Por qué nuevos billetes argentinos no saldrán a la calle este año, como prometió el Gobierno

A días de que se cumplan seis meses desde la presentación de los nuevos diseños, los próceres no regresarán a las calles de la Argentina en este 2022. ¿Qué falta?

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Buenos Aires — La nueva familia de billetes no llegará a las calles este año. Pese a que esa fue la promesa inicial del Gobierno cuando los presentó, a fines de mayo, el regreso de los próceres argentinos a los billetes de mayor denominación deberá esperar al menos hasta marzo o abril de 2023.

Pocos fueron los avances concretos en los casi seis meses que le siguieron a la presentación oficial de los nuevos diseños. Entre ellos, apenas unos llamados a licitación para la compra de insumos que quedaron registrados en estos últimos días en la página web de la Casa de la Moneda.

La aparición de estos procesos de contratación de insumos -el último, publicado el 15 de noviembre bajo el rótulo “provisión de tintas offset $1.000.- San Martín” y con fecha de apertura el 30 de noviembre- parecía anticipar la puesta en marcha de la impresión.

Pero según pudo saber Bloomberg Línea de una fuente con conocimiento del asunto que pidió no ser identificada, se trata apenas de un aprovisionamiento, un acopio de los insumos necesarios para cuando llegue la orden de poner el proceso de impresión en marcha. ¿Quién debe darla? El Banco Central (BCRA).

Recién una vez que la autoridad monetaria argentina dé el visto bueno para la puesta en circulación de los billetes se iniciará ese proceso, aunque en Casa de la Moneda no saben cuándo ocurrirá. Tan solo es posible anticipar que, según calculan los equipos técnicos de la entidad, una vez que llegue esa directiva puede iniciarse el proceso de impresión que demorará de tres a cinco meses.

En ese proceso se testea la tinta, se prueban las medidas de seguridad y se ultiman los detalles para la puesta en circulación de los flamantes billetes que llevarán la imagen de José de San Martín, María Remedios del Valle, Manuel Belgrano, Martín Miguel de Güemes, Juana Azurduy y Eva Duarte de Perón.

Bloomberg Línea consultó al BCRA respecto de esta demora pero no obtuvo una respuesta inmediata.

Esta demora ya había sido anticipada por el propio Gobierno a mediados de septiembre, cuando a través de un Informe de Gestión, el jefe de Gabinete, Luis Manzur, reconoció ante el Congreso que el proceso productivo de impresión de la nueva familia no se había iniciado.

Lo cierto es que la puesta en circulación de la nueva familia de billetes viene siendo anunciada por el Gobierno hace más de un año. Es que si bien los flamantes diseños fueron presentados en mayo pasado, ya desde mediados de junio de 2021 que el Frente de Todos amaga con su llegada. En aquella oportunidad había sido el propio Alberto Fernández quien había dicho, en un acto en Salta por el 200 aniversario de la muerte de Martín Miguel de Güemes que había instruido al BCRA a incluir la imagen del prócer en la nueva emisión de billetes.

Dimensionar, en términos operativos, cuánto le costará al Estado esta nueva familia de billetes no es tarea sencilla dado que hay mucho know how interno difícil de cuantificar. Aun así, una fuente con conocimiento en el tema explicó a Bloomberg Línea que estima que, entre el costo de las nuevas placas de impresión, el costo de generación de matrices y el resto de los procesos pueden implicar un sobrecosto del 15% al 20% en la tirada inicial. Pero ese cálculo, agrega, no contempla los gastos relativos a las compras de insumos o las horas extra de los empleados, en caso de ser necesarias, para calibrar los equipos.

El recuerdo de la marcha atrás

La demora en la llegada de la nueva familia de billetes, presentada en un acto en Casa Rosada el 23 de mayo pasado, remite a otro contratiempo relacionado con la puesta en circulación de un nuevo billete.

A mediados de 2020, en plena pandemia, el Gobierno argentino dio marcha atrás cuando tenía todo encaminado para imprimir un nuevo billete de $5.000. Tan avanzado estaba el proceso previo a la impresión que hasta se había filtrado la imagen de los nuevos billetes, que llevarían la imagen de los médicos Ramon Carrillo y Cecilia Grierson.

Pero a último momento, el Ejecutivo decidió marcha atrás y el billete de $5.000 nunca llegó a la calle. El costo de no emitir billetes de mayor denominación, calculó Augusto Ardiles -quien durante el Gobierno de Mauricio Macri integró el Directorio de Casa de la Moneda- fue de US$186 millones. No haberlo hecho entre 2008 y 2015, agregó, costó otros US$639 millones.