Bloomberg Línea — A diferencia de las economías que son importadoras de materias primas, Brasil ha experimentado un choque positivo de oferta – un exceso de producción con precios altos – que aporta más ingresos al país a través de las exportaciones. El reto en este caso, según el presidente del banco central del país, Roberto Campos Neto, es cómo ser fiscalmente responsable cuando se trata de abordar problemas sociales en la transferencia de ingresos.
“A veces se llega a un punto en el que se quiere hacer más por los necesitados, pero cuando se va más allá de ese punto de inflexión, se pueden crear problemas con los mecanismos de fijación de precios y desorganizar el mercado y, al final, perjudicar aún más a los que se quiere ayudar”, dijo en un evento organizado por Bloomberg LP en este viernes en Sao Paulo.
La declaración fue una referencia a la discusión de mecanismos para permitir la prórroga por un año o más del pago de los 600 reales (US$ 111) mensuales del programa social de transferencia de ingresos Auxílio Brasil – que se podrá sustituir por el retorno de Bolsa Família, un programa similar. La propuesta de extenderla hasta al menos 2023 fue defendida durante la campaña tanto por el presidente electo Lula como por el actual mandatario, Jair Bolsonaro.
Evitando hacer comentarios sobre la política fiscal mientras Lula no elige el nuevo ministro de Finanzas, Campos Neto dijo que la principal cuestión en este momento para Brasil es qué marco fiscal prevalecerá y cuál será la expectativa del mercado sobre lo que se anunciará.
“Hay una mezcla de política y comunicación. Hacer una cosa sin hacer la otra puede hacer mucho daño, así que hay que esperar”, dijo.
Campos Neto dijo que en un escenario de aumento de precios, hay algunas posibilidades. La primera es que el gobierno no interfiera y que el mercado se ajuste en oferta y demanda con los precios, pero esto puede ser difícil de hacer política y socialmente debido al impacto social negativo.
Otra opción es interferir en las empresas de energía, como Petrobras (PETR3, PETR4), poniendo limites superiores a los precios del combustible, por ejemplo. “Pero eso desanima a la gente a invertir en bienes de capital”, dijo.
“Cuando se produce un choque positivo, es necesario transferir [los ingresos] a los más afectados por la deuda. Pero tiene que durar lo que dure el choque. No queremos hacerlo para la gente que no tiene este problema, hay que adaptarlo para incentivar la gente a actuar como debe”, dijo.
Sin embargo, según Campos Neto, otro de los inconvenientes de este tipo de política de transferencia es que debe ser temporal, y a menudo se convierte en permanente y puede llegar a personas que no son realmente su público objetivo.
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