Energía y desigualdad, los retos del mundo al llegar a 8.000 millones de habitantes

De este total, 662 millones de personas viven en América Latina, es decir, el 8,2% de la población mundial

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Bloomberg Línea — Recientemente, la Organización de Naciones Unidas (ONU) actualizó sus bases demográficas y anunció que la población mundial ya había llegado a los 8.000 millones de habitantes, una población cuatro veces mayor que la que había en el mundo en 1927.

En medio de estos cambios, el incremento de la productividad y el mejoramiento de la calidad de vida han permitido que las poblaciones tengan un tiempo de vida mayor, pero a la par del progreso “ha crecido la desigualdad, y la crisis y los conflictos se han multiplicado”, dijo la ONU en su anuncio.

“Si no superamos el enorme abismo entre ricos y pobres, tendremos un mundo de 8.000 millones de habitantes lleno de tensiones y desconfianza, crisis y conflictos”, señaló António Guterres, el secretario general del organismo.

Guterres dijo que más allá de la cifra, el mundo se debe empeñar en tener una solidaridad que promueva el desarrollo sostenible y sin perder de vista el cambio climático.

Los desafíos para América Latina y el mundo

El Fondo de Población de la ONU señaló que el crecimiento demográfico acelerado “dificulta la erradicación de la pobreza, la lucha contra el hambre y la desnutrición”, al tiempo que se debe aumentar la cobertura de los sistemas de salud y de educación.

Es justamente en la desigualdad el factor en el que hace mayor énfasis Armando Sarmiento, profesor del Departamento de Ecología y Territorio de la Facultad de Estudios Ambientales de la Universidad Javeriana en Colombia, en diálogo con Bloomberg Línea.

“Tenemos una región (LatAm) con enormes rezagos en términos de calidad de vida, niveles de pobreza por encima de otras regiones del mundo con similares condiciones de desarrollo y la desigualdad es mucho más marcada acá que en otros lugares del mundo. Ese es el desafío: poner al mismo nivel a un montón de población que está muy por debajo en términos de niveles de ingresos”, dijo.

Con la nueva actualización en cifras, la población de América Latina y el Caribe representa el 8,2% de la población mundial, un total de 662 millones de personas, y se proyecta que la región alcanzará su población máxima en 2056, pasando a un total de 752 millones de personas.

De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el cambio en la estructura por edades de la población en la región trae desafíos adicionales, pues se presentan altos niveles de “desigualdades socioeconómicas, de bienestar, acceso a la salud, infraestructura urbana, entre otras”.

Cambio climático y energía, una discusión amplia

La ONU, así como algunos de los nuevos gobiernos que se han instalado en América Latina recientemente, hablan de “desvincular la actividad económica de la dependencia excesiva de la energía proveniente de combustibles fósiles”, haciendo una transición a fuentes de energía limpia y renovable, pero para el experto esta no es una tarea sencilla.

Para Sarmiento, proveer bienes y servicios para otras 2.400 millones de personas que habitarán el planeta a finales de siglo, en medio de las metas de cambio climático, es uno de los principales desafíos, en especial a nivel energético, pues será una población especialmente urbana.

“El asunto es que si nosotros pensamos a escala global, América Latina no es importante, en términos del clima del mundo no somos importantes, somos una población relativamente pequeña y con un crecimiento lento (...). Nuestras emisiones no son significativas frente a la escala del mundo, si tomamos el caso de Colombia. En la escala global importan Estados Unidos, Europa por sus niveles de ingreso, y China e India por sus tamaños”, expresó.

Sin embargo, destacó que desde el punto de vista ético, es importante que todos los países hagan la transición, tanto a nivel climático como de competitividad, pues la región no se puede quedar rezagada frente a otras en estas metas.

“No es fácil. La mayoría de la gente piensa que el problema central es la generación de energía eléctrica, pero resulta que ese es solo un 30% del problema, el desafío está en el otro 70% que es el uso para la producción, la agricultura, entre otros. ¿Con qué reemplazar el gas natural que es más usado en la industria hoy en día?”, dijo Sarmiento.

Los golpes en la productividad con una población ‘más vieja’

La población mundial tardó unos 12 años en pasar de 7.000 a 8.000 millones, pero se prevé que los próximos 1.000 millones de habitantes tarden unos 14,5 años (2037), lo que refleja la ralentización del crecimiento mundial, según las proyecciones de la ONU.

Estas mismas cifras señalan que la población mundial seguirá creciendo hasta alcanzar los 10.400 millones en la década de 2080, lo que muestra que la tasa general de crecimiento se está desacelerando.

Por ejemplo, para América Latina y el Caribe, se espera que en el año 2100 el porcentaje de la población de 60 años y más sea más alto que en Asia, América del Norte, Oceanía y África.

De acuerdo con Sarmiento, consultado por Bloomberg Línea, la tendencia en Europa y parte del mundo, es que la tasa total de fertilidad es relativamente baja, entonces la población se está envejeciendo y es una gran preocupación: “¿Cómo proveemos mano de obra y cómo sostenemos los sistemas de pensiones? Son grandes desafíos que están enfrentando varios países hoy en día”.

Como ejemplo, señaló que algunos países ya están recibiendo y buscando población joven para mantener sus sistemas productivos por razones de envejecimiento, como ya sucede en Japón, que tiene trabajadores de China y de Indonesia por cuenta del alto envejecimiento de su población.

En LatAm, no solo la población de 60 años y más será más alta en 2100, sino que a esto se suma que la región perdió 2,9 años de esperanza de vida al nacer entre 2019 y 2021, es decir, tras las principales afectaciones de la pandemia del Covid-19, “un retroceso de 18 años en ese indicador y una reducción significativa del crecimiento poblacional en el período”, de acuerdo con la Cepal.

Por último, el profesor Sarmiento señala que los cambios no ocurren “de la noche a la mañana” y que cada país debe tomar medidas para adaptarse, como ya lo hacen algunos países frente al cambio climático como Inglaterra, que colocó barreras sobre el Támesis previendo mareas más altas que podrían afectar la ciudad, lo mismo que hicieron Países Bajos y Venecia.

En esto coincidió recientemente la directora ejecutiva de la ONU, Natalia Kanem, señalando que el mundo no puede confiar en soluciones únicas para todos. “Para tener éxito, todas las políticas de población deben tener como eje los derechos reproductivos, invertir en las personas y el planeta, y basarse en datos sólidos”, precisó.