Buenos Aires — El Gobierno argentino relanza el tipo de cambio diferencial para el “dólar soja”. Desde el lunes próximo y hasta el 31 de diciembre, pondrá en marcha una nueva etapa del Programa de Incremento Exportador que había estado vigente durante el mes de septiembre, que consiste en reconocerle al complejo sojero un valor más alto por cada dólar que liquide, con una actualización por inflación.
Según informaron fuentes del Ministerio de Economía, el Ejecutivo ya alcanzó un acuerdo con las cerealeras por un piso garantizado y firmado por US$3.000 millones. Durante septiembre, el complejo sojero de la Argentina había superado las expectativas al liquidar US$8.123 millones, lo que le permitió al Banco Central (BCRA) comprar US$4.968 millones netos para sus reservas.
Según marcan desde el Palacio de Hacienda, el programa le permitirá al Gobierno asegurarse el cumplimiento de la meta de reservas acordada con el Fondo Monetario Internacional (FMI), fijada en US$5.000 millones. E incluso, anticipan que podrían superarla en un 15%.
Pero además, agregan, apuntan a batir el récord de exportaciones del complejo agroindustrial histórico, a los efectos de ponerlo sobre la mesa en el debate de la agenda de seguridad alimentaria global que se discute en el G20.
El programa, indican desde la carteta que conduce Sergio Massa, tiene tres objetivos por mayor recaudación. Estos son, financiamiento de promoción para economías regionales, subsidios a las cadenas de valor avícola, bovina, lechera y porcina para aumentar producción, y un fondo para mantener valor de las asignaciones familiares.
Además, prevé un premio a la industrialización de soja para aumentar la incidencia de aceites y harinas en las exportaciones del complejo agroindustrial.
Aire para las reservas pero más emisión
La puesta en marcha de esta segunda etapa del llamado “dólar soja”, que en septiembre implicó reconocerle al sector una cotización de $200 por cada dólar liquidado, supone que el Banco Central podrá volver a sumar dólares para sus reservas en la recta final del año, lo que le permitirá poner fin a la sangría de los últimos dos meses, en los que acumula ventas netas por casi US$1.500 millones (US$498 millones en octubre y US$966 millones en lo que va de noviembre).
Pero la contracara será que la autoridad monetaria deberá volver a acelerar el ritmo de emisión para la compra de divisas. En septiembre, estimaciones privadas calcularon que el programa dejó como saldo una emisión neta de algo más de $1,1 billones, equivalentes a 1,4 puntos del producto y a un 27% de la base monetaria de fines de agosto.
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