Dólar blue hoy: a cuánto llegará a fin de año si iguala a la inflación

El blue, el MEP y el CCL tuvieron un salto en los últimos días, pero aún están muy lejos de sus máximos. Más aún si se considera el IPC

Por

Los dólares paralelos, incluyendo al dólar blue y al Contado con Liqui (CCL), se empezaron a mover con fuerza en los últimos días, luego de tres meses de letargo o saltos breves que pronto corrigieron a la baja. Desde su llegada al Ministerio de Economía, Sergio Massa había logrado mantener a raya las divisas alternativas, a base de una mejor coordinación de tasa con el Banco Central, el ingreso de reservas en septiembre por el dólar soja a $200 y algunas cuestiones técnicas que jugaron a favor. ¿A cuánto llegará el dólar blue a fin de año si iguala a la inflación?

Mientras el dólar blue y el Contado con Liqui (CCL) hacían la plancha en estos tres meses y medio de Massa de la economía, la inflación avanzaba a un ritmo promedio del 6,5% mensual, por lo que el mercado ya empezaba a notar un atraso cambiario tanto en las divisas ilegales y como en las financieras. Para colmo, en octubre el Banco Central volvió a emitir para comprar bonos del Tesoro en el mercado secundario y sostener los precios de la curva en pesos.

Atraso cambiario en el dólar blue, CCL y MEP

Tomando los precios de cierre del 15 de noviembre, el dólar Contado con Liqui se ubicó en $319,12, lo que significa que en el mes lleva un avance del 3,9%, mientras que el blue cerró en $302 (4,14% en el mes).

Si bien puede parecer un cimbronazo abrupto, un informe publicado el 11 de noviembre por la consultora Invecq señalaba: “Si tomamos como referencia el dólar blue y/o al contado con liquidación, éstos marcaron máximos nominales de $338 y $332 pesos el 21 de julio de 2022 respectivamente. Dichos máximos traídos a pesos de hoy representan aproximadamente $429 (blue) y $422 (CCL)”.

Según cálculos del broker Aurum Valores, el dólar contado con liqui tendría hoy un valor técnico que se podría ubicar en un rango de $325 (piso) a $345 (techo), si se tiene en cuenta la evolución del agregado monetario M3 privado. “Nosotros calculamos una regresión que da un punto medio y después están las bandas máximas y mínimas en comparación con lo que pasó en 2021″, explicó Pablo Repetto, jefe de Aurum Valores.

Por su parte, Martín Polo, jefe de estrategia de Cohen Aliados Financieros, indicó: “Este contexto de desequilibrio de pesos por el déficit fiscal elevado y financiado con emisión monetaria, al tiempo que faltan cada vez más dólares, da combustible a los dólares paralelos. A esta altura del año el Tesoro va necesitando cada vez más pesos. Mientras siga este escenario, el contado con liquidación va a tener esta presión alcista”.

Cabe señalar que el Banco Central lleva vendidos en noviembre unos US$911 millones y cada rueda se le escurren más y más dólares. Noviembre suele ser un mes negativo para la acumulación de reservas y, para colmo, muchas exportaciones fueron adelantadas en septiembre, cuando el Gobierno ofrecía dólar soja a $200 para incentivar las ventas.

“Los pesos emitidos para comprar los bonos complican el futuro de los dólares financieros”, detalla además un informe de la consultora Delphos Investment.

Riesgos del carry trade para los dólares en Argentina

Previo al salto de los últimos días, el director de Anker Latinoamérica, Federico Furiase, había señalado a Bloomberg Línea que uno de los motivos por los que el dólar paralelo había estado calmado durante la gestión Massa había sido la suba de tasas: “El contado con liqui venía de un overshooting de julio, cuando llegó a tocar $345 durante una rueda. Claramente, ayudó el aumento de tasa del BCRA para calmar. Sobre todo la tasa de repo a un día, que es la que impacta en caución y encareció el costo del apalancamiento para dolarizarse”.

En segundo término, Furiase añadió que en estos meses también ayudaron algunos factores técnicos, como el ingreso de dólares por parte de mineras.

Respecto del primer punto, algunos analistas empiezan a preguntarse si la oportunidad de hacer tasa no dejó de ser atractiva: “El dólar CCL cerró un 3,3% arriba en la rueda del martes y complica la posibilidad de hacer tasa. Avisamos sobre la prudencia que se debe tener a la hora de hacer carry trade y nos mantenemos expectantes sobre lo que pueda suceder con los dólares financieros. Por ahora el CCL parece haberse despertado de la siesta de los últimos meses, con una brecha que todavía no supera el 100% todavía”, indica el informe de Delphos Investment.

Por otro lado, el economista de LCG, Matías de Luca, puso en duda que estemos ante una tasa que pueda considerarse “ortodoxa”. Ante la consulta de este medio, afirmó: “La Tasa Efectiva Anual (TEA) está en 107% y la inflación se mueve al 6,5% (113% anualizado). Si encima considerás el impuesto que cobra Ciudad Autónoma de Buenos Aires sobre las Leliq (para compensar la quita de la coparticipación), la TEA es todavía menor”.

La otra tasa y la “tensión cambiaria”

Más allá de la tasa de política monetaria, que es la que maneja el Banco Central, la otra tasa que contribuyó a la calma cambiaria fue la del Ministerio de Economía, ya que el Tesoro comenzó a convalidar en las licitaciones valores más altos, lo que llevó calma a la curva en pesos y desincentivó la dolarización. Sin embargo, el mercado de deuda se está empezando a complicar, ya que los privados no quieren prestarle a Massa más allá de las elecciones primarias.

Un mayor stress en el mercado de la deuda en pesos podría ser un disparador de tensión cambiaria”, sostuvo Pablo Repetto, mientras que Federico Furiase agregó: “Hay señales de pesadez en la curva en pesos y el BCRA tiene que estar ahí”.

Además, Repetto reflexionó: “Las dificultades que sufren muchas empresas para acceder al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) también podrían ser un factor de riesgo, dado que si se siguen viendo afectadas en su producción podrían definir estrategias de abandono de acceso al MULC y directamente ir a comprar divisas (CCL o MEP) para poder mantener su actividad. Más adelante en el tiempo, la dolarización pre electoral habitual debería ser un factor desencadenante”.

Diferencias respecto de los últimos saltos cambiarios

Si bien hay un consenso en el mercado de que el dólar está atrasado, también es cierto que existen varias diferencias respecto de los últimos episodios de salto del dólar, que podrían jugar a favor de una extensión de la pax cambiaria. Así lo resume Invecq:

  • No se observa una descontrolada expansión de los agregados monetarios como la vista en junio y julio (producto de la emisión cuantitativa del BCRA para recompra de títulos públicos en el mercado de deuda en pesos para sostener sus paridades). Al contrario, se ve una marcada desmonetización real (el M1, M2 y M3 privados avanzan a octubre un 54%, 61% y 77% interanual contra una inflación que en el mismo lapso superaría el 88%).
  • La dinámica fiscal cobró una cierta mayor prudencia (ayudada desde ya por la recaudación extraordinaria que permitió el dólar soja).
  • Independientemente de la discusión respecto de si son o no positivas en términos reales las tasas de interés, los retornos nominales en pesos son sustancialmente más altos que un trimestre atrás. Por caso, las LEDES (letras nominales del Tesoro a descuento) negociadas en el mercado secundario ofrecen retornos efectivos anuales al vencimiento de tres dígitos y hasta casi 120% (vs 60%-70% en junio/julio). Una dinámica similar se da con los rendimientos de los plazos fijos minoristas y las Leliqs en torno al 107% TEA (vs 64% promedio TEA los plazos fijos minoristas y 62-66% las Leliqs en junio/julio). Esto quiere decir que el no hacer tasa en pesos, la alternativa a la dolarización y el común y erróneamente denominado carry trade, presenta un mayor costo de oportunidad que unos meses atrás.
  • La crisis de la deuda en pesos dejó en claro que el Tesoro contará con la participación voluntaria (¿o forzosa?) de organismos públicos, banco central y probablemente también bancos comerciales en el rolleo de vencimientos de deuda. Puntualmente el canje de deuda de esta semana mostró una adhesión del 61%, un fracaso en términos de demanda genuina privada que no obstante podría entenderse como una nueva confirmación de la participación forzosa de organismos públicos y afines en la estrategia de Finanzas.