Ciudad de México — Comisiones unidas de la Cámara de Diputados aprobaron la reforma político-electoral que envió el presidente Andrés Manuel López Obrador en abril para modificar la Constitución en materia del sistema electoral y suprimir el Instituto Nacional Electoral (INE).
La reforma electoral de AMLO motivó una marcha ciudadana y representantes políticos en defensa del INE el pasado 13 de noviembre, a la cual el presidente respondió con una movilización este domingo 27 de noviembre para conmemorar también los 4 años de su Gobierno.
Las comisiones unidas de Reforma Político-Electoral; Puntos Constitucionales; y Gobernación y Población aprobaron en lo general y particular la reforma electoral con 62 votos a favor y 48 en contra, por lo que el dictamen se turnó al Pleno de San Lázaro para iniciar su discusipon este martes 29 de noviembre.
Los legisladores darán trámite legislativo a la reforma electoral de AMLO, como se le conoce al presidente, a pesar de que el bloque opositor, PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano en la Cámara de Diputados anunció que votará en contra la iniciativa presidencial.
La reforma electoral presidencial propone cambios a la Constitución, no obstante, para realizar modificaciones a la Carta Magna se requiere una mayoría calificada que solo se alcanzaría con los votos de Morena y sus aliados más los votos de algunos legisladores de oposición, pero la oposición ha anunciado que rechazará la reforma.
Ante este escenario, AMLO anunció en días recientes que prepara un Plan B para enviar al Congreso una reforma electoral solo a leyes secundarias. Esta iniciativa se encuentra en revisión en la Secretaría de Gobernación.
AMLO afirma que no propone eliminar al INE, pero el dictamen de la reforma electoral presidencial que ya está en las manos de los diputados para ser analizada plantea transformar la institucionalidad electoral al suprimir al INE y crear en su lugar el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC) como autoridad electoral independiente.
La reforma electoral constitucional del presidente busca que “no haya fraudes” en elecciones y que la austeridad sea la marca de un nuevo sistema electoral en México.