lengua francesa en esa provincia canadiense. La advertencia va, especialmente, para los migrantes.
La protección del francés como lengua dominante en la provincia de 8,7 millones de habitantes hizo precisamente que el partido nacionalista Coalition Avenir Quebec de Legault fuera reelegido con una amplia mayoría en octubre.
Legault expuso en su discurso del miércoles en la Asamblea Legislativa sus prioridades para su segundo mandato, incluido un plan para prohibir la entrada de casi todos los inmigrantes económicos que no hablen francés de aquí a 2026.
“El objetivo es detener el declive del francés, en particular en Montreal, e invertir la tendencia”, señaló Legault. “La lengua francesa, debe ser un deber imperativo”.
La política se aplicaría únicamente a quienes soliciten la residencia permanente por motivos económicos, y no a los refugiados o a las personas que entren en Quebec con visados de trabajo temporales. Legault dijo que entre el 50% y el 60% de los inmigrantes económicos seleccionados por los gobiernos anteriores hablaban francés.
El porcentaje de quebequenses que declaran que el francés es su primera lengua hablada disminuyó 1,5 puntos porcentuales, hasta el 82,2%, entre 2016 y 2021, según datos de Statistics Canada. Dentro de la provincia, el 80% de los empleados utiliza ahora principalmente el francés en el trabajo, mientras que el 14% utiliza principalmente el inglés y el 5% utiliza ambos por igual.
Pero en Montreal, la ciudad más grande de la provincia, el francés en el trabajo baja al 70%.
Un daño enorme
Pierre Fitzgibbon, ministro de Economía de Quebec, dijo a los periodistas que debería haber excepciones, como los trabajadores del sector de las baterías para vehículos eléctricos. Empresas extranjeras de Corea del Sur y Alemania tienen planes para construir plantas en la provincia. “Sería divertido tener el 100%”, dijo, “pero hay que ser realista y equilibrarlo con las necesidades”.
El Conseil du Patronat du Quebec, un grupo de presión que representa a algunas de las mayores empresas de la provincia, dijo que el gobierno no debería penalizar a los alófonos - personas cuya primera lengua no es ni el francés ni el inglés - especialmente en sectores como la tecnología de la información y la programación de videojuegos, donde el talento es más difícil de encontrar.
“Somos sensibles a la situación del francés en Quebec, pero no debemos descartar a buenos candidatos a la inmigración por este único criterio”, dijo Karl Blackburn, presidente del grupo.
El gobierno de Legault ha sido criticado por la comunidad empresarial por la adopción de una controvertida ley, conocida como Proyecto de Ley 96, destinada a proteger la lengua francesa. En virtud de esta ley, todas las empresas que ofrecen bienes y servicios en Quebec deben atender a sus clientes en francés. Otra medida permite a un organismo provincial, la Office Quebecois de la Langue Francaise, verificar la lengua utilizada en las comunicaciones internas y externas de una empresa cuando se investiga una queja.
Los directivos de más de 150 empresas han firmado una carta dirigida a Legault en la que advierten al primer ministro que la ley “amenaza con causar un enorme daño a la economía de la provincia” porque crea un entorno empresarial imprevisible”.