Buenos Aires — El paso de Silvina Batakis por el Ministerio de Economía fue tan breve como intenso. Desembarcó al frente del Palacio de Hacienda el lunes, 4 de julio, con la difícil misión de contener la fuerte tensión cambiaria que se había desatado ese fin de semana tras la intempestiva renuncia de Martín Guzmán. Apenas un mes permaneció en el cargo, antes de ser reemplazada por Sergio Massa.
Pero por todo lo que ocurrió en ese mes de julio, el paso de Batakis por la cartera económica pareció extenderse por bastante más que 30 días. Durante el séptimo mes del año, la incertidumbre fue tal que los dólares paralelos se dispararon desde la zona de $238 a niveles de $340. El Banco Central, en tanto, vendió más de US$1.200 millones de sus reservas en el mercado de cambios y en las 20 ruedas posteriores a la salida de Guzmán, los depósitos en dólares cayeron en más de US$900 millones.
A casi cuatro meses de su salida del Ministerio de Economía, Silvina Batakis recibió a Bloomberg Línea en su oficina del Banco Nación, entidad que preside desde entonces. Allí, por espacio de casi una hora, recordó su paso por el Palacio de Hacienda, se refirió a los motivos de su salida y analizó los principales desafíos que enfrenta hoy la economía argentina en una entrevista exclusiva.
Se están por cumplir cuatro meses desde tu salida del Ministerio de Economía. ¿Qué balance hacés de tu paso por el Palacio de Hacienda?
La situación era compleja desde lo económico, pero también desde lo político. Como espacio político es la primera vez que funcionamos como una coalición, lo que hace que todo sea un poco más complejo. Pero el día que me llamaron para ofrecerme que sea ministra de Economía, sentí una responsabilidad desde la política. Por más que ese mes fue muy complejo desde lo económico, con mucho estrés, lo volvería a hacer.
¿Cómo fueron esos días?
Había una situación económica compleja pero también una situación institucional muy difícil. Fue muy desprolija la renuncia del ministro de Economía anterior [por Martín Guzmán, quien anunció su renuncia el sábado 2 de julio a través de un mensaje publicado en su cuenta de Twitter] y se hizo muy difícil.
Respecto de la situación cambiaria, se sabía que había una presión muy fuerte. De hecho, Guzmán en una entrevista hace algunos días dijo que ya sabía que estaba esta presión cambiaria latente y que iba a suceder. Las dos primeras semanas se notó esa presión, y había que bancar esa corrida. Pero trabajamos muy bien con el Banco Central, con el Ministerio de Producción, con el Banco Nación, y con la AFIP. Ese mes fue de mucha articulación y mucho apoyo. Y creo que en esas últimas dos semanas se notó porque descomprimió un poco y permitió que Sergio Massa llegase en otra situación.
¿Hubieses querido seguir? ¿Cómo se cocinó tu salida del Ministerio?
No lo sé, seguramente lo habrán trabajado entre tres personas. Pero yo soy militante política, entonces cuando me dijeron que me tenía que ir, obviamente uno se sorprende porque fue muy rápido, pero la sorpresa duró una o dos horas nomás. Sería lo que necesitaba el país. Cuando yo asumí, creo que era lo que necesitaba el país, que hubiera esa tranquilidad. El lunes y el martes iban a ser muy complicados si no había un nombre para el Ministerio de Economía.
Era importante que ese lunes no abriesen los mercados sin ministro de Economía.
Me considero militante política. Cuando me llamaron el domingo diciéndome que había que resolver la situación, en medio de una situación de angustia social muy fuerte y de institucionalidad compleja, en seguida dije sí. Y cuando me dijeron que se estaba pensando el cambio, fue una sorpresa, pero en serio me duró una o dos horas. Se supone que hay gente arriba que tiene más cantidad de variables a la vista, que conoce mejor qué es lo mejor para el país. Así que, en eso no lo sentí como algo personal ni nada de eso. Y todos se mostraron muy agradecidos conmigo por lo que fue ese mes.
Te lo reconocieron después públicamente distintos dirigentes del Frente de Todos.
Sí. Siento que hice lo que tenía que hacer. Y que, por los menos, en las últimas dos semanas la economía empezó a tomar cierto rumbo. Y me alegro de que le haya servido a Sergio para no llegar en la situación en que llegué yo.
Hacia fin de julio la tensión cambiaria se fue diluyendo, pero ahora se recrudeció. ¿Creés que estos valores tienen más sentido o que podemos estar ante otro overshooting?
Cuando lo pensas en términos reales, tenés estabilidad. Lo que pasa es que es cierto que con una inflación del 100%, cuando ves el tipo de cambio que se mueve en términos nominales, eso en la sociedad genera malestar, angustia, incertidumbre. Pero en términos reales tenés estabilidad desde la última semana de julio a esta parte. Igualmente es una situación muy compleja, como el nudo gordiano. ¿Cómo lo atacás? ¿Cómo salís de esto?
¿Y cómo se sale? Para sumar reservas se anuncia un nuevo dólar soja, lo que implicaría acelerar la emisión. ¿Se puede llegar a una solución integral para los desafíos que enfrenta la economía?
Los argentinos somos racionales. Cuando un sojero tiene la expectativa de hacer mejor negocio dentro de dos meses, y lo puede hacer, ¿por qué no lo haría? Si la sociedad ve que (el peso) está perdiendo valor y decide comprar más ladrillos. ¿Por qué no lo haría? Tenemos comportamientos racionales, no somos locos. Sí es cierto que tenemos que buscar la forma de encontrar una solución planificada de mediano y largo plazo. Yo no creo en los golpes de shock, me parece que no sirven.
¿Como un salto abrupto del tipo de cambio?
Si fuese devaluar continuamente para mejorar, todo el mundo lo estaría haciendo. No es la solución. Lo que pasa es que muchas veces es el mercado el que te exige esa devaluación o te la fuerza. Pero no es la solución. La solución es producir más, generar más dólares, reemplazar importaciones para no utilizar tantos dólares. Y eso es ponerse de acuerdo, todos los espacios políticos, en qué modelo de país queremos y en dónde queremos poner los pocos dólares que tiene la economía argentina.
¿Se puede hacer eso?
Trasciende todo el tiempo esto que dije de que ‘el derecho a viajar colisiona con la generación de puestos de trabajo’, pero nunca se dice que me refería a los viajes turísticos. Y no estoy diciendo que la gente no pueda viajar al exterior. El que quiere viajar al exterior que lo haga. Celebro que lo puedan hacer. Lo que digo es por qué tenemos que subsidiar un recurso escaso, como son los dólares, para que muy pocos viajen al exterior y no subsidiamos para que crezca la industria. No le podemos dar un tipo de cambio subsidiado. Esas son las cosas en las que los argentinos y las fuerzas políticas nos tenemos que poner de acuerdo: en dónde ponemos un recurso escaso como son los dólares para que la Argentina crezca.
¿Cómo se alcanzan esos acuerdos?
Tenemos que planificar. Y necesitas músculo político de los argentinos, no de un espacio político. Tenemos que ponernos todos de acuerdo. ¿Se puede bajar la inflación? Sí, se puede. ¿Cómo? Produciendo más.
Da la sensación de que eso es cada vez más difícil. Las fracturas incluso ya se dan al interior de los principales espacios políticos.
El litio es un buen ejemplo de esto. Hicimos una mesa donde hay tres gobernadores con posiciones políticas distintas. Gerardo Morales, de Jujuy, está dentro de Cambiemos. Gustavo Sáenz, de Salta, dentro del sector de Massa, es decir del nuestro. Y Raúl Jalil, de Catamarca, que proviene más del peronismo clásico. Sin embargo, se hizo una mesa de trabajo. Las cosas se pueden hacer. Tal vez no tienen que ser de una manera tan ampulosa como los pactos de la Moncloa, pero se pueden trabajar sectorialmente distintas cosas. Quizás esa sea la solución de la Argentina.
Respecto de la salida de dólares, ¿la brecha cambiaria actual no incentiva que se adelanten importaciones y se retrasen las exportaciones?
Sí, es lo que pasó en el primer semestre. En general, por cada punto que crece el PBI en Argentina las importaciones crecen entre 2,5 y 3 puntos. Esa es una de las grandes inconsistencias de la economía argentina. Pero en el primer semestre crecieron seis puntos las importaciones. Pero al tener un recurso tan escaso como son las reservas, lamentablemente la Argentina tiene que hacer administración de reservas para el bien del país. Y lo vamos a seguir haciendo no solo por este año, por muchos años hasta que logremos tener un colchón de reservas lo suficientemente fuerte como para empezar a liberar. Ojalá tuviésemos la cantidad de reservas que tiene Brasil. Pero las brechas generan un problema serio y lamentablemente hoy creo que no se puede hacer otra cosa.
¿La solución puede ser una moneda única con Brasil o dolarizar la economía? Parecería estar instalado que Argentina, por sí sola, no puede controlar la inflación.
La economía argentina es bimonetaria desde hace muchos años, no en lo formal pero sí en las operaciones de cada día. En Brasil, una propiedad no se te ocurre pensarla en dólares y en Argentina no se te ocurre pensarla en pesos. Ahora, pensar que la dolarización es una solución… Tenemos una estructura productiva totalmente distinta a la de Estados Unidos. Por otra parte, ¿EE.UU. estaría dispuesto a dar los dólares a la Argentina para sostener esa diferencia de productividad? Sería muy irracional que eso sucediese. Y con los dólares que hoy tenés en la economía, tendrías que hacer una mega devaluación que empobrecería a, por lo menos, 20 puntos más de la población. Además, perdés política monetaria.
¿No es ese justamente el argumento que usan quienes lo plantean, que los Gobiernos de turno no puedan emitir a discreción?
Ningún país resigna política monetaria. Ecuador lo hizo y tratan de salir de ese problema. Lo mismo cuando se plantea “no tengamos Banco Central”, ¿cuántos países no tienen Banco Central? O los que plantean eliminar impuestos: los países que menos impuestos tienen son Sudán y Haití. ¿Queremos ser como Sudán y Haití?
Recientemente Federico Sturzenegger elogió, de tu paso por Economía, la intención de unificar la caja del Estado. ¿Por qué es tan complejo hacerlo?
Creo que no es difícil hacerlo, pero se tiene que hacer cuando se inicia un gobierno. Así como decíamos que uno de los recursos escasos que tiene la Argentina son los dólares, hoy el país está viviendo una situación de mucha liquidez en pesos pero al Tesoro hoy le faltan, necesita financiamiento. Por eso propuse ir a una cuenta única, para ser eficientes en el manejo de recursos. Cuando ves organismos que tienen plazos fijos y vos no tenés recursos para pagar la energía que necesitas para que no haya cortes programados... ¿Cómo puede ser que yo tenga que salir a financiarme al 60% y veo que un organismo tiene un plazo fijo al 49%? No puede ser.
Decís que el problema de la inflación se resuelve produciendo más, muchos economistas dirían que es no emitiendo más.
Es lo que dicen los libros. Cuando uno estudia economía, estudia libros que se escribieron en Estados Unidos, Inglaterra, Alemania o Francia y dicen eso. Y es verdad que esa teoría en Estados Unidos funciona. Dejan de emitir y baja la inflación. Pero en Argentina, desde 2004 tuvimos la emisión monetaria más baja de todo el ciclo histórico y en 2019 tuvimos una inflación del 50%. En Argentina, como dice Cristina, los libros de economía los tenés que quemar. Ahora ojo, yo no estoy diciendo que no afecte. Para mí la inflación, tiene muchas causas. Y a cada una hay que encontrarle el instrumento. Pero en economía, cuando tocás una cosa afecta a otra. Creo que el déficit fiscal también tiene un ponderador para la inflación.
¿El problema de fondo, entonces, es el déficit fiscal?
El problema que tenés con el déficit fiscal, que es menor que el de países desarrollados, no es el déficit sino quién te lo quiere financiar. Seguramente Argentina va a terminar el año con un déficit más bajo que el que pidió el FMI, pero el problema es ese, quien te lo financia. Las metas se van a cumplir, la de reservas podés pedir un waiver o lo que fuese, pero las metas duras se van a cumplir. Ahora, las causas de la inflación en Argentina son muchas y tenés que atacarlas todas. Para mí incorporar a las provincias a la frontera de producción es una fundamental y que nunca se hizo.
¿Y por qué no se hizo?
Porque es de mediano y largo plazo. Pero alguna vez hay que hacerlo. Y respecto del fiscal, no veo por qué está mal tener equilibrio. Para mí equilibrio es -1% o +1%, no tiene que ser cero a rajatabla. El déficit fiscal es un instrumento de la política económica que tiene que ser contracíclico. Y quedó demostrado, con la pandemia, que todos los países del mundo lo utilizaron como un instrumento contracíclico. Entonces, ¿podés vivir con déficit permanente? Para mí no, tenés que tender al equilibrio. Pero con la gente adentro.