El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, afirmó que su país mantendrá una política monetaria ultra-laxa, con tipos de interés de un solo dígito. Las declaraciones llegan luego de que el banco central redujera los costes de los préstamos.
El banco central turco comunicó esta semana que pone fin a su ciclo de flexibilización monetaria al bajar la referencia al 9% desde el 10,5%. La autoridad monetaria de dicho país se ha mostrado desafiante frente a la tendencia de endurecimiento global de este año, ya que muchos bancos centrales suben las tasas de interés para hacer frente a la creciente inflación.
“Bajamos los tipos a un solo dígito y así seguirá siendo. No se preocupen, la inflación también bajará”, aseguró un confiado Erdogan el sábado en un discurso en Konya. Ha adoptado una postura poco convencional, según la cual los tipos más bajos tienen el poder de enfriar la inflación.
En los últimos meses, Erdogan ha insistido en varias ocasiones en la necesidad de reducir los costes de los préstamos para estimular la economía y las exportaciones, incluso cuando la inflación representa la amenaza más urgente para su control del poder durante dos décadas, antes de las elecciones previstas para junio.
La lira ha caído más de un 28% frente al dólar este año, siendo la segunda moneda con peor comportamiento entre las principales divisas de los mercados emergentes. Los elevados precios de los alimentos y la energía, alimentados por la invasión rusa de Ucrania, han afectado a la economía turca.
Lea más en Bloomberg.