Bloomberg — El escenario de la deuda argentina en pesos se va complicando cada vez más, luego de que el Gobierno obtuvo el viernes el peor resultado en una licitación de deuda en pesos en casi seis meses.
Se enciende la alarma por la última licitación
El Gobierno logró un del 100,1% sobre sus vencimientos. Pero el nivel es bajo si se considera que necesita dinero nuevo para cerrar el programa financiero de 2022.
“Sin duda, la licitación del viernes complicó aún más el panorama”, escribió este martes el jefe de investigación y estrategia de PPI, Pedro Siaba Serrate, en un reporte a clientes. El Tesoro obtuvo $165.800 millones frente a vencimientos de 164.200 millones de pesos.
“La próxima licitación será más desafiante”, agrega el economista jefe de Banco Galicia, Diego Chameides, en entrevista por mensaje. A fin de este mes vencerán 260.000 millones de pesos, de los cuales la mitad corresponde a un bono vinculado al dólar. Entre las opciones que tiene el Gobierno para descomprimir el panorama se baraja que ofrezca títulos cortos o un swap con una variedad (o “canasta”) de opciones de bonos, “que le permita pasar, al menos en parte, la pared de vencimientos de 2023”, dice Chameides.
Argentina debe afrontar pagos por 17 billones de pesos (más de US$100.000 millones) hasta octubre de 2023, un monto que es cuatro veces más alto que el total del dinero en circulación de la economía argentina.
Los bancos siguen de cerca a los plazos fijos
Sigue la migración desde el peso argentino hacia el dólar. El peso paralelo llamado “contado con liquidación”, que rige para la compra-venta de títulos en el mercado de capitales, se debilitó más de un 9% desde el 1 de noviembre y ya está en los 334 por dólar.
¿De dónde vienen los pesos que hoy presionan a la moneda local? Los traders creen que buena parte de estos salieron del desarme de bonos en pesos que se ve en el mercado y que abastece con liquidez el propio banco central. Pero en las tesorerías de los bancos empiezan a observar cada vez más de cerca el movimiento en los plazos fijos de empresas y ahorristas.
Estos ahorros bancarios, que crecieron con fuerza tras el alza de tasas que hizo el banco central hasta el mes de octubre, empezaron a mostrar una desaceleración a partir de los primeros días de noviembre, precisamente cuando la dolarización tomó impulso. En los próximos días, los plazos fijos serán el termómetro para determinar si la dinámica puede tornarse peligrosa. Y para interpretar, también, si la tasa que promueve el banco central sigue siendo tan atractiva como para evitar un nuevo salto en la brecha cambiaria.
El “libro de pases”
Mathias Fleischer desembarcó este mes como gerente de mercado de capitales en Newsan, la compañía argentina de artículos para el hogar, tras desempeñarse durante más de dos años como gerente de finanzas corporativas en Tarjeta Naranja.
La cifra que habla: US$4.998 millones
Es el nivel al que cayeron las reservas netas del Banco Central, según las estimaciones de PPI. El stock, que cayó en US$2.100 millones desde el 1 de noviembre, quedó lejos de los US$6.575 millones que establece el Fondo Monetario Internacional para la foto de fin de año. La sequía del agro conspira contra ese objetivo. El Gobierno se vería forzado a establecer un dólar soja para lograr la acumulación exigida, según anticipan medios locales.
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