Ciudad de México — Un miembro de la Junta de Gobierno de Banco de México (Banxico) dijo que el banco central solo podrá desligarse de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) si la inflación comienza a ceder o cuando haya certeza de la tasa terminal del banco central estadounidense, de acuerdo con la Minuta de la última reunión de política monetaria.
La mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno se refirieron al rol de la Fed y su efecto en los movimientos de la tasa de interés en México y tres de ellos dijeron que la decisión de seguir a la Fed no es mecánica, ni automática.
Sin embargo, existen diferencias en sus posturas respecto de seguir o no a la Fed en las próximas decisiones monetarias.
En la última decisión de política monetaria, la del 10 de noviembre de 2022, Banxico siguió los pasos de la Fed y subió en 75 puntos base el referencial para dejar la tasa de interés en un nivel récord de 10%.
Se trató de la cuarta vez al hilo que subió la tasa en una magnitud de 75 puntos, tal y como lo ha hecho la Fed, que el pasado 2 de noviembre aumentó la tasa de interés por cuarta vez consecutiva en 75 puntos básicos, para dejar los tipos de referencia en un rango de 3,75% a 4%.
Un miembro de la Junta de Gobierno expresó que el nivel terminal de la tasa deberá determinarse con cautela, pues esta podría ser la referencia que permaneciera por un tiempo y opinó que debe mantenerse un diferencial de tasas respecto de EE.UU. de al menos 600 puntos base, por lo que los ajustes de la tasa de fondos federales deberán seguir siendo el piso.
“Esto es una decisión fundamentada y no una reacción automática”, dijo sobre seguir hacia delante a la Fed. “Solo será posible desligarse cuando la dinámica inflacionaria diverja o haya certeza sobre la tasa terminal de la Reserva Federal”.
Añadió que un diferencial elevado contribuirá a enfrentar la creciente incertidumbre externa; el riesgo de recesión; el apretamiento de las condiciones financieras globales; el riesgo de un choque idiosincrásico derivado de las negociaciones comerciales con EE.UU. y las presiones inflacionarias externas.
Afirmó que los incrementos adicionales de las expectativas inflacionarias requieren de un mayor esfuerzo para ajustar la tasa real ex-ante y comentó que un nivel de 6% o mayor para esta tasa sería deseable como nivel terminal, condicional a la evolución de los datos, particularmente de las expectativas de inflación de largo plazo.
Otro miembro de la Junta de Gobierno dijo que México es una economía pequeña y abierta con un elevado grado de integración comercial y financiera con EE.UU., por lo que es normal que las acciones implementadas por la Fed tengan repercusiones sobre la economía nacional.
Argumentó que tanto México como EE.UU. enfrentan presiones inflacionarias significativas, y se encuentran en un ciclo de apretamiento monetario, sin que ello implique que Banxico siga de manera mecánica a la Fed.
“Hacia delante considero importante llevar la tasa de referencia a un nivel más alto con la finalidad de mantener el anclaje de las expectativas de inflación y propiciar la reducción de la inflación a su meta”, expuso.
Un miembro de la Junta dijo que, hacia delante y ante la elevada incertidumbre asociada a los choques inflacionarios, se debe mantener la flexibilidad necesaria en cada decisión.
En este sentido, dijo que, en lugar de dar una orientación específica sobre el nivel terminal de la tasa, se debe consolidar una postura monetaria consistente con un descenso de las presiones inflacionarias, con una mejoría de las expectativas de inflación y con un comportamiento de ambas variables acorde con el pronóstico
“La sincronización de los ciclos monetarios entre México y EE.UU. es condicional al tipo de choques que se enfrentan, por lo que no es mecánica ni un objetivo en sí mismo”, sostuvo.
Otro miembro de la Junta consideró que es fundamental comunicar que la tasa de referencia continuará aumentando y que la magnitud de los incrementos se definirá con base en la información disponible, para lograr la convergencia de la inflación a su meta. Expuso que ello no limitaría el margen de maniobra para las próximas decisiones.
Añadió que no será posible relajar las condiciones hasta que no se observe una clara trayectoria descendente y sostenida de la inflación, y enfatizó que, con base en la información disponible, es claro que será necesario mantener una postura monetaria restrictiva durante el horizonte de planeación, lo cual debe comunicarse explícitamente.
Voto disidente del subgobernador Gerardo Esquivel
La última decisión monetaria no se dio por unanimidad. La gobernadora Victoria Rodríguez Ceja y los subgobernadores Galia Borja, Irene Espinosa y Jonathan Heath votaron a favor de aumentar en 75 puntos base la tasa de interés para llegar a un nivel de 10%.
El subgobernador Gerardo Esquivel votó a favor de aumentar la tasa de interés en 50 puntos base a un nivel de 9,75%.
“Considero necesario comenzar a reducir el ritmo de alzas. Esto señalaría que estamos acercándonos a la tasa terminal del ciclo, y sería congruente con el actual balance de riesgos”, dijo el subgobernador en su voto disidente.
En su opinión, no parece ser necesario apretar mucho más la tasa, sino que lo que se requiere es permitir que continúe operando la postura monetaria restrictiva alcanzada. “El aumento propuesto implicaría desligarse de la Reserva Federal y reducir el diferencial de tasas con EE.UU.”.
Dijo que hay argumentos sobre que debe evitarse el desligue para prevenir inestabilidad cambiaria y financiera, sin embargo, recientemente el peso mexicano se ha apreciado en forma importante contra el dólar y otras monedas, lo que brinda una oportunidad “inmejorable” para realizar el ajuste mencionado con un riesgo mínimo.