Bogotá — Colombia acaba de tramitar una reforma tributaria que alcanzará los $20 billones, sin embargo, aún se ve como un lugar riesgoso para las inversiones, en especial, tras el cambio de Gobierno.
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Un reciente informe de S&P Global Ratings dice que la firma espera que el crecimiento del PIB en América Latina se desacelere significativamente hasta el 0,7% en 2023, desde el 3,4% en 2022, a medida que la demanda externa se debilita, las condiciones financieras más estrictas retraen la inversión y la demanda interna se suaviza después de un desempeño notablemente fuerte en 2022.
Sin embargo, no todo es tan grave. La agencia también espera que las tasas de interés comiencen a bajar y que la inflación de señales de reducción significativa.
“Prevemos que el cambio cíclico hacia un menor crecimiento en la región, caracterizado por una inflación más moderada, llevará al inicio de los ciclos de recorte de los tipos de interés el próximo año”.
No obstante, para la agencia el escenario de desaceleración económica hace que sea más necesario tener mensajes claros que entreguen a los inversionistas extranjeros confianza a la hora de depositar sus recursos.
“En medio del bajo crecimiento económico, creemos que la falta de visibilidad sobre la respuesta fiscal podría generar incertidumbre en los inversores, especialmente en las economías que han tenido cambios recientes de gobierno, como Brasil y Colombia”, dice la agencia.
En 2024, espera que el crecimiento de la región vuelva a su tasa tradicionalmente baja, ligeramente superior al 2%.
Lo cierto es que hay señales que indican que al menos temas como la inflación podrían dejar de ser un gran problema, no solo para los países de Latinoamérica, sino para todo el mundo.
La Asociación Nacional de Instituciones Financieras, Anif, asegura que la crisis de los contenedores parece estar aproximándose a su fin.
Sostiene que el año pasado se vieron los efectos de las disrupciones a la oferta y una demanda creciente a partir de la reactivación económica, que llevó al crecimiento exponencial del costo de los fletes.
Por el contrario, este año se ha visto el fenómeno contrario, pues la recesión mundial ha llevado a una menor demanda y la oferta de contendores parece haberse normalizado.
De hecho, dice Anif, hoy hay una sobreoferta de contendores, compañías que ofrecen bodegas de contenedores han reportado recientemente que sus depósitos están llenos y han tenido que rechazar clientes que buscan resguardar sus contenedores vacíos ante la falta de demanda.
El problema no solo ha estado presente en los depósitos, sino también en los puertos. Por ejemplo, el puerto de Houston ha establecido una multa para las empresas que dejen sus contenedores vacíos por más de siete días en sus instalaciones.
Agrega la asociación financiera que, si bien la normalización de la crisis es una buena noticia, no son positivas las señales que envía sobre el estado actual de la economía mundial. Los comerciantes a nivel mundial son cautelosos sobre la mercancía que tienen a la mano ante los distintos riesgos que enfrenta la economía global, por lo que las órdenes de envíos han disminuido y un número creciente de rutas marítimas han empezado a cancelarse.
Explica Anif que lo anterior es realmente atípico para esta temporada del año, en la que las festividades suelen estimular tanto el comercio como el transporte marítimo.
Y concluye que a medida que los fantasmas de recesión sigan asechando a la economía mundial, los costos de los fletes seguirán disminuyendo.